La Gran Muralla China

TÍTULO	*La Gran Muralla China* o Chángchéng (“larga fortaleza”).
PERÍODO	La antigua muralla se enmarca en la Dinastía Qin (en torno a 200 años a.C.) y la muralla que muestra su aspecto actual, fue promovido por la Dinastía Ming en la segunda mitad del siglo XVI.
AUTOR	En la construcción de la muralla no se identifican autores como tal, sino las dinastías que se encontraban en el poder. La antigua muralla fue promovida por el primer emperador Qin Shihuang di (Dinastía Qin 221-206 a.C.) y la actual muralla fue promovida por la Dinastía Ming (1368-1644).
LOCALIZACIÓN	La obra se localiza en China, atravesando el país desde el mar amarillo hasta el desierto del oeste de China. Se extiende por el norte del país gracias a 21.200 kilómetros de murallas. El trazado sigue las líneas de la montaña, en terrenos altos que los dota de gran visibilidad. Asciende 1500 metros hasta las cumbres de las montañas.
CONTEXTO HISTÓRICO	China era un país con una población sedentaria que se dedicaba a cultivar las tierras y producir más comida de lo que necesitaban. Por el contrario, Mongolia era tierra de nómadas; las condiciones climáticas hacían imposible cultivar y se trasladaban en función de las estaciones del año. Esto originaba que los mongoles hiciesen incursiones a caballo a China para hacerse con suministros y alimentos que no podrían producir ellos mismos. Los nómadas eran guerreros experimentados, letales e invencibles. El miedo que acarreaba los ataques en la población China, generó la necesidad de crear un muro que evitasen las incursiones nómadas. En 1550, los nómadas atravesaron el antiguo muro debido a las mejoras militares, por lo que fue necesario la construcción de uno nuevo que soportase las invasiones actuales.
DESCRIPCIÓN	Cabe destacar las dos tipologías que ha tenido la muralla en su historia: muro de tierra y muro de ladrillos. ‐ Muro de tierra: siglo III a.C. Muro de 6 metros de altura construido mediante tierra compactada. La única manera de sobrepasarlo era escalando, bajo una lluvia de flechas letales. ‐ Muro de ladrillos: siglo XVI. Se construye tras la invasión de 1550. Las mejoras tecnológicas militares de los mongoles hacen que la antigua muralla sea ineficaz. Se eleva a 7 metros de altura, con altas almenas para proteger a los defensores, astilleras desde donde disparar contra los atacantes y plataformas donde colocar los cañones. Tiene 5 metros de ancho y decenas de miles de torres de vigilancia colocadas cada 150 metros para maximizar las líneas de fuego (donde además vivían los defensores y se almacenaban las armas). Se talaron los árboles a más de 3 km de la muralla para ver llegar las incursiones. Además, se cuenta con estribaciones para ampliar la línea defensiva y con almenaras que vigilaban y daban la señal de alarma a kilómetros de distancia de la muralla. La muralla, a pesar de tener tramos imposibles de atacar, es continua para dotar de la movilidad de los defensores en caso de necesitar refuerzos. Además, otras de las funciones primordiales de la muralla es la protección del comercio chino bajo la ruta de la seda. Para el imperio, el comercio era la vinculación con el mundo exterior, y por tanto, disponía de puertas de entrada en la muralla.
TECNOLOGÍA CONSTRUCTIVA	– Muro de tierra: El muro aún se mantiene en muchos puntos del recorrido, y en otros, se encuentra bajo la propia estructura actual de la muralla de ladrillo, debido a la tecnología que se usó. La estructura se construyó mediante tapial, compactando por tongadas el material predominante (loess). Este material es rico en carbonato de calcio, por lo que, junto con el agua de la lluvia, se auto cementaba dotándolo de la resistencia necesaria. Además, entre tongadas, se disponía de finas esterillas de juncos para dotar de mayor estabilidad gracias al drenaje que proporcionaba ésta capa vegetal. ‐ Muro de ladrillos: Tras la invasión de los mongoles, el reto era construir una barrera infranqueable, rápida de construir y segura. Para ello se hicieron uso de ladrillos grandes de arcilla creados mediante moldes y miles hornos de cocción que suministrasen una producción de ladrillos continua. La colocación de los ladrillos debía ser perfecta para generar una pared completamente lisa que no diese posibilidad a ser escalada. Estos se asentaban sobre una base de bloques de granito. Otro de los aspectos más relevantes para la construcción del muro fue el mortero utilizado para la unión de los ladrillos. Este mortero se mezclaba junto con agua de arroz (que contiene una gran proporción de almidón), lo que le aportaba una gran resistencia, más incluso que los propios ladrillos.
IMPACTO	El impacto social que tuvo la obra fue grandísimo, tanto durante su construcción y el gran número de personas implicadas en la obra (aproximadamente 1 millón de personas), como la tranquilidad que daba al imperio y al campesinado que existiese una muralla que protegiese de las incursiones nómadas. Además, el impacto que tiene como obra, catalogada como una de las siete maravillas del mundo, siendo la fortificación más larga y cara jamás construida. Más de mil millones de ladrillos de arcilla fueron necesario para atravesar un continente, con el fin de proteger a la nación más poblada del mundo. Fue el proyecto de construcción más ambicioso de la historia. El impacto paisajístico es bastante alto, ya que modifica completamente el medio natural durante todo su recorrido, pero cabe destacar que la belleza que tiene la propia obra, junto con los lugares de alta montaña por los que discurre, combinan de tal modo que hacen único el paisaje. Además, genera “efecto barrera” tanto para las personas (el objetivo de su construcción) como para la fauna de la zona.
CRÍTICA	El valor de esta obra sobrepasa los niveles y retos constructivos de cualquier lugar, posiblemente promovido por el miedo y la frustración de que todo el trabajo se pierda por una incursión nómada. Es la obra más grande en la historia de la humanidad y aunque se afirme o no sobre su efectividad real, está claro que el esfuerzo que se hizo por construir algo tan grandioso genera una maravilla del mundo.