Fronteras con escuadra y cartabón: Las fronteras del Sáhara

Toda frontera es una agresión y posee mucho de arbitrario. Pero hay fronteras y fronteras. El Himalaya, los Pirineos, el Danubio, son fronteras naturales, estaban ahí cuando los pueblos de uno y otro lado decidieron utilizarlas como límite. Pero hay otros límites cuya arbitrariedad es tan llamativa que basta mirar un mapa para que las alarmas salten y los conceptos chirríen. ¿Una línea imaginaria en mitad del desierto más árido imaginable? ¿De miles de kilómetros de largo? ¿Qué podría salir mal?

Las fronteras de África son, casi todas ellas, consecuencia directa de la Conferencia de Berlín de 1884 que el canciller Bismarck organizó junto con el resto de potencias coloniales europeas. Para evitar que Francia y Gran Bretaña acabaran a tortas por un quítame allá esas marismas llenas de mosquitos, y de paso para que Alemania pillara su parte del pastel, los imperios europeos y también los Estados Unidos (que al final no llegaron a participar) se reunieron durante tres meses para adoptar una serie de medidas, la principal de las cuales fue el reparto de África. El continente fue dividido en esferas de influencia y cada país (fundamentalmente Alemania y sobre todo Francia y el Reino Unido) se lanzó a conquistar lo que quedaba. De las conquistas realizadas por unos y otros en las siguientes décadas surgieron las fronteras africanas que aún se conservan. El trazado de las fronteras se realizó siempre sin tener en cuenta los intereses, la voluntad o la mera existencia de los nativos africanos. Hubo únicamente dos países que permanecieron independientes: Liberia, antigua colonia estadounidense, y Abisinia, actualmente conocida como Etiopía, que infligió al ejército italiano una humillante derrota de la que tardarían en recuperarse.

África antes de la Conferencia de Berlín (Mapa de El Orden Mundial)

Tras la II Guerra Mundial empezó el proceso de descolonización, primero en Asia y a partir de los años 50 también en África. En 1963 la Unión Africana decidió respetar las fronteras coloniales, una decisión que puede parecer disparatada teniendo en cuenta cómo habían sido trazadas, pero que responde simplemente a la lógica del mal menor: considerar como ilegítimas las fronteras existentes habría llevado necesariamente a la formación de otras nuevas, que en ningún caso habrían llegado sin abundante derramamiento de sangre. Es cierto que desde los setenta hasta hoy si hay algo que no han faltado en África han sido conflictos armados de todos los tamaños y colores, pero en aquel momento parecía, y probablemente era, el menor de los males. El concepto de Estado-Nación era por principio inaplicable en un continente con una serie de organizaciones sociales completamente alienígenas para los europeos, a lo que se sumó una delimitación fronteriza que ignoraba la complejidad de las relaciones entre distintas etnias, tribus o nacionalidades previas, de manera que partían en varios estados un mismo grupo étnico, o juntaban bajo un mismo gobierno dos grupos enemistados, en ocasiones con un notable desequilibrio demográfico, lo que llevó inevitablemente y en muchos casos a guerras civiles y genocidios. Recordemos Biafra o Darfur.

Poste indicando el trifinio entre Libia, Argelia y Túnez (fuente)
África entre la conferencia de Berlín y la I Guerra Mundial (El Orden Mundial)

El desierto del Sáhara abarca territorio de una docena de países, de Eritrea a Marruecos y de Túnez al Chad. La mayoría de las fronteras internacionales que se hallan en su interior fueron trazadas sobre un mapa a varios miles de kilómetros de allí, lo que ha provocado no pocas disfuncionalidades, además de unos cuantos conflictos. España, Francia, el Reino Unido e Italia fueron las cuatro potencias que adquirieron colonias en el Sáhara, y por tanto los responsables de su delimitación. La primera línea recta que se adivina en el mapa del desierto existe sólo en los mapas; el límite entre Marruecos y el Sáhara Occidental hace tiempo que fue borrado del terreno por el imperialismo marroquí. La línea recta situada en el paralelo 27º40′ Norte fue establecida como frontera por un tratado francoespañol en 1904, y España controló 250.000 kilómetros cuadrados al sur de esa línea hasta 1975, cuando se retiró debido a la Marcha Verde, la invasión marroquí de la colonia española. La proclamación de la independencia por parte del Frente Polisario llevó a un conflicto armado, en tregua desde 1991. Entre el 75 y el 80% del territorio reclamado como propio por parte de la República Árabe Saharaui Democrática está hoy ocupado por Marruecos, que niega la existencia de una frontera en el paralelo 26º40′, pese a que los tratados firmados por Hassan II tras la independencia en 1956 sí lo hacían. Ochenta países reconocen a la RASD, y ninguno la ocupación marroquí del Sáhara, pero los hechos tienen mucha más fuerza que los tratados internacionales. Unos 30.000 saharauis residen en la llamada Zona Libre, la que queda al otro lado del Muro Marroquí, 2.500 kilómetros de barreras y campos de minas establecidos por Rabat para proteger sus zonas ocupadas.

EL único puesto fronterizo entre Mauritania y Malí (fuente)
Vista aérea del Muro Marroquí. Más que un muro, es una barrera de arena rodeada de campos de minas, en mitad de la nada. Miles de kilómetros de desierto permanecen minados y seguirán así durante generaciones
Mapa cronológico de la construcción del Muro Marroquí. El Polisario controla apenas un 20 o 25% de la superficie de la antigua colonia española

Uno de los problemas más persistentes de las fronteras africanas es su falta de delimitación sobre el terreno. Pongamos el caso de las fronteras argelina con Mauritania y Malí. Argelia fue considerada como parte integral de Francia desde mediados del siglo XIX, y su ocupación es medio siglo anterior a la Conferencia de Berlín. Tras la carrera colonial París pasó a controlar una gran parte de la mitad occidental del desierto del Sáhara; fue la colonia conocida como África Occidental Francesa. Una gran porción del desierto, sin embargo, fue anexionado a Argelia y pasó a formar parte de la metropoli; Argelia es hoy el país más grande de África gracias a eso. La delimitación entre la Francia Colonial y la presuntamente metropolitana (o entre Argelia y el resto de colonias, para entendernos) se debe a un decreto de 1902 y a las luchas de poder entre distintos mandos coloniales franceses. Por esa razón las fronteras de Argelia al sur, con Mauritania, Malí y Níger son fundamentalmente lineas rectas en mitad del desierto; surgieron como límites administrativos entre colonias, en un entorno físico con cero puntos de referencia; y la metrópoli quiso añadir cuanto más territorio mejor a una región, Argelia, que consideraba tan francesa como Córcega. El amojonamiento de estas fronteras, y de la gran mayoría de los límites africanos, es en el mejor de los casos muy deficiente, si es que existe. Argelia y Mauritania se independizaron en los años 60 y abrieron su primer paso fronterizo en 2018. Toda la línea casi recta de 1.700 kilómetros que va desde el trifinio con el Sáhara Occidental y Marruecos hasta su contraparte con Níger y Malí está demarcado por apenas un puñado de hitos fronterizos, aparte de uno en cada triple frontera. Entre medias, miles de kilómetros cuadrados de nada en absoluto. Pero claro, en esa nada a veces pasan cosas.

Paso fronterizo entre Argelia y Mauritania (fuente)

El 16 de enero de 2012 un grupo de terroristas e insurgentes armados tuaregs iniciaron una rebelión a gran escala contra el gobierno de Malí atacando varios cuarteles del ejército y asesinando a algunos soldados. No era la primera vez, ni la segunda, que los tuareg se alzaban en armas contra el gobierno de Bamako. Ya lo habían hecho antes en 1962, 1990 y 2007. Los Tuareg alegan una marginación histórica por parte del gobierno maliense y la falta de representatividad en cualquier medida que les afecte a ellos o a sus medios de vida. Después de tres meses de combates y espantosas ejecuciones masivas, en abril los tuareg declararon el estado independiente de Azawad, que abarcaba todo el norte desértico de Malí, entre las rectilíneas fronteras con Argelia y Mauritania. Unos 800.000 kilómetros cuadrados habitados por un millón de personas. Dos tercios de la superficie de Malí, de hecho. La zona en la que viven los Tuareg no sólo abarca el norte del país, también el sur de Argelia, el occidente de Níger y un pequeño pedazo al suroeste de Libia. Pero las líneas que marcaron los franceses entre 1893 y 1912 les dejaron divididos en cuatro estados diferentes. Pese a ello, son mayoritarios en las zonas desérticas en las que habitan. El estado de Azawad existió apenas un año hasta que las disputas internas con los yihadistas que les habían apoyado inicialmente devinieron en guerra abierta. Hoy el norte de Malí está dividido entre tuaregs, islamistas enloquecidos y el gobierno maliense.

Un hombre ondea la bandera de Azawad, que también puede verse en el muro, en Kidal, al norte de Mali, en 2013.

La frontera entre las actuales Argelia y Libia tiene su origen en varios tratados firmados por Francia con dos potencias ocupantes, Turquía (el Imperio Otomano) e Italia, que ocupó Libia entre 1912 y 1942, además de con la propia Libia, independizada en 1955. Pese a todo este papeleo internacional un buen tramo del límite entre ambos países está pendiente de delimitar todavía hoy. No afecta demasiado al día a día porque está en mitad de una gran extensión de nada pedregosa y polvorienta, pero uno nunca sabe cuándo ni cómo va a encenderse la mecha de un conflicto fronterizo. De hecho Libia tuvo uno y bien grueso con su vecino del sur, Chad, a cuenta de una estrecha banda de terreno de algo más de cien mil kilómetros cuadrados de desierto: la Franja de Aouzou. El límite entre ambos países lo establecieron originalmente franceses y británicos en donde hoy se encuentra: una diagonal entre los meridianos 24 y 16 con su límite superior en el Trópico de Cáncer y el inferior en el paralelo 19º30′. En 1935 Francia pactó un nuevo límite con la Italia de Mussolini 100 kilómetros al sur, pero el tratado nunca fue ratificado. A eso, y a otras consideraciones como a quién debían vasallaje las pocas decenas de tribus y aldeas del lugar, se agarró el dictador libio Muamar Gadafi en 1978 para ocupar la franja de Aouzou. El conflicto subsiguiente pasó por numerosas fases, incluyendo dos intervenciones francesas, antes de desembocar casi una década más tarde en la llamada Guerra de los Toyota, cuando las fuerzas chadianas, equipadas con pick ups de esta marca armadas con misiles antiaéreos acabaron echando del país a las fuerzas libias. El conflicto se resolvió finalmente en el Tribunal de La Haya, que le dio la razón a Chad, pero hizo falta una guerra de diez años para decidir a quién pertenecía un pedazo de desierto habitado por dos o tres mil personas.

La Franja de Auzou, cartabonismo fronterizo de primer orden
Los Pick-up japoneses eran virtualmente indestructibles y eran capaces de transportar cualquier cosa, desde tropas y suministros hasta misiles antitanque. En la imagen, un Toyota reciclado para la guerra civil Libia de 2011
Una de las últimas batallas del conflicto entre Chad y Libia fue la batalla de Fada. Las fuerzas chadianas contaban con tres veces más soldados, pero el ejército libio estaba armado con carros de combate y BMPs blindados con una capacidad de fuego muy superior. Al final del día no sólo las bajas humanas habían sido masivamente desfavorables a Libia (783 soldados muertos frente a 18 chadianos) sino que las fuerzas a las órdenes de Yamena habían perdido únicamente TRES Toyotas, por más de 120 tanques y vehículos blindados de sus enemigos. Dese entonces las furgonetas Toyota son parte integrante del paisaje de cualquier guerra o revolución en el Sáhara y en Oriente Medio.

La frontera entre Egipto y Sudán es una línea recta de 1.225 kilómetros de desierto siguiendo el paralelo 22 Norte entre el trifinio con Libia y el Mar Rojo. O bueno, quizás no. La indefinición de la frontera ha provocado una rareza territorial de primer orden en mitad del desierto; Bir Tawil, una de las escasísimas tierras no reclamadas en el mundo (Terra Nullius). Todo empezó en 1899 cuando Egipto y el Reino Unido se repartieron lo que hoy son los dos Sudanes. El tratado fundó un condominio, conocido como Sudán Anglo-Egipcio, en vigor hasta 1956, y cuya frontera con Egipto era el paralelo 22 Norte. Tres años más tarde el Reino Unido modificó la frontera, curiosamente con la intención de hacerla más acorde con la realidad de los habitantes nómadas de la zona. El triángulo de Hala’ib, 20.000 kilómetros cuadrados de territorio junto al Mar Rojo,  fue puesto bajo control del Gobernador del Sudán puesto que sus habitantes eran culturalmente más próximos a Jartum, mientras que Bir Tawil, con apenas una décima parte de la superficie, le fue entregado a Egipto porque los nómadas que usan el pozo que le da nombre proceden del norte del paralelo 22. El problema vino tras la independencia. Egipto reclama que la frontera real es la de 1899 y Sudán lo niega, reconociendo como válida la enmienda de 1903. Por tanto ambos países reclaman como suyo el triángulo de Hala’ib y su parte marítima correspondiente, y consecuentemente ninguno de los dos reconoce Bir Tawil como propio.

Mapa de Egipto. Al sureste, las zonas en disputa, en detalle en la siguiente imagen

Al estar Bir Tawil completamente deshabitado tampoco es que su condición suponga problemas, pero el pequeño territorio ha protagonizado hechos cuanto menos curiosos. En 2014 un señor del estado de Virginia se montó a un avión y después de varias escalas y de cruzar unas cuantas decenas de kilómetros de desierto se plantó en Bir Tawil y tomó posesión formalmente del territorio, del que se proclamó Rey, y acto seguido proclamó princesa de Sudán del Norte a su hija de siete años para cumplir una promesa que le había hecho tiempo atrás. El lector quizá se pregunte cómo de zumbado hay que estar para algo así, pero seguramente tampoco se sorprenda al enterarse de que Jeremiah Heaton, granjero de Virginia, no es el único que ha reclamado el reino para sí. En noviembre de 2017 un programador indio de 24 años viajó desde El Cairo aprovechando una conferencia y también tomó posesión del lugar, pinchó su banderita y todo el ceremonial. Suyash Dixit se convirtió así en Rey de Dixit, manifestando una imaginación equiparable a la de los pedruscos que salpican el territorio. En septiembre de este año alguien con cierto sentido del humor proclamó el Reino de la Montaña Amarilla en los mismos dos mil kilómetros cuadrados de desierto. El susodicho reino cuenta con una potente presencia online, incluyendo varias cuentas de Tuíter, una web y un canal de Youtube. Una tal Nadera Nassif afirma ser la primera ministra, pero el Rey de Sudán del Norte (el granjero de Virginia) afirma que es una enferma mental. No acaba ahí la cosa: un radioaficionado ruso, Dimitri Zhikharev, reclama haber sido el primero en «conquistar» el territorio, al que denominó «Reino de la Tierra Media» porque nunca superó la adolescencia, supongo. El caso es que pretendientes no le faltan a esas tierras baldías, porque nada llama más al conflicto, aunque sea de broma, que una frontera mal definida.

Jeremiah Heaton, Rey de Sudán del Norte.
Suyash Dixit, rey de Dixit.
Dimitri Zhakharev, Rey de la Tierra Media, mostrando un pasaporte de su reino que, supongo, compró en Ali Express

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Fronteras con Escuadra y Cartabón: Indonesia y Papúa-Nueva Guinea

Sobre países que no existen: Rockall, Hutt River.

4 respuestas a “Fronteras con escuadra y cartabón: Las fronteras del Sáhara

  1. Zamba 18-diciembre-2019 / 9:07 am

    «Una imaginación equiparable a la de los pedruscos que salpican el territorio». Memorable. Aplausos.
    Excelente todo, como siempre.

  2. Cavaliery 18-diciembre-2019 / 8:15 pm

    Brutal artículo!
    Muy -muy- bueno.

    Una pregunta, talvez tienes (o existe por ahí) algun hipotetico mapa de Africa del que hubiese sido las fronteras y paises mas «correcto», en base (supongo) a las trubus que alli habitan, fronteras naturales, etc.

    Saludos

  3. Karji 18-diciembre-2019 / 9:53 pm

    Como siempre, muy bueno.
    Lo de Egipto, para nota, que estaban de condominio hasta el 56 en el Sudán Anglo Egipcio y en el 58 se fueron de mambo transcontinental para formar la RAU
    Hablas de fronteras un poco etereas y permeables, pero una muy evidente y poco eterea es la de Argelia y Marruecos, cerrada desde hace años, así que si un día quieras darte un voltio en coche desde Barna por el Mediterráneo en algún momento tendrás que dar media vuelta.
    Y con escuadra y cartabón no, pero algunas fronteras se hacen con compás, como la de Melilla.
    Lo de los Toyota, vale, pero realmente el coche del desierto el el 504…
    Vamos, que, como siempre, empiezas con un fronteras y acabas procastinando con la wiki…
    ¡Muchas gracias!

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