Profesores paquistaníes se arman tras la masacre de Peshawar

PESHAWAR, Pakistán (AP) — Cuando insurgentes talibanes paquistaníes irrumpieron en una escuela de Peshawar y masacraron a 150 niños y profesores, nadie pudo plantarles cara. Shabnam Tabinda y algunos de sus compañeros maestros quieren cambiar eso — y están practicando cómo disparar a terroristas.

Autoridades gubernamentales en la frontera noroeste de Pakistán han dado permiso a los profesores para portar armas de fuego ocultas en respuesta al asalto del pasado 16 de diciembre en Peshawar, uno de los ataques terroristas más letales de la historia del país. Muchos educadores rechazan la idea de armar a los profesores por imprudente y contraproducente, reflejando el tipo de argumentos que se ven eclipsados en el sistema educativo estadounidense por sus balaceras ocasionales.

Pero para maestros como Tabinda, de 37 años, acudir al trabajo desarmada yo no es una opción. Ella y otras 10 profesoras del instituto femenino Frontera están orgullosas de su recién descubierta puntería con las pistolas, y tienen previsto llevarlas para ayudar a proteger a sus estudiantes de entre 16 y 21 años.

Preguntada por si se sentía con confianza para matar a un terrorista en su escuela, Tabinda fue rotunda en su respuesta: “Sí. Quienquiera que mate a un inocente, si Dios quiere voy a dispararle”.

Mushtuq Ghani, ministro de Educación en el gobierno provincial de Jyber Paktunkhwa con sede en Peshawar, asegura que su gabinete apoya la medida como lógica dada la realidad de la región, donde una fuerza policial de 65.000 agentes es insuficiente para defender las casi 50.000 escuelas existentes.

El funcionario explicó que los terroristas deben saber que los centros están defendidos, y que los profesores armados podrían frenar a los asaltantes ganando tiempo para la llegada de refuerzos policiales. Los maestros tendrían que aportar sus propias armas de fuego con permiso legal, que muchos ya tienen para defender sus casas.

“Estamos en guerra”, dijo.

Los talibanes de Pakistán han matado a miles de personas en la pasada década en su intento por derrocar al gobierno e imponer su propio mando siguiendo una estricta interpretación del islam. Tras el ataque de Peshawar el gobierno incrementó las operaciones militares en la región tribal fronteriza con Afganistán donde están asentados los insurgentes, reinstauró la pena capital para los condenados por terrorismo y trasladó esos procesos a tribunales militares para intentar parar la intimidación a testigos y funcionarios judiciales.

Escuelas de todo el país estuvieron cerradas durante semanas tras la masacre talibán en la escuela del ejército, donde siete hombres disfrazados de soldados paquistaníes escalaron los muros del centro y abrieron fuego contra los niños que huían, muchos de ellos hijos de personal militar. Cuando los estudiantes volvieron a las aulas este mes, muchos centros habían reforzado su seguridad, incluyendo muros de seguridad más altos, sistemas de vigilancia de circuito cerrado y guardas privados.

Algunos profesores autorizados y entrenados para portar armas de fuego ya comenzaron a llevarlas a las aulas.

“Siempre traigo mi arma, pero la tengo escondida así", dijo Meenadar Jan, profesor en el Instituto del Gobierno en Peshawar, levantando la camisa para enseñar que debajo lleva enfundada el arma, una pistola semiautomática de fabricación paquistaní con un cargador de siete balas.

Dijo que los maestros de su escuela se reunieron para discutir los planes del gobierno y acordaron que sería bueno tener profesores armados en caso de emergencia para “defender nuestra escuela y a los niños”.

Pero otras provincias no siguieron el plan de Peshawar y la mayoría de las organizaciones educativas dicen que esa es la decisión correcta.

Muzammal Jan, presidente provincial de la asociación All Teachers de Peshawar, dijo que los estudiantes ya están asustados por el aumento de las medidas de seguridad, y ver a sus maestros armados podría aumentar su ansiedad innecesariamente. Dijo que los responsables gubernamentales deberían asumir la responsabilidad de defender las escuelas de los terroristas.

Malik Jalid, presidente de la asociación de escuelas primaria que representa a varios miles de profesores, dijo que sus miembros habían votado en contra de permitir que sus maestros portasen armas.

Recién llegada de su curso de dos días para aprender a cargar, descargar y disparar pistolas Glock de 9mm, Tabinda dijo que su familia ya había sufrido bastante por el terrorismo de los talibanes. Su marido resultó herido en un atentado suicida hace unos años y sigue teniendo metralla en el abdomen.

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El periodista de la Associated Press Riaz Khan en Peshawar, Pakistán, contribuyó a este despacho.