La retirada continúa: implicaciones de la decisión de Biden de sacar las tropas de combate estadounidenses de Irak

El Cuerpo de Marines se retira de la base aérea Al-Taqaddum en Irak, 24 de marzo de 2020 - Foto: Sgt. Robert G. Gavaldon / Cuerpo de Marines

En el foco de una reciente visita del primer ministro iraquí, Mustafa al-Kadhimi a Washington estaba el anuncio del presidente Biden de que para fines de 2021 Estados Unidos finalizará sus misiones de combate en Irak y las restantes fuerzas estadounidenses se centrarán en asesorar y entrenar a las fuerzas locales.

De acuerdo con el presidente de Estados Unidos, el objetivo es ayudar a mantener la capacidad de las fuerzas iraquíes para hacer frente a los futuros desafíos que pueda plantear el Estado Islámico (ISIS). Unos 2.500 militares estadounidenses se encuentran actualmente desplegados en Irak; Los portavoces oficiales de la administración se han abstenido de precisar el alcance de las fuerzas proyectadas para fin de año. El anuncio de Biden se hizo cuando Estados Unidos completaba la retirada de sus fuerzas de Afganistán.

La declaración de Biden encaja naturalmente con su política de minimizar la participación de Estados Unidos en misiones de combate fuera del país y como parte de la consecución del objetivo de poner fin a la participación de Estados Unidos en «guerras interminables». Sin embargo, incluso hoy en día, el ejército de EE. UU. no está involucrado en misiones de combate en Irak y se centra principalmente en misiones de asesoramiento y entrenamiento, por lo que no está claro si el anuncio cambiará significativamente las operaciones de EE. UU. allí, incluso si reduce el número de tropas presentes en el terreno. En cualquier caso, sí indica la continua tendencia que comenzó durante la administración Trump de minimizar los recursos militares estadounidenses en la región.

Se espera que el primer ministro iraquí utilice el anuncio para ayudarlo en las luchas políticas antes de las esperadas elecciones en Irak hacia finales de año y, en particular, le otorgue influencia para hacer frente a las presiones internas por lograr la retirada de Estados Unidos. Al mismo tiempo, está tratando de equilibrar este desarrollo con limitaciones a las fuerzas de las milicias chiítas pro iraníes que operan fuera de su control y amenazan con involucrarlo en un enfrentamiento que podría desarrollarse entre ellas y Estados Unidos.

Joe Biden y Mustafa al-Kadhimi en Washington Foto: Casa Blanca vía Twitter

Para Irán y las milicias chiítas iraquíes que operan bajo sus auspicios, el anuncio de Biden potencia sus esfuerzos en curso para lograr la retirada de las fuerzas estadounidenses, pero es dudoso que estén satisfechos con esta declaración. La evaluación es que la motivación para continuar atacando objetivos estadounidenses no disminuirá e incluso podría aumentar, para alentar a la administración Biden a cumplir sus promesas.

Esta política también refleja el compromiso del Líder Supremo [Ali] Jamenei, quien ve la destitución de Estados Unidos como parte de la realización de la visión del comandante de la Fuerza Quds, [Qasem] Soleimani, quien murió en un ataque estadounidense. El futuro de la actividad de las milicias chiítas frente a la fuerza estadounidense también se verá afectado por los acontecimientos en el eje Teherán-Washington con respecto al regreso al acuerdo nuclear. En cualquier caso, los iraníes seguirán viendo a Irak como un escenario crítico para su seguridad nacional, y un elemento esencial es la necesidad de eliminar la presencia estadounidense a lo largo de la frontera iraquí de Irán.

Fuente: INSS The Institute for National Security Studies

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