Planetas Prohibidos nº 2

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PLANETAS PROHIBIDOS es una revista cuatrimestral de ciencia ficción sin ánimo de lucro. Su objetivo es la difusión de artículos, relatos e ilustraciones del género.

NORMAS DE PUBLICACIÓN. La revista PLANETAS PROHIBIDOS está dedicada a la ciencia ficción, pero también a la fantasía y al terror como géneros afines. La revista acepta relatos, artículos, ilustraciones y cómics, de tema libre, formateado en Trebuchet MS 12 pto, párrafo justificado y salto de una línea. Si en el plazo de dos meses la revista no ha contestado, la obra se considera desestimada.

AVISO LEGAL. Los textos e ilustraciones pertenecen a los autores, que conservan todos sus derechos asociados al © de su autor. El autor, único propietario de su obra, cede únicamente el derecho a publicarla en PLANETAS PROHIBIDOS para difundirla por Internet en formado pdf y epub. No obstante, los derechos sobre el conjunto de PLANETAS PROHIBIDOS y su logo son © del Grupo PLANETAS PROHIBIDOS.

CONSEJO DE DIRECCIÓN: Jorge Vilches, Lino Moinelo, Guillermo de la Peña y Marta Martínez. EDITOR: J. Javier Arnau MAQUETACIÓN: Planetas Prohibidos.

Queda terminantemente prohibida la venta o manipulación de este número de PLANETAS PROHIBIDOS.

COLABORAN EN ESTE NÚMERO: ILUSTRADOR DE PORTADA: Guillermo Romano DISEÑO Y MAQUETACIÓN DE PORTADA: Marta Martínez y Guillermo de la Peña EDITORIAL: Jorge Vilches RESTO DE ILUSTRACIONES: Pablo Uría, Fraga, Pedro Belushi, J. Antonio Marchán, Javier Durán, Anabel Zaragozi, Juan Raffo, Komixmaster, Laila P. Ávila, y Verónica Leonetti. ESCRITORES: Lino Moinelo, María Martín Cirujano, Pedro López Manzano, Jorge Zarco, J. V. Ortuño, Yoss, Carlos Páez S., Roberto Redondo, GuajaRs, Claudio Landete Anaya, Juan José Tena, Jorge Vilches, Martín Fragoso, Eduardo Andrés Lagos, Carlos Arnau, J. Javier Arnau, y Gabriel Romero de Ávila. FOTOS: Jorge Zarco, José Vicente Ortuño, y V. Leonetti.

No obstante se autoriza a copiar y redistribuir la revista siempre y cuando se haga de forma íntegra y sin alterar su contenido. Cualquier marca registrada comercialmente que se cite en la revista se hace en el contexto del artículo que la incluya sin pretender atentar contra los derechos de propiedad de su legítimo propietario. El Grupo PLANETAS PROHIBIDOS está compuesto por Lino Moinelo, Guillermo de la Peña, Marta Martínez y Jorge Vilches. BLOG http://planetasprohibidos.blogspot.com

CONTACTO revistaplanetas@gmail.com

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ÍNDICE 3/EDITORIAL

72/ EL DÍA DE LA EVOLUCIÓN, Jorge Vilches. Ilustrado por Anabel Zaragozi. 75/ EL MEJOR PROGRAMADOR, Martín Fragoso. Ilustrado por Juan Raffo. 78/ EL CASTIGO, Eduardo Andrés Lagos. Ilustrado por Komixmaster.

ARTÍCULOS 5/ EL FACTOR HUMANO, Lino Moinelo 11/ E-BOOK: EDICIONES Y EDITORIALES, María Martín Cirujano 13/ ¡ES QUATERMASS, EL CIENTÍFICO!, Pedro López Manzano

POESÍA 81/ ELLA, Carlos Arnau y J. Javier Arnau. Ilustrado por Laia P. Ávila. 82/MUERTE DE UN ESPEJO, J. Javier Arnau. Ilustrado por Verónica Leonetti.

ESPECIAL UPC 2010: YOSS 16/ INTRODUCCIÓN, por J. Javier Arnau y MESA REDONDA, por Jorge Zarco. 18/ ENTREVISTA A YOSS, José Vicente Ortuño. Las fotos son de Jorge Zarco, José Vicente Ortuño y V. Leonetti. 28/ RELATO: El síndrome de Shangri-la XIV, Yoss. Ilustrado por Pablo Uría.

CÓMICS 84/ A LA HORA DE LA CENA, Marta Martínez (guión) y David Marín (ilustración). 87/ EL TRAJE DE AIRON MAN, Rafa Alonso (guión y dibujos). 90/MUNDO ROBOT, David Braña, Dani Egido y Enric Nolla. 91/ Biografías de los autores.

RELATOS 51/ ABDUCCIÓN A LA CHILENA, Carlos Páez S. Ilustrado por Fraga 54/ AMARILLO, Roberto Redondo. Ilustrado por Pedro Belushi. 59/ EL CAFÉ DE MEDIA TARDE, GuajaRs. Ilustrado por José Antonio Marchán. 62/ PLANOS DE DIVERGENCIA, Claudio Landete Anaya. Ilustrado por Javier Durán 69/ EN LA RED, Juan José Tena. Ilustrado por Pedro Belushi.

RESEÑAS 93/ EL HIJO DEL HOMBRE, de Félix Ballesteros Rivas. Por J. Javier Arnau. 96/ LA EDDA FÍLMICA, O COMO RENOVAR A UN SUPERHÉROE (THOR). Por Gabriel Romero de Ávila. NUESTROS PORTADISTAS 99/ NÚMERO 1, Guillermo de la Peña. 100/ NÚMERO 2, Guillermo Romano.

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l primer número de PLANETAS PROHIBIDOS tuvo una buena acogida. Recibimos en nuestro blog y correos particulares muchas FELICITACIONES y muestras de ánimo, lo que se agradece bastante. También tuvimos alguna CRÍTICA, que igualmente nos sirvió para tomar nota y tratar de mejorar en la medida de lo posible. Lo más gratificante ha sido la ilusión mostrada por los escritores e ilustradores que han confiado en nuestro proyecto.

En la sección de RELATOS el lector puede encontrar los de Carlos Pérez S., Roberto Redondo, Daniel Guajardo (alias GuajaRs), Claudio Landete Anaya, Juan José Tena, Jorge Vilches, Martín Fragoso y Eduardo Andrés Lagos. Para ilustrar estos relatos hemos tenido la fortuna de fichar a Fraga, Pedro Belushi, José Antonio Marchán, Javier Durán, Anabel Zaragozi, Juan Raffo y Komixmaster. Las poesías de Carlos y J. Javier Arnau han contado con las ilustraciones de Laia P. Ávila y Verónica Leonetti.

Hay que confesar que también a nosotros nos ilusionó el primer número. Y claro, apareció el inevitable aluvión de ideas, la brainstorming habitual en el que todo parece posible. Después de la “borrachera”, limpiamos de polvo y paja las ocurrencias, y nos quedamos con dos o tres. La primera es que el próximo número contará con un especial sobre el erotismo en la ciencia ficción. Lo hemos llamado SPACE PORNO. El caso es que se lo contamos a cuatro amigos y casi completamos el número (¿Qué tendrá este tema? ¡Que venga Punset a explicarlo pero ya!). Sin embargo, aún aceptamos material, especialmente cómic, aunque también artículos y relatos (cortos, por favor). Los ilustradores serán bienvenidos.

La sección de CÓMICS va aumentando, de lo cual estamos muy satisfechos. Marta Martínez y David Marín nos regalan una visión muy irónica del mundo zómbico en A la hora de la cena. Rafa Alonso nos presenta al divertido Airon Man; y David Braña, Dani Egido y Enric Nolla publican su tira cómica Mundo Robot. J. Javier Arnau RESEÑA El hijo del hombre, con la que Félix Ballesteros Rivas ganó el premio de novela Andrómeda 2008. Gabriel Romero de Ávila comenta la película Thor, donde ha visto una buena renovación de un superhéroe basado en la Edda (que no Edad, cuidado). Hemos querido cerrar el número haciendo justicia a nuestros PORTADISTAS, cuyos trabajos tenemos que mutilar para maquetar la portada.

