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La guerra de Irak: una invasión estadounidense que quedó en crisis

Estados Unidos acusó de manera infundada al régimen de Sadam Huseín de poseer armas de destrucción masiva para justificar la invasión a Irak en 2003. La agresión propició el estallido de un nuevo conflicto y una mayor crisis para el país. Fue condenada por la comunidad internacional
La guerra de Irak: una invasión estadounidense que quedó en crisis
Soldados estadounidenses en Irak ante el disparo de un mortero. Fuente: Pxhere

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La guerra de Irak comenzó el 20 de marzo de 2003 con la invasión de una coalición liderada por Estados Unidos y se extendió con una guerra civil hasta la retirada de las tropas en 2011. Las tensiones entre Estados Unidos e Irak habían comenzado con la invasión iraquí de Kuwait en 1990. La guerra entre Irán e Irak en la década anterior le había generado a Bagdad una deuda de 14.000 millones de dólares con el emirato kuwaití, que le había apoyado. En ese contexto, el presidente iraquí Sadam Huseín acusó al país vecino de haber realizado perforaciones en territorio iraquí y de haber hecho bajar el precio del petróleo. Cuando encima el Gobierno kuwaití se negó a perdonarle la deuda, el presidente iraquí decidió lanzar su ofensiva.

La acción militar de Huseín recibió la condena de la comunidad internacional. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tomó represalias y aprobó el embargo total de Irak, pero las sanciones no detuvieron el ataque. Por ello, Estados Unidos lideró una coalición militar para desalojar a las tropas iraquíes del emirato. La operación Tormenta del Desierto comenzó en enero de 1991 y supuso la primera intervención estadounidense en el exterior tras la Guerra Fría. El resultado fue la retirada de Irak un mes más tarde.

El nuevo enemigo de Estados Unidos

Aquel conflicto, conocido como la guerra del Golfo, marcó las relaciones de Estados Unidos con el régimen de Huseín. En los años noventa, la CIA empezó a sospechar de que poseía armas químicas. La negativa de Bagdad a colaborar con la ONU en el proceso de desarme alimentó el malestar de Washington, que lanzó la operación Zorro del Desierto en diciembre de 1998. Durante tres días, Estados Unidos y el Reino Unido bombardearon infraestructuras iraquíes que para la Casa Blanca podían albergar armas químicas. Esta agresión causó entre seiscientos y 2.000 muertos y agravó la situación de la sociedad iraquí.

La hostilidad de Estados Unidos contra Irak se agravó con los atentados del 11 de septiembre de 2001. El presidente estadounidense, George W. Bush, respondió declarando la guerra contra el terror. Su propósito era acabar con la organización terrorista Al Qaeda y con los regímenes que, según el Pentágono, apoyaban el terrorismo yihadista. Así, agrupó a Irak, Irán y Corea del Norte como “eje del mal”.

La guerra de Irak: de invasión a crisis interna

Tras haber derrocado a los talibanes en Afganistán, Washington apuntó a Irak. En septiembre de 2002, Bush mostró su preocupación ante la Asamblea General de la ONU por la amenaza que suponía para la seguridad global. A partir de ahí, Estados Unidos y el Reino Unido empezaron a difundir desinformación sobre la existencia de armas de destrucción masiva en territorio iraquí. Washington instó al Consejo de Seguridad de la ONU a aprobar una resolución que impulsara el desarme de Irak, pero el interés pasó a ser una apuesta explícita por derrocar al Gobierno de Sadam Huseín.

Pese a no tener el apoyo del Consejo de Seguridad, Estados Unidos encabezó una coalición internacional para invadir Irak el 20 de marzo de 2003. La guerra preventiva de Bush tuvo el respaldo del primer ministro británico, Tony Blair, y del presidente español, José María Aznar. Los tres dirigentes se habían reunido cuatro días antes en las islas Azores para lanzar un ultimátum a Huseín, al que exigían un desarme completo. Ante la falta de respuesta, la Casa Blanca aprobó la operación Nuevo Amanecer.

La intervención militar de Irak duró algo más de un mes y derrotó a las fuerzas iraquíes. Sadam Huseín fue derrocado en favor de la Autoridad Provisional de la Coalición y, meses más tarde, capturado por los militares estadounidenses, hasta que fue juzgado y ejecutado en 2006. Estados Unidos intentó conducir al país hacia la democracia, pero el vacío de poder desató una ola de violencia entre suníes y chiíes.

La guerra de Irak se extendió hasta 2011, cuando terminó la ocupación. Causó miles de muertos, propició el nacimiento de la facción iraquí de Al Qaeda, considerada antecedente de Dáesh, y dejó tanto una guerra civil como una crisis económica, política y social. La agresión de Washington y sus aliados recibió el rechazo de la mayoría de Estados, que lo consideraron una violación del derecho internacional.

David Gómez

Guadalajara, 1999. Doble grado en Relaciones Internacionales y Periodismo por la URJC. Ciencias Políticas en la Università degli Studi di Firenze. Apasionado de la geopolítica, el deporte y el cine.

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