1. BABESIOSIS
Esta parasitosis es una zoonosis adquirida oca-
sionalmente por el hombre a partir de bovinos, en la
mayoría de los casos, aunque puede también adquirirse
de caballos, ovejas, perros, etc.
Se conoce también con el nombre de piroplasmosis o
fiebre por garrapatas.
Los parásitos tienen multiplicación asexual dentro de los
eritrocitos, con producción de merozoítos, lo cual lleva a
hemolisis.
Es la infección humana producida por Babesia spp. de
origen bovino o de Talpa europaea. La enfermedad se
caracteriza por fiebre, anemia hemolítica, hepato y
esplenomegalia.
2. El protozoo es un Apicomplexa del orden
Piroplasmida, familia Babesiidae, que comprende cerca
de 20 especies, de las cuales cinco atacan al ganado
vacuno:
Babesia bigemina, de distribución universal,
B. bovis, que habita en Europa; B. argentina, en América
del Sur y América Central; B. berbera y B. major, en
África, Rusia y Europa.
Se han descrito, además, otras especies en
ovinos, equinos, porcinos, cánidos, felinos y múridos. La
mayoría de ellos se circunscriben al Viejo Mundo.
Babesia spp. se presenta de forma
apigmentada, piriforme, redondeada u oval dentro de
los hematíes, y se divide en dos o en cuatro merozoitos.
Parasita, además de los glóbulos rojos, a los
linfocitos, histiocitos y eritroblastos.
3. ANTECEDENTES
Babesia fue reconocida en 1988, por primera
vez, por el parasitólogo rumano Babes, en la sangre
de ganado vacuno con hemoglobinuria.
La garrapata Bophilus annulatus es el vector
biológico de B. bigemina, una de las varias
especies causantes de la babesiosis bovina.
A raíz de este descubrimiento, se inició en Texas
una campaña sostenida en contra de Bophilus
annulatus, hasta conseguir su eliminación y, con
ello, la transmisión de la babesiosis (o “fiebre de
Texas”).
Pero esta enfermedad aún persiste en las regiones
semitropicales del mundo, en donde afecta a más
de 500 000 000 de cabezas de ganado.
4. Hasta hace poco tiempo, se creía que el hombre
era inmune a las infecciones provocadas por
Babesia.
En 1975 se publicó el hallazgo del primer caso
humano en Yugoslavia, en un enfermo
esplenectomizado que falleció a causa de la
enfermedad y en el cual se identificó B. bovis.
Desde entonces, se ha encontrado nuevos casos
en América del Norte (México y EE.UU.) y en Europa
(Escocia, Francia, Irlanda y Rusia).
6. ETIOLOGÍA
Las especies Babesia divergens y Babesia bovis del
ganado vacuno y, afectan pacientes
esplenectomizados y producen enfermedad grave
o fatal. El vector es una garrapata Ixodes ricinus.
Babesia microti de los roedores, han sido
informadas como causantes de enfermedad
humana es leve o asintomática.
El vector es una garrapata Ixodes scapularis. No
requiere que los pacientes sean esplenectomizados
o inmunosuprimidos.
7. ETIOLOGIA
El primer caso humano se describió en 1957 y en
la actualidad se han informado más de 143
pacientes con la enfermedad causada por B.
microti en los Estados Unidos.
También en Europa se han reportado casos. La
infección ha ocurrido casi siempre en individuos
adultos.
La sintomatología es la de una enfermedad
infecciosa, con fiebre, anemia y en casos
graves, ictericia y hemoglobinuria.
En algunos pacientes se ha encontrado hepato y
esplenomegalia.
9. PATOGENIA
El parásito destruye el glóbulo rojo, y la
hemoglobina así liberada se convierte en pigmento
biliar, cuyo excedente se deposita en los tejidos.
Si el hígado no es capaz de utilizar toda la
hemoglobina liberada, se produce hemoglobinuria.
A este signo se debe el nombre de“fiebre de aguas
rojas”, pero también se le llama “fiebre de
Texas”, “Tristeza” (en Sudamérica) y “fiebre por
garrapatas” (en Australia).
En los casos humanos los síntomas varían entre las
infecciones leves, descubiertas mediante serología.
Los casos clínicos benignos presentan fiebre y
malestar general; los enfermos graves, fiebre
elevada, fulminante, acompañada de
anemia, hemoglobinuria e ictericia.
10. F1GURA83-6. Formas anulares de Babesia microti. Obsérvense las
numerosas formas anulares en el interior de los hematíes y las
semejanzas existentes con las de P. falciparum en la figura 83-3.
(Tomado de Marler LM et al: Parasitology CD-Rom, Indiana
Pathology Images, 2003.)
11. DIAGNÓSTICO
El diagnóstico etiológico se hace por el hallazgo de
los parásitos en los eritrocitos mediante la coloración
de Giemsa, semejantes a anillos de P. falciparum. Se
diferencian de éstos por ser más pleomórficos.
Otras diferencias más seguras son la ausencia de
pigmento y de formas sexuadas en Babesia. La falta
de pigmento sólo se comprueba en cultivo, método
difícil de realizar.
Serológicamente es posible detectar anticuerpos. En
zonas endémicas de malaria, es posible diagnosticar
como paludismo casos de babesiosis.
En regiones en donde no existe malaria, la presencia
de hemoparásitos similares a Plasmodium sp., debe
alertar acerca de la posibilidad de la babesiosis.
12. TRATAMIENTO
El tratamiento es difícil, pues los antimaláricos no se
consideran efectivos.
Las drogas veterinarias utilizadas para la babesiosis
animal, del grupo de las acridinas y de las
diamidinas, aunque potencialmente tóxicas para el
hombre, son necesarias en casos graves.
Es de anotar que algunas formas de babesiosis
humana curan espontáneamente y ésta puede ser
la razón para que se le atribuya un efecto benéfico
a los antimaláricos.
13. TRATAMIENTO
La pentamidina a dosis de 4 mg/kg/día por vía
intramuscular, provoca mejoría clínica, aunque
persistan algunos parásitos en la sangre.
En la actualidad, parece que el tratamiento de
elección es mediante la acción sinérgica de la
clindamicina a 20 mg/kg/día intravenosa y
quinina a 25 mg/kg/día por vía oral, durante 7
días.
Pero no era raro que esta combinación provocase
rechazo en los pacientes, por lo que los estudios
más actualizados sugieren la combinación de
atovaquone 750 mg/12h/Via oral y
azitromicina, 500 a 1000 mg/via oral (1er dia) y 250
a 1000mg/12h/via oral
Además, las transfusiones de sangre permiten
sustituir los glóbulos rojos dañados por otros sanos.
14. TRATAMIENTO
En el tratamiento veterinario de la babesiosis
normalmente no se emplean antibióticos.
En los animales los fármacos de elección para el
tratamiento de Babesia canis rossi (perros en
África), Babesia bovis y Babesia bigemina (ganado
vacuno en el sur de África) son el diminazeno
(Berenil, Benzamin B 12 ), imidocarb (Imidofin) o azul
de tripano.
Existe una vacuna que es eficaz frente a Babesia
canis canis (perros en la región mediterránea), pero
no es efectiva contra Babesia canis rossi.
Babesia imitans causa una forma leve de la
enfermedad que con frecuencia se resuelve sin
tratamiento (perros en el sudeste de Asia).