En este número 2 contamos con ARTÍCULOS muy interesantes. Empezamos con uno de Lino Moinelo sobre la búsqueda del ser humano y sus límites. María Martín, editora de Torre de Marfil, dedica unas páginas al ebook, cuyas posibilidades abren un mar de esperanzas a muchos escritores. Por último, Pedro López Manzano nos recuerda a uno de esos científicos locos tan queridos por los amantes del género, el profesor Quatermass.

Muchas gracias a todos por hacer posible PLANETAS PROHIBIDOS. La noticia de última hora es que la revista PLANETAS PROHIBIDOS se hermana con otras publicaciones online periódicas, como son ALBIS OFF, cuyo número 0 saldrá en junio, MANIFIESTO PARAPSIPUNK, que nacerá ese mismo mes, PÍFANO, con dos números, y ALFA ERIDIANI, una de las clásicas. La plataforma está alojada en el blog http://kioskoincontrolable.blogspot.com/. En el KIOSKO INCONTROLABLE se podrán descargar todas las revistas, enlazar a los blogs y disponer de material literario de descarga libre, cortesía de la web ATHNECDOTARIO INCOHERENTE. No es por nada, pero tiene buena pinta.

Hemos tenido la fortuna de contar con el ganador del PREMIO UPC de Ciencia Ficción 2010, José Miguel Sánchez Gómez, alias Yoss. Tras un par de artículos sobre la ceremonia, publicamos una entretenida entrevista que le hizo José Vicente Ortuño. Yoss, tan generoso como buen narrador, nos ha regalado un relato fantástico titulado El síndrome de Shangri-La XIV, con una ilustración increíble de Pablo Uría.

Jorge Vilches

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ARTÍCULOS 5/ EL FACTOR HUMANO, Lino Moinelo 11/ E-BOOK: EDICIONES Y EDITORIALES, María Martín Cirujano 13/ ¡ES QUATERMASS, EL CIENTÍFICO!, Pedro López Manzano

ESPECIAL UPC 2010: YOSS 16/ INTRODUCCIÓN, J. Javier Arnau, Jorge Zarco, José Vicente Ortuño (texto), Jorge Zarco, José Vicente Ortuño y V. Leonetti (fotos) 18/ ENTREVISTA A YOSS, José Vicente Ortuño 28/ RELATO: El síndrome de Shangri-la XIV, Yoss. Ilustrado por Pablo Uría.


EL FACTOR HUMANO

hace que cobre especial valor el imaginar la existencia a nuestro lado de un compañero con el que compartir nuestras dudas existenciales, para que tal vez en el intento por comprenderle, logremos hacerlo con nosotros mismos.

Lino Moinelo La vida es un concepto que La Ciencia no ha logrado determinar con la exactitud que habitualmente se espera de ella. Como en tantas otras ocasiones, esta indefinición es aprovechada por los autores de CienciaFicción para dar rienda suelta a su talento creativo o tal vez, liberar sus inquietudes o temores por conocer respuestas a las clásicas preguntas que atormentan a la especie Humana desde sus orígenes, el Complejo de Prometeo por el cual ansiamos parecernos a nuestro creador, sea divino o natural.

Por otro lado, la desdicha por la que en ocasiones pasa la humanidad al tener que sufrir una y otra vez sus propios defectos, que provocan la muerte y destrucción de sus congéneres allá donde se aposentan, hace elucubrar a los autores de todos los tiempos a los seres humanos cometiendo el pecado de soberbia o hubris, como le llamaron en la Grecia Clásica, desafiando a su Dios e imitándole con la creación de seres para tenerlos a su servicio, sometiéndoles a su misma o peor suerte.

¿Hasta qué punto es capaz el ser humano de crear seres como el, en qué aspectos y con qué condiciones? Seguramente, estas y otras preguntas similares han pasado por la cabeza de muchos autores de la antigüedad desde tiempos inmemoriales, puede que desde que el Hombre es consciente de su existencia, y necesita conocer cuál es el papel que El Creador, quien quiera que sea y allá donde quiera que este, ha dispuesto para el durante el limitado tiempo que permanecerá en este mundo. La soledad que en la búsqueda a estas respuestas ha experimentado nuestra peculiar especie,

La Historia Según la mitología judeocristiana, Dios creo al ser humano moldeando su cuerpo a partir

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de barro, insuflándole a continuación una chispa divina. Siguiendo esta tradición, los antiguos transmitieron la leyenda del Golem, ser creado por el propio Hombre a su servicio a partir de materia inanimada, pero al que no le había transmitido el don de la humanidad, algo que solo El Supremo podía otorgar, según las antiguas escrituras.

critica la esclavización que la humanidad se impone a si misma en las cadenas de producción. Dos años después fallecía Karel Čapek(1890-1938), que un tiempo antes había brindado tanto a la Ciencia-Ficción como al mundo en general, un concepto gracias al cuál el imaginario colectivo plasmaría en el la gran mayoría de las leyendas sobre seres creados por el ser humano a su imagen, con los que compartir nuestras búsquedas filosóficas: el robot.

Cuentan las leyendas que los alquimistas del Medioevo eran capaces de crear, esta vez a partir de material biológico, una especie de seres a imitación del ser humano pero de tamaño diminuto. A estos seres infrahumanos surgidos a partir de materia biológica se les denominó homúnculos. Siglos después Frankenstein (Mary Shelley, 1818) surgido de restos de origen humano tal y como imaginó la autora de la obra literaria que lleva el mismo nombre, compartiría muchos de sus aspectos con el Golem, excepto precisamente el de la materia de la que estaba construido.

Čapek imaginó en su obra R.U.R. (Robots Universales Rossum) (1920) a los robots como unos seres artificiales construidos y diseñados para sustituir al hombre en las tareas ingratas. Aunque este autor de origen Checoslovaco pensó en ellos como biológicos, sin embargo, el tratamiento posterior de los robots ha sido de forma mayoritaria la de considerarlos como entidades mecánicas. Hasta tal punto se asocia un androide o robot con un humano mecánico, que los guionistas de Blade Runner utilizaron, quien sabe si para evitar confusiones, el conocido término de replicante para referirse a su particular versión de los humanos artificiales. Pero si hay alguien a quien se le puede responsabilizar de la actual imagen de los robots, ese no es otro que Isaac Asimov. Sin olvidar a Stanislav Lem (1921-2006) y su tratamiento satírico y humorístico, aunque no menos filosófico, es gracias a las tres (más una) leyes que el Buen Doctor retorció hasta extremos casi imposibles en mil y una historias de robots, cuando la humanidad pudo por fin encontrar en el mundo de la literatura de Ciencia-Ficción a ese tan anhelado compañero de viaje, algunas veces accidentado, que la humanidad lleva recorriendo y cuyo destino aún no conoce. El supuesto científico La concesión científica que habitualmente se ha venido empleando en estas obras de Ciencia-Ficción, ha sido la de dar por supuesta la capacidad de crear seres tan inteligentes o con las mismas capacidades de los humanos, y una vez en este punto, especular y filosofar sobre que sentirán, o

En 1936 Charles Chaplin (1989-1977) dirige su película Tiempos Modernos, en la que se

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que dudas y anhelos tendrán. En definitiva, en que se parecerán o distinguirán, de los seres humanos.

Según los Teoremas de Incompletitud de Gödel, no es posible diseñar un algoritmo, o conjunto de axiomas, que sean a la vez consistentes y completos. Un conjunto de axiomas lógicos jamás serán suficientes para auto-demostrarse. Dicho de otra forma, la capacidad del Ser Humano en ser consciente de si mismo, no es posible lograrla matemáticamente en una máquina. Tal vez el ser humano no pueda aún siendo consciente de si, demostrarse a si mismo por mucho que se esfuerce siguiendo los caminos actuales, y mucho menos por lo tanto construir otras entidades que sean como el.

Sin embargo, a pesar de los prometedores comienzos de la Inteligencia Artificial (IA), los descubrimientos en este campo han puesto de manifiesto las tremendas dificultades en lograr su objetivo, por no hablar de cierta imposibilidad.

Turing por su parte, le dio la vuelta al trabajo de Gödel y dentro de la Teoría de la Computabilidad, desarrolló el modelo formal en el que se basan todos los computadores de la actualidad llamado máquina de Turing, gracias al cuál demostró que existen problemas que un sistema automático no puede resolver ni tan siquiera disponiendo de recursos ilimitados. Dicho de otra forma, que por potente que sea un computador determinístico (todos los actuales), es materialmente incapaz de lograr metas que un cerebro humano alcanza sin relativa dificultad. Problema: la consciencia, la inteligencia y la intuición humanas

De lo anterior se deduce que la consciencia que el ser humano posee sobre si mismo y del universo que le rodea, no puede ser emulada o simulada plenamente mediante un algoritmo o programa, con los paradigmas de programación tradicionales. Igualmente, compartiendo espacio en algún lugar del mismo cerebro que las alberga, existen el genio y la intuición humana, gracias a las cuales los pertenecientes a dicha especie pueden resolver problemas a cuya solución los computadores no logran ni acercarse.

El primer escollo en el camino hacia el desarrollo de máquinas con capacidades similares al cerebro humano, fue encontrado gracias al trabajo combinado del científico Inglés Alan Turing (1912-1954); conocido entre otros aspectos por su decisiva intervención en el descifrado de las máquinas de codificación Enigma, utilizadas en la Segunda Guerra Mundial por el bando Nazi; y el matemático Austriaco Kurt Gödel (1906-1978), cuyo trabajo en el área de la lógica ha sido uno de los más influyentes en el pensamiento científico y filosófico del siglo XX, según reza la Wikipedia. Aunque existen otros nombres de la comunidad científica cuyas aportaciones fueron imprescindibles, podría decirse que estos dos científicos dieron la forma final al problema, cuyas conclusiones que se pueden extraer, son como poco, sorprendentes:

Pero una vez más, el Dios Prometeo acude desde su lugar en el Olimpo en ayuda de la humanidad, desafiando al resto de dioses y proporcionándonos de nuevo el fuego en forma de Mecánica Cuántica. ¿Soluciones?: ordenadores redes neuronales

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cuánticos

y


Desde que el ser humano descubrió la mecánica cuántica, no han cesado los quebraderos de cabeza para cierta parte de la comunidad científica que se aferra a un determinismo ordenado y predecible, pero totalmente insuficiente para continuar avanzando en el conocimiento. La Teoría del Caos y las estructuras matemáticas como los fractales, de aparición común en la naturaleza, añaden cierta angustia a dicho sector, que piensa que se le desmorona el sólido edificio de sabiduría que creían tener. Sin embargo, estas nuevas áreas del conocimiento, lejos de la incomodidad que para algunos parece presentar, pueden ser ese mensaje que Prometeo envía a la humanidad.

el órgano que protege nuestro cráneo es capaz de realizar.

Penrose defiende también la dualidad mente-cerebro, de forma similar a la dualidad programa-computador o softwarehardware. En virtud de este concepto, un hardware basado en un computador cuántico, podría ejecutar software basado en redes neuronales o algoritmos genéticos, llegando a cotas que solo la Ciencia-Ficción ha imaginado hasta ahora, ya que lamentablemente, todavía no se han superado las dificultades existentes para construir una máquina cuántica funcional. La Ciencia-Ficción

Uno de los miembros de la comunidad científica que ha decidido superar viejos prejuicios y explorar estos nuevos caminos es el científico de origen inglés Sir Roger Penrose (1930), que ha proporcionado algunas explicaciones al curioso funcionamiento de la mente humana. Según este científico y tal y como explica en su Teoría de la Mente, el cerebro humano ha de funcionar según patrones distintitos a los que la IA ha barajado hasta ahora, siendo la mecánica cuántica y su carácter no determinista y probabilístico, la que explicaría la mayor parte de las proezas que

Siguiendo la tradición de respeto hacia el rigor científico, la Ciencia-Ficción no solo no ha sido ajena sino que casi ha predecido algunos de estos trabajos científicos: 

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En 1968 Philip K. Dick nos dejo algunas claves en su obra en cuanto a las diferencias entre humanos y andrillos (replicantes en la película) con la aparición en la novela que sirvió de inspiración a Blade Runner del test de empatía de Voigt-Kampff,


gracias al cual es posible diferenciar entre unos y otros. Turing ideo una prueba son intenciones similares llamada Test de Turing, siendo una de las muchas formas de este sistema el conocido para dejar comentarios en el que hay que teclear unas letras borrosas (Captcha), que un sistema automático no puede identificar, pero un humano si. 

robótica y que supeditaba a las demás leyes: «Un robot no puede hacer daño a la humanidad o, por inacción, permitir que la humanidad sufra daño.»

En algunas de las conversaciones que la pareja de detectives (incomprensiblemente desperdiciada para el cine o la televisión) formada por el humano Elijah Baley y el robot R. Daneel Olivaw (Bóvedas de acero – 1954-, El Sol Desnudo –1957-, Robots del amanecer –1983-) mantenían entre ellos, consistían en tratar sobre sus diferencias. Su autor Isaac Asimov, describe en estas obras a la intuición humana como el factor que distinguiría a unos de otros al ser esta la capacidad de llegar a conclusiones útiles sin tener información suficiente. Es decir, sin ser determinista.

En El robot humano (Isaac Asimov y Robert Silveberg, 1992), sus autores cuentan como el robot convencional doméstico NDR 113 adquiere habilidades artísticas debido a una serie de errores encadenados en las tolerancias de su cerebro positrónico, dando lugar a una combinación irrepetible y singular.

En el relato corto Sueños de robot (Isaac Asimov, 1986), la celebre doctora en el universo de los robots de Asimov, Susan Calvin, se enfrenta a un curioso caso: un robot que sueña. La explicación es que este robot ha sido programado mediante un paradigma nuevo según el relato, basado en fractales. Lo curiosísimo de este relato es la coincidencia en el decisivo papel que podrían tener los fractales en la comprensión del mundo cuántico tal y como explican en este artículo científico del 30 de marzo… ¡de 2009!

La aparición de un humano artificial en cualquiera de sus formas (robot, androide, replicante, golem, etc.) junto a los humanos es utilizado como pretexto para todo tipo de debates en torno a cuestiones éticas y filosóficas sobre nuestra condición o nuestro papel en el universo, que con toda probabilidad no van a verse resueltas. El uso de parejas de protagonistas con cierto antagonismo, es también habitual en todo tipo de obras siendo el eje central de muchas de ellas. Una mención especial en estos aspectos que merece un artículo dedicado, es el excepcional tratamiento que se hace de la convivencia de Cylones y humanos en la moderna serie de Battlestar Galactica.

Asimov permite que sus robots transciendan de si mismos al autoprogramarse con una ley que implicaba tener una consciencia de su papel en el universo asimilando un concepto abstracto como es el de La Humanidad: La Ley Zeroth, que podría definirse como una religión

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Golem, la forma de llamar de los antiguos al Factor Humano que hoy les falta a los sistemas de IA? Bueno, al menos como argumento Ciencia-Ficción creo que no estaría mal.

de

Referencias: 

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Para finalizar este largo artículo, una pequeña anécdota sobre la más famosa de las leyendas del Golem: en la misma ciudad donde falleció el responsable del vocablo que hoy utilizamos para denominar a nuestros Golems modernos o robots, oculto en algún ático, yace uno de los más famosos de estos seres mitológicos construidos a semejanza del ser humano: el Golem de Praga.

Cuenta la leyenda que en el siglo XVI un rabino de esta ciudad poseía uno de ellos. Su Golem era, como todos los Golem, tosco y falto de humanidad. Era así hasta tal punto que ejecutaba las órdenes de forma literal, y un día, al mandarle a sacar agua del río inundó el poblado.

Artículo en Tendencias 21 sobre la Teoría de la Mente Cuántica de Roger Penrose Artículo en Tendencias 21 sobre las limitaciones de la mente humana. Hacia una comprensión científica de la conciencia (Reseña literaria de Sombras de la mente de R. Penrose, escrita por José Biedma) Jeff Hawkins en la Wikipedia: inventor del Palm Pilot, es defensor de un paradigma distinto al de R. Penrose para imitar a la mente humana. Victor J. Stenger en la Wikipedia inglesa: es un científico escepticísta y ateísta, al que su oposición al espiritualismo cuántico (nueva corriente espiritualista basada en la intervención de fenómenos cuánticos), le lleva a buscar desmontar toda conexión entre la mecánica cuántica y el funcionamiento de la mente.

Artículo publicado originalmente en el blog El Fin de la Eternidad el 17 de abril de 2009

Lo increíble de este cuento es que se describe la actitud del Golem como la de un autómata moderno desde la óptica de la época, como si fuera uno de los robots que siglos más tarde imaginaría Karel Čapek en su representación teatral, en la misma ciudad donde hoy reposa el supuesto Golem de la leyenda.

Lino Moinelo (Valencia). Informático y documentalista despistado, aficionado a la Ciencia-Ficción. Colabora en el portal Planetas Prohibidos principalmente en la sección ―Sueños de androide‖. La mayoría de sus artículos se publican simultáneamente en el blog El Fin de la Eternidad, donde se puede encontrar el resto. Pudo graduarse en la Escuela de Batalla pero llegó tarde al examen. No obstante, se alistó como voluntario en la Flota Internacional, donde participa desde entonces en misiones interplanetarias de paz. http://elfindelaeternidad.blogspot.com/

¿Sería el Golem un robot venido del futuro? ¿Sería esa chispa divina de la que carecía el

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EBOOK: EDICIONES Y EDITORIALES

poder leerlos y llenarlos de notas que luego enviaré a sus autores es algo que me sigue provocando una sensación de haber hecho lo correcto, de haber realizado una buenísima compra.

María Martín Cirujano Editora de Torre de Marfil http://torremarfil.es/

El paso siguiente al enamoramiento como lectora era lógico: el enamoramiento como futura editora. Veía, y veo, en los e-books un potencial enorme que trasciende esa gigantesca capacidad de almacenamiento. El abaratamiento de los costes de producción permitiría que las editoriales pudieran arriesgar más a la hora de lanzar nuevos títulos y nuevos autores. Los libros dejarían de ser simples sucesiones de líneas, ahora podrían integrar ilustraciones con un coste mucho menor.

Hará unos cuatros años desde que una amiga me enseñó en su casa, durante una fiesta, su e-reader o lector de libros electrónicos. Por fuera no me decía mucho, la verdad, su funda de plástico imitando al cuero me parecía un mal remiendo de las tapas de un libro, y la pantalla, apagada, demasiado fría. Pero entonces lo encendió y descubrí que estábamos leyendo el mismo libro, Jonathan Strange y el señor Norrell. Sólo que el suyo pesaba unos 200 gramos y el mío casi un kilo, por no mencionar que ocupaba la mitad de mi gigantesco bolso y el suyo casi podía llevarlo en el bolsillo del abrigo. Y creo que fue ahí cuando me enamoré del aparato en cuestión.

Es más, gracias a Internet, la desaparición de intermediarios provocaría la reorganización del mercado editorial, posibilitando que los autores cobraran un porcentaje mayor por sus obras. Y, lo que es mejor aún, el acceso a la cultura sería aún más fácil para los lectores, que ya no tendrían que conformarse con el best seller de turno que tuvieran en la librería, sino que podría seleccionar entre un menú mucho más variado a golpe de ratón.

La idea de leerme la novela de Susanna Clarke sin acabar con una tendinitis en la muñeca me atrajo irremediablemente, pero la asunción de que en ese mismo espacio podía almacenar hasta 10.000 libros me sedujo completamente. 10.000 libros. Una más que respetable biblioteca en sólo 200 gramos. Todo un invento para aquellos que, como yo, sufrimos un cierto tipo de síndrome de Diógenes aplicado a los libros. Lo confieso, no pensé en los miles de árboles que se salvarían, ni en si ahorraría o no dinero al comprar libros. Sólo pensé en que podría tener todos los volúmenes que cogen polvo en mi estantería al alcance de una mano. A sólo un click en un pequeño botón. Y supe que acabaría comprándome el ereader, como hice un par de años después. El mismo modelo que mi amiga, además. Y lo que empezó siendo un simple capricho que iba a hacer mi vida lectora más sencilla se ha acabado convirtiendo en una muy útil herramienta de trabajo.

Sin embargo parece que esa visión de un mundo editorial distinto no es compartida

La posibilidad de ir llenándolo con los manuscritos que nos llegan a la editorial, de

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por todos los agentes con la misma ilusión. De hecho, en vista de los movimientos realizados por los grandes, sólo queda deducir que no sólo no gusta, sino que da miedo. Libranda pudo ser una plataforma muy efectiva para promocionar los e-books e introducirlos con fuerza en el mercado, y sin embargo se convirtió en un sustituto de unos agentes que el mercado electrónico había condenado a la desaparición, o al menos a la reconversión. Y la repetición de patrones de comportamiento que la sociedad no sólo no comparte, sino que además censura, no ha servido para frenar nada. Tan sólo para empezar a crear un clima de enfrentamiento entre empresas y público que vemos en otros sectores y que jamás se había vivido en el mundo editorial.

tiene nada de positivo, y que sólo provocará bajas. Los catálogos, por otro lado, son responsabilidad única de las editoriales, y no puede decirse que den la sensación de trabajar intensamente en su digitalización. Grandes grupos editoriales con miles de títulos en su fondo poseen sólo 77 títulos disponibles en la plataforma Libranda. Otros, incluso menos. Exactamente, ¿a qué están esperando? El libro electrónico está aquí y no tiene pinta de ir a desaparecer en un plazo medio. Quizás en cinco años ya no sean los ereaders los triunfadores, sino los tablets. O quizás la tinta electrónica a color ya sea una realidad asequible. Pero eso, el soporte, no es realmente lo importante aquí. Lo fundamental es que hay todo un mercado nuevo que hay que aprovechar, que hay que fomentar, alimentar y con el que hay que evolucionar. Porque desde la playa jamás sabremos qué forma va a adoptar la ola, sino que hay que subirse a la tabla y viajar en ella, siempre con los ojos abiertos, para ver qué nos depara. Sólo así podremos estar al día y no nos sorprenderá el futuro cuando deje de serlo y se convierta en presente.

Somos hijos de nuestro tiempo, y eso significa que somos una sociedad en la que las compras por impulso son una gran parte de las compras de bienes no necesarios. Incluso de los necesarios. Lo que queremos lo queremos aquí y ahora. Sin retrasos, sin obstáculos, sin pérdidas de tiempo innecesarias. Tardar más de cinco minutos en comprar un libro y tenerlo disponible en tu ordenador o en tu lector es una forma segura de perder compras. No lectores, no nos engañemos. Sólo compras. Porque si adquirir de forma legal el último libro de Ken Follet me cuesta una media de 45 minutos no dejaré de leerlo. Simplemente me iré a otro lugar donde en diez minutos lo tenga en mi posesión. Y donde además me dejarán imprimirlo, partirlo, convertirlo a cualquier formato, compartirlo con amigos o, simplemente, poder leerlo en más de 5 dispositivos (y puedo asegurar que yo ahora mismo tengo más de 5 dispositivos capaces de reproducir libros electrónicos). Y ya no se trata sólo de eso, sino también de los precios o del catálogo disponible.

Y nos caeremos muchas veces. Pero el truco estará en levantarse cada una de ellas y volverlo a intentar, así hasta que consigamos mantenernos el tiempo suficiente sobre la tabla como para decir que cabalgamos sobre la ola. Los lectores están cambiando, y van a hacerlo más aún en los años venideros. Enfrentarnos a ellos no nos va a hacer ningún favor, porque cualquier internauta con tiempo libre y un escáner en casa puede sustituirnos. Y eso es algo que no debemos olvidar. María Cirujano es periodista, correctora, lectora voraz y compradora compulsiva de libros. Ha trabajado en radio, televisión y prensa escrita, tocando casi todos los palos. Hace un año terminó el máster de edición de la Universidad de Salamanca y comenzó a trabajar como lectora ocasional de pruebas. Torre de Marfil es su primer trabajo como editora.

Los precios acabarán ajustándose al mercado, y en este caso serán los propios consumidores los que indiquen una horquilla de precios aceptables, y las editoriales las que busquen la opción más rentable dentro de ella. No me cabe la menor duda. Y cuanto antes se empiece a buscar ese equilibrio antes terminará una guerra que no

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¡ES QUATERMASS, EL CIENTÍFICO!

por excelencia. Por ella en el imaginario popular Christopher Lee es el Conde Dracula, sin ir más lejos, y además de lanzar la carrera de actores como Lee o Peter Cushing y directores como Val Guest y Terence Fisher, la productora tenía una serie de personajes franquicia como el propio vampiro, la momia, Frankenstein, … O Quatermass.

Pedro López Manzano Si a un aficionado medio español actual a la ciencia ficción se le pregunta por Quatermass, probablemente responda que o no sabe de lo que se le está hablando, o si es un cachondo, que es el de las minas del rey Salomón. Algunos dirán que les suena de alguna peli antigua. Para el aficionado inglés esto sería sacrilegio. Para ellos es un personaje de culto. La BBC hizo 3 series en los 50. Thames otra más a finales de los 70, e incluso la BBC Four hizo otra en el 2005. También se han rodado otras cuantas películas. Tras las primeras series, y también en los 90. Olvidémoslo todo, menos las tres primeras películas, basadas en las series homónimas de los 50, y es que estas películas son de la productora Hammer.

El doctor Bernard Quatermass es un héroe atípico. No resuelve los problemas por la fuerza, sino mediante su privilegiado intelecto. Trabaja para el gobierno británico y está especializado en cohetería, lo cual no quiere decir que no sepa más que cualquier otro especialista científico en su propio campo, si se esfuerza. Enérgico en sus procesos deductivos y firme en sus conclusiones, es tremendamente abierto de miras en sus planteamientos y tiene la obstinación de librar a la Tierra de amenazas de alienígenas de todo tipo. En El Experimento del Dr. Quatermass (The Quatermass Xperiment, 1956), el eminente científico logra lanzar al espacio el primer cohete tripulado, pero cuando están “ahí arriba” algo se tuerce, y no precisamente los tanques de oxígeno. Al regresar y estrellarse en plena campiña inglesa tan solo uno de los astronautas ha sobrevivido y los trajes de sus compañeros están vacíos. El superviviente se encuentra en un lamentable estado físico, además de en shock psicológico; nada parece hacerle reaccionar. Una terrible amenaza aguarda su momento, y es que ha

Ahora toca hacer un breve inciso y recordar que la Hammer es la productora de terror

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tenido contacto con algo que no es de este planeta.

En Quatermass 2 (1957), también con Val Guest dirigiendo y Brian Donlevy como el doctor, el gobierno cancela el proyecto de cohetería del intrépido científico el mismo día que en su laboratorio descubren una serie de pequeños meteoritos cayendo sobre una zona muy concreta de la geografía inglesa. Al investigarlo descubrirá que no son meteoritos exactamente, sino pequeñas cápsulas lanzadas desde el espacio que, por decirlo así, “liberan” una agresiva forma de vida extraterrestre al abrirse. La película está íntimamente relacionada con otro clásico, La invasión de los ladrones de cuerpos, de tan sólo un año antes, si bien aunque comparta ciertos elementos comunes (no estoy desvelando nada, se descubre a los diez minutos), tiene entidad propia. Al final el supercientífico habrá de urdir una estratagema para liberar al planeta de la amenaza externa desde la que llegan esos meteoritos así como de la de los que ya han alcanzado el planeta al mismo tiempo.

Se trata de una película atrevida para su tiempo, en el que la ciencia ficción, más allá de ciertas novelas hoy convertidas en clásicos, rara vez se asomaba a ventanas al gran público, y cuando lo hacía no era tomada muy en serio. Actualmente somos perros viejos y los efectos de la película así como “los monstruos” nos parecerán ridículos. Yo más bien los calificaría de “entrañables”. Por otro lado no puedo dejar de mencionar que la película brilla con luz propia en las sombras: cuando deja intuir algo y no lo muestra, cuando vemos la reacción ante algo espantoso, pero no el propio espanto. El superviviente del viaje espacial es realmente inquietante, difícil de olvidar. Es todo esto una constante para todos los films. Al final, Quatermass tendrá que enfrentarse sólo con su ingenio, al horror espacial que podría suponer la condenación, en el más curioso de los escenarios: la abadía de Westminster.

Por último llegó ¿Qué sucedió entonces?, curiosísima traducción de Quatermass and the Pit, 1967, o de su título alternativo, Five Million Years to Earth. Lo hizo una década

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más tarde y con nuevo director: Roy Ward Baker, y nuevo actor principal: Andrew Keir. También se suaviza el carácter del mismo, dejando la prepotencia algo aparcada (no del todo, claro), siendo ahora más amable.

serie de planteamientos de clásica ciencia ficción en verdad interesantes, como los contactos con extraterrestres, desde ambos puntos de vista, sus bien diferentes naturalezas físicas y psicológicas, heterogéneos comportamientos, o formas de, llegado el momento, invadirnos. Además, gracias a ese inigualable toque pulp único de la factoría Hammer, de igual manera que al entrar en una habitación un hombre con una afilada estaca de madera en la mano, alguien exclamará: ¡es Van Helsing, el cazavampiros!, ahora al entrar el doctor de aspecto taciturno, sosteniendo unos papeles llenos de notas, ese alguien gritará excitado: ¡es Quatermass, el científico!

Pedro López Manzano (Murcia, 1977). Ingeniero en Informática por la Universidad de Murcia. Tras unos años trabajando en una consultora informática decidió cambiar a otros aires más creativos y pasó a desempeñar el puesto de director técnico en una productora audiovisual, para la cual también ha realizado tareas de montador, guionista y director. En cuanto a las letras se refiere, ha sido crítico y articulista de cine, pero es fundamentalmente un cuentista. Ha publicado el relato El pescador soñado en la recopilación Murcia Joven Literatura 05. También ha obtenido una mención del jurado en el certamen Escritores en su Tinta, del Portal del Escritor, cuya antología está pendiente de publicación en papel. Actualmente colabora en diversas webs, revistas, fanzines y e-zines (NGC 3660, miNatura, revista de la Red de Ciencia Ficción, Culturamas,…) si bien desarrolla la mayor parte de su actividad en este sentido en su blog Cree lo que quieras (http://creeloquequieras.blogspot.com).

En esta ocasión, los alienígenas no llegan a la Tierra, sino que ya están en ella y son encontrados accidentalmente, desatándose una serie de acontecimientos que pueden tener funestos resultados. Cómo no, Quatermass tendrá que ideárselas para que los durmientes no provoquen la hecatombe en un pandemónium final que, quizá por el ritmo más tranquilo de la película, por contraste llega a inquietar más que en sus predecesoras. En general, las películas de Quatermass no destacan por sus efectos, hoy día quizá pueriles (entrañables, insisto, entrañables), pero sí que proporcionan original entretenimiento vintage para un rato en el que un abnegado doctor será el salvador de varios intentos de invasión alienígena, con métodos poco ortodoxos y realizando una

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ESPECIAL UPC 2010

Lo que a continuación podéis leer es el fruto de la amabilidad de Yoss, el trabajo de J. V. Ortuño, Jorge Zarco, Verónica Leonetti y un servidor. Esperamos que lo disfrutéis, contaros también que, debido a la amabilidad de Yoss, y al trabajo de los compañeros, nos queda más material para publicar en posteriores números.

Coordinación: J. Javier Arnau Colaboradores: Jorge Zarco, José Vicente Ortuño Fotografías: Jorge Zarco, José Vicente Ortuño, V. Leonetti

J. Javier Prohibidos

INTRODUCCIÓN El pasado mes de Noviembre de 2010, se hizo entrega a Yoss en la ciudad de Barcelona, del premio UPC, galardón concedido a su novela corta “Super Extra Grande”, que gira alrededor del doctor Jan Sangan, un biólogo veterinario especializado en los organismos más grandes de toda la Galaxia. El autor aprovechó el viaje, y entre otros lugares pasó unos días en Castellón, con su compatriota y compañero Ricardo Acevedo Esplugas (y su mujer Carmen R. Signes). Esos días coincidieron con la celebración de las 1ª Jornadas de Fantasti’CS 2010, por lo que Yoss participó en varios de sus actos. En dicho marco entramos en contacto con él, y entre otras cosas, entre actos, charlas, cervezas y comidas pagadas por la organización a los participantes, aprovechamos para pedirle algún tipo de colaboración para Planetas Prohibidos. Yoss accedió muy amablemente, y nos mandó unos cuantos relatos, su biografía, y contestó a la entrevista que le realizó J. V. Ortuño (que aprovechó el viaje para hacerle entrega de las publicaciones de la AEFCFT donde han aparecido relatos del autor).

Arnau.

Editor

de

Planetas

YOSS EN LA MESA REDONDA DE REVISTAS DIGITALES (FANTASTICS10) Llego desde Valencia a Castellón en un tren de cercanías con las prisas de llegar a tiempo a las 12:00 para la presentación de las revistas digitales: Imaginarios, miNatura y Planetas Prohibidos de la que soy colaborador. Uno debe preguntar para llegar a los sitios, y me encuentro a tiempo en la librería Argot donde tomando un café me reciben caras conocidas; las de Javier Arnau, Sergio Alarte, José Vicente Ortuño y esposa, Sergio Mars, y no tardan en venir los cubanos Yoss y Ricardo Acevedo Esplugas y su señora. La presentación en el sótano, con tres sofas y un maniquí zombi. Esplugas describe que se lanzó a la aventura de su fanzine en Cuba, primero como una impresión en fotocopias repartidas en centros públicos y bibliotecas, donde la precariedad de medios era evidente, primero en la edición en papel y luego en la red, donde colaboradores hacían contacto con correo electrónico desde donde podían, y conseguir descargas de Internet de cualquier parte. Sergio hizo Imaginarios, como un espacio donde veteranos y noveles estuvieran en igualdad de condiciones dentro de una revista que nació en la red y que hace ediciones impresas por encargo, una forma de abaratar costes y no arriesgarse a ciegas. A lo que Yoss añadió que a estas alturas cualquiera puede hacer una revista... el problema es continuarla. Imaginarios ha hecho especiales de escritores vitales en la fantasía heroica: Tolkien, Martin, etc... Esplugas recordó que lo principal de fanzines digitales como miNatura, es el apoyo que

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dan a los autores latinoamericanos. ¿Vale la pena sacar los fanzines en papel?; una buena idea es la impresión por encargo, ya que evitan riesgos a corto plazo. También está el asunto de los derechos de autor en el pequeño gran caos de Internet y la posibilidad de poder pagar a los colaboradores, cuando se pueda.

Pero la función de una revista es sobre todo educativa y la fidelidad de los colaboradores es fundamental. Aunque según algunos índices de descargas, parezcan haber más escritores que lectores. Aplausos, Sergio Mars presentando sus libros y comida al medio día con la estimable compañía de David Mateo y Juan Miguel Aguilera entre otros. Al final eso es lo mejor, sentirse entre colegas y pasarlo bien, el resto es otra cosa. Jorge Zarco Rodríguez (Artículo aparecido en Imaginarios 6)

¿Es el papel un paso atrás? Personalmente no lo creo, no se puede tener el portátil a mano todo el tiempo. Pero ambos formatos viven de la publicidad y a veces la crisis se ceba con todos. MiNatura se ha especializado en monográficos sobre las más variadas temáticas, incluso antes de que se pusieran de moda. Ricardo agradeció que el lector y escritor de ciencia ficción, terror y fantasía es fiel hasta el final, y afirmó contundente: "Es dificil ser friki". En estos tiempos la fantasía tira siempre, y tras zombis, vampiros y hombres lobo, la próxima moda serán ángeles y fantasmas. Los "vampiros danone" que se mueran pronto según Esplugas y quizá el filón zombi no están tan agotados como creemos, a pesar de que el friki se satura en ocasiones si no hay algo novedoso en el horizonte. Yoss afirmó que ahora se lee mucho más que hace quince o veinte años y que hay un orgullo friki que hace que a uno no le miren como un bicho raro. Javier Arnau anunció la salida para el próximo año —en el momento de escribir esta crónica— de Planetas Prohibidos como una revista digital a lo grande y reflexionó sobre los que escriben en las revistas digitales, si no leen el resto de contenidos y se limitan a los suyos; ¿escribir más que leer?

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ENTREVISTA A JOSÉ MIGUEL SÁNCHEZ GÓMEZ (YOSS)

tan hermoso (él era gay y no lo ocultaba; me llamaba “muchacho precioso”) y prácticamente me obligó a que apareciera José Miguel Sánchez en la portada… y a la semana de ser presentado el libro, un amigo se aparece lleno de furia en mi casa, pone un ejemplar sobre la mesa y me anuncia “vamos a romperle todos los huesos al José Miguel descarado este, porque yo sé perfectamente que por lo menos la mitad de estos cuentos los escribiste tú, y eso es plagio, seguro que el que dice ser su autor es un viejo con contactos de alto nivel en el Ministerio de Cultura o algo por el estilo, pero esto no se va a quedar así, no señor…” ¿y qué podía hacer yo? Pues sólo agradecerle sus buenas intenciones, y confesarle que mi nombre verdadero era José Miguel y no Yoss. Buen trabajo me costó lograr que me creyera, y al final me advirtió que si quería que “los socios” me leyeran, debería preocuparme de que en las portadas de mis libros apareciese el nombre por el que todo el mundo me conocía. Fue un buen consejo… tanto, que desde entonces lo he hecho siempre así. 3-¿Por qué escribes ciencia ficción? R/: Muchos dicen que todo escritor escribe lo que quisiera leer. En mi caso, al menos, es 200% cierto; después de que, a los 15 años, me hubiera leído todo lo que del género se había publicado en Cuba, más una buena cantidad de libros publicados por Nova, Minotauro y Nébula en España y Argentina que atesoraba en su envidiablemente bien surtida biblioteca mi amigo, vecino y también escritor de ciencia ficción por aquel entonces, Arnoldo Aguila, decidí que si no podía conseguir más de aquellas historias de viajes de mundos incógnitos (como muchos autores, comencé adorando a Verne, Salgari y Rider Haggard, y mi razonamiento lógico era que ya que la Tierra estaba casi por completo explorada, el espacio y sus mundos (con perdón de Star Trek) seguían siendo la última frontera)… pues la escribiría yo mismo. No debía ser tan difícil, con todo lo que ya había leído de Bradbury, Asimov, Anderson, Sturgeon, Lem, Heinlein y Pohl, sin contar con los maestros rusos que los cubanos tuvimos el privilegio de disfrutar, como los Strugatsky, los Abramov, Anatoli Dnieprov, Víctor

Por José Vicente Ortuño (AEFCFT) En primer lugar, felicidades por el Premio UPC, uno de los más prestigiosos que tiene la ciencia ficción en España. Y ahora, las preguntas: 1-¿Qué significa el seudónimo Yoss? R/: Supongo que decepcionaré a más de uno, pero ante todo debo aclarar que Yoss no es ni un pretencioso acróstico (nada de Yo Omnipotente Ser Supremo) ni el sacrílego nombre secreto del diablo en algún recóndito dialecto polinesio o papú… simplemente, se trata de una muy aproximada transcripción fonética de cómo pronunciaba el “José” de mi nombre una profesora de Educación Física que tuve en la Secundaria, y que tenía un defecto en el paladar. Como ella me llamaba constantemente porque yo era su monitor o alumno ayudante, mis amigos y compañeros de aula comenzaron a decirme así, y luego cuando me dio por escribir y empecé a enviar mis obras a concursos, como seudónimo simplemente se impuso. 2-¿Por qué utilizas seudónimo? R/: Puedes considerar esta respuesta continuación de la anterior… sigue siendo simple: nada de temer represalias políticas por mis opiniones o cosa similar. Sólo sucede que en Cuba, (lo mismo que en España y en muchas partes del mundo, supongo) buena parte de los premios literarios exigen que los participantes presenten sus obras de modo anónimo, apenas identificadas con una frase, lema, seudónimo o plica. Yo opté por el seudónimo, seguro de que nadie que no me conociese asociaría a José Miguel con Yoss… Y dicho sea de paso, esto generó algunas anécdotas curiosas; por ejemplo, cuando fue publiqué mi primer libro de cuentos de ciencia ficción (Timshel, en 1989, con sólo 20 años) el editor, José Rodríguez Feo, mecenas y amigo personal de José Lezama Lima y Virgilio Piñera, o sea, toda una vaca sagrada de las letras cubanas, insistió en que qué era aquello de usar un seudónimo monosilábico teniendo un nombre

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Kolupaiev, Sever Gansovski, Olga Lariónova, Iliá Varshavsky y compañía. Así que, lleno de confianza que era más bien autosuficiencia, lo intenté y… aún guardo mis primeros… y desastrosos intentos; resultó que no era ni mucho menos tan simple como el adolescente fanfarrón (y eso es un pleonasmo, lo sé) que yo era pensaba… pero eso si: ha resultado bastante más divertido. 4-¿Escribes sólo ciencia ficción o tocas otros temas? R/: En un principio, como todo “teenager” era un extremista: sólo escribía CF, ni siquiera fantasía. Luego, gracias a otros jóvenes colegas escritores, y no precisamente del fantástico, me di cuenta que había todo un mundo de historias sucediendo justo bajo mis ojos cuando yo aguzaba la vista para captar lo que ocurría en estrellas lejanas. Descubrí entonces el llamado realismo sucio, que todavía escribo con fruición, y confieso sin la menor vergüenza que muchos de los estilos que actualmente uso en ciencia ficción los experimenté antes en historias de la cotidianeidad. Desde entonces he escrito humor, teatro, crónicas, ensayos (y no siempre sobre temas fantásticos) he hecho periodismo y reseñas de libros… y alguna que otra vez incluso he cometido poesía, con perdón de Apolo y sus musas.

de que alguien sugiriese que antes de la humanidad habían reinado en el planeta otras razas primordiales venidas de las estrellas. Luego mi vecino Arnoldo me hizo descubrir a Tolkien cuando tenía 14 años, y ya desde niño conocía a Howard y a su inmortal Conan de Cimeria. A Lord Dunsany lo descubrí gracias a Lovecraft, lo mismo que a Algernon Blackwood, Arthur Machen, William Beckford (el autor de esa joyita orientalista que es Vathek) y Horace Walpole, el de El Castillo de Otranto, pues el mago de providence los citaba a todos como sus influencias… y allí fue el fan que yo era a investigar si era cierto. El hiperprolífico Stephen King alimentó mi envidia estilística durante buena parte de los 80 y los 90, y hasta hoy… pero se le han sumado Clive Barker, Dean Koontz, Robin Cook y Neil Gaiman, todos los que me siguen divirtiendo a puro escalofrío hasta hoy. Por demás, la fantasía heroica tiene en mí a uno de sus más fervientes lectores… desede la interminable saga de la Dragonlance de Margaret Weiss y Tracy Hickman (de quienes prefiero con mucho la trilogía La espada de Joran) hasta los avatares de la Compañía Negra de ese otro Cook, Glen, y el Elfo Oscuro de R. A. Salvatore, pasando por las aventuras de Geralt de Rivia de Andrew Sapkowski y ¡cómo no! ese culebrón de moderna fantasía que es Canción de Hielo y Fuego de George R. R. Martin. Sin olvidar a Michael Moorcok con su Campeón Eterno, su Elric de Melniboné y su Trilogía de las Espadas; al Orson Scott Card fantástico, el de la saga de Alvin Maker y la monumental novela Esperanza del Venado. Y todavía me cortaría las manos antes que olvidarme de Tad Williams y sus Añoranzas y Pesares; de Guy Gavriel Kay y El Tapiz de Fionavar; de Bárbara Hambly y su tierno Vencer al dragón; de Brian Lumley y sus estremecedoras Crónicas Necrománticas; de Philip Pullman y su trilogía de la Materia Oscura… y hasta de Ann Rice y los primeros cinco libros de sus Crónicas Vampíricas (hasta Melnot el demonio) e incluso de Charlaine Harris y sus Vampiros Sureños… pero no Stephanie Meyer y su melifluo proemo Crepúsculo, que hasta yo tengo mis límites. Igualmente respeto a J. K. Rowling y su Harry Potter, a Terry Brooks y su

5-¿Te gustan la fantasía y el terror? R/: Voy a suponer que se trata de una pregunta en dos partes: la primera ¿si me gusta leerlas? Me ENCANTAN, así con mayúsculas; mi primer encuentro con Lovecraft y su oscura cosmogonía tuvo lugar a los 8 años… y me fascinó el simple hecho

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la mayoría de los autores no se hacen ricos con su obra, siempre hay quien (como yo) consigue vivir de ella… o al menos no morirse de hambre de ella, que no es lo mismo aunque se parezca bastante. 7-¿Te influyeron tus lecturas de niño en tu afición a escribir? R/: Por supuesto. Yo fui un lector voraz, pero que prefería las aventuras: Walter Scott y sus andanzas medievales; Emilio Salgari y sus viajes a exóticos parajes… pero si no hubiera leído de pequeño casi todas las novelas de Julio Verne no habría elegido la ciencia ficción. Ni me hubiera lanzado a zambullirme en las obras de Wells como La guerra de los mundos, o de Pohl y Kornbluth, como Los mercaderes del espacio, con solo 10 años, ya consciente de que aquello era lo que me gustaba leer…. Lo mismo que, cuando ya no pude encontrar nada nuevo que leer (ingenuo de mí, que conociendo una gota pensaba que si quería un mar tendría que sudarlo yo mismo) años después, me puse a escribir justo historias como esas. 8-¿Te influyó alguna lectura en concreto? R/: Ya lo he dicho: todo Verne… pero especialmente Veinte mil leguas de viaje submarino, De la Tierra a la Luna; Robur el Conquistador y Viaje al centro de la Tierra. Y al genio de Nantes puedes sumarle la lectura, a los 8 años, de Cuentos de ciencia ficción, una antología de relatos internacionales del género recopilados por el autor cubano Oscar Hurtado y publicada en el 67… ahí estaban Anatoli Dnieprov, Algys Budrys, Isaac Asimov, Ray Bradbury, Brian Aldiss, A. E. Van Voght, Damon Knight y el primer relato de H. P. Lovecraft que leí: El llamado de Cthulhu. Una impresión para toda la vida. Amor a primera vista. 9-Imagino que no vives de escribir, ¿cómo te ganas la vida? R/: Pues fíjate que te equivocas: sí que vivo de lo que escribo. Soy graduado de Biología, pero confieso que sólo la estudié para tener una base científica sobre la que construir mis historias de ciencia ficción… de hecho la ejercí apenas por dos años, recién graduado: los del servicio social. Desde 1995 no hago otra cosa para ganarme la vida que escribir… no sólo ciencia ficción; de hecho,

hilarante e imaginativa saga de Mundo Disco, a Ursula LeGuin y su Terramar, a Leigh Brackett con su espada de Rhiannon y su trilogía de Skaith, hasta al misógino de John Corman y su saga erótico machista de Gor… uf, son tantos… Como ves, leo constantemente fantasía, aunque siempre menos que ciencia ficción, lo confieso. En cuanto a lo que sería la segunda parte de la pregunta… pues, también. En febrero del 2011 aparecerá en Cuba mi cuentinovela de fantasía heroica Leyendas de los Cinco Reinos, compuesta por otras tantas historias interrelacionadas; tengo publicados en Axxón y otras revistas un puñado de cuentos, también de fantasía épica, y espero antes de que termine el 2011 haber concluido la novela del mismo género Lluvia en la Ciudad de Sal, que sería la primera de una trilogía que proyecté… hace 17 años. Por demás, tengo publicado un relato sobre la cosmogonía de Lovecraft ambientado en mi Habana natal, La Voz del Abismo, y de vez en cuando incluyo terror en mis historias de ciencia ficción. Pero, no me hago ilusiones: hasta hoy, es la ciencia ficción lo que mejor me sale, además de ser también lo que más me gusta escribir. 6-¿Cuándo decidiste que querías escribir? R/: Creo que ya lo dije arriba, pero nada hay de malo en repetirse un poco ¿no? fue a los 15, cuando pensé que si no podia leer nuevas historias (se ve que vivo en Cuba y que en aquel momento era aún más difícil que hoy tener acceso a buena narrativa fantástica publicada en el resto del mundo… que no fueran los países socialistas, claro) pues entonces las escribiría. Y supongo que también me funcionaba como una especie de coartada para poder leer un poco de todo… la patente de corso del escritor: siempre podía decir que estaba recopilando datos para alguna historia que pensaba escribir en un futuro… por demás, como nunca tuve la vocación de ganarme el pan con el sudor de mi frente dando pico y pala en una zanja o tampoco haciendo columnas de cifras en una oficina, aquello siempre me pareció un trabajo ideal: sentado en casa, dueño de tu tiempo, rodeado de esos fetiches que son los libros, adorado por las mujeres, con una aureola de prestigio intelectual… y aunque

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R/: Es estos momentos, gracias entre otros factores al esfuerzo del Taller Literario de Fantasía y Ciencia Ficción Espacio Abierto, heredero de su homólogo Espiral (del que fui uno de los fundadores en el 2000) y fundado hace muy poco, en abril del 2009, estos 3 géneros (con predominio, es lógico de la CF) están disfrutando de un tercer período de florecimiento, comparable a los dos anteriores en la historia de la literatura cubana: los 60 y los 80. Parece existir un ciclo de auge-decadencia, de 20 años. Ahora mismo hay una veintena larga de jóvenes y no tan jóvenes autores publicando y ganando premios. No es sólo Yoss el nombre que suena como eco cuando se dice ciencia ficción cubana, y es una suerte. Por sólo citarte a un puñado de los que ya tienen una obra digna de mención, están Michel Encinosa, con su asfixiante universo ciberpunk de Sotreun; Juan Pablo Noroña, muy poco publicado en el país, pero frecuente en las páginas virtuales de Axxón, y que aborda con singular maestría toda clase de temas; Vladimir Hernández, que vive desde el 2000 en Barcelona, pero sigue siendo cubano; Erick Mota y su orginalísima distopía de Havana Underguater; el decano Roberto Estrada con sus novelas Bosque y La puerta del mar cuántico, interesantes spaceoperas ambas. Y hay muchos otros nombres que en el próximo decenio marcarán el paso: Leonardo Gala; Gabriel Gil; Elaine Vilar, Carlos Duarte. Y en cuanto a eventos… anualmente el taller Espacio Abierto convoca a un evento teórico homónimo, al que ya han asistido tres o cuatro invitados extranjeros (sobre todo norteamericanos, por la cercanía obvia) y el grupo Dialfa Hermes, para la difusión del arte y la literatura fantástica, ya lleva también 4 años celebrando sin faltar su Behique, reunión más dedicada al fandom, verdadero festival de filmes, dibujos, cuentos y conferencias en donde no falta espacio para el anime, el manga, los juegos de rol y el papercraft, y que suele terminar con un grand cosplay. 13-¿Se publica mucha literatura fantástica? R/: No… por desgracia se publica poco; los mejores años, 6 ó 7 títulos de autores del patio, y rara vez algo nuevo de los

aunque produzco, cuantitativamente hablando, muchas más cuartillas del género, he ganado bastante más dinero publicando relatos de realismo sucio en revistas y antologías internacionales. La clave de mi modo de existencia, además de ser un hombre de gustos austeros que no fuma ni bebe ni se droga ni es amante de ropas caras o restaurantes y cabarets sofisticados, es que en Cuba la vida es barata. 100 euros del derecho de autor de un cuento publicado en Europa me permiten vivir como un rey dos meses enteros. Por supuesto, si viviese en Europa o en los Estados Unidos, tendría que tener otro medio de subsistencia… y ahí de paso, aunque no la vi en la lista cuando le eché la primera ojeada, va la respuesta a una pregunta que casi siempre me hacen también ¿por qué vivo en Cuba aún, por que no he emigrado?: porque sólo en mi país puedo, literalmente, vivir del cuento... y del artículo, la novela, etc. 10-¿Tu objetivo es convertirte en un escritor profesional? R/: Bueno, como te respondí arriba, de algún modo ya lo soy… dado que no hago otra cosa y me sostengo con lo que escribo. Mi objetivo, por supuesto, es ganar un poco más… publicar más, poder darme el lujo de comprar todos los libros que desee (ahora con el importe el Premio UPC traje como 15 kg de ciencia ficción a Cuba) tener más reconocimiento. Caramba, me doy cuenta que en cierto sentido hace 15 años que alcancé el status con el que muchos autores del género en España solo pueden soñar. 11-¿Es posible vivir de la escritura en Cuba? R/: Posible es, cómo no… mírame a mí. Sólo se necesita publicar en el extranjero con cierta regularidad. O en su defecto, ganar muchos concursos literarios cada año, y publicar al menos un libro, mejor si dos, cada año en las editoriales, que son todas estatales. A los escritores se nos paga algo por hacer de jurados, por dar conferencias, etc… no, no es mucho, pero alcanza para, como decimos en Cuba, “ir tirando”. No vivir, sino no morirse, que se parece pero no es igual. 12-¿Cómo le va en Cuba al Género Fantástico, es decir Ciencia Ficción, Fantasía y Terror?

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Llano, un humorista que ya tiene 48 años, pero ha publicado novelas tan interesantes como El universo de al lado (aparecida en España por Ediciones Salto de Página) donde el humor se mezcla a la ciencia ficción y el absurdo de manera incomparable.

extranjeros. Heinlein no está aún publicado en Cuba. Aldiss, apenas, Card, no, Ursula LeGuin, menos, Howard, sólo este año. Y sin ermbargo, el fandom se las arregla para mantenerse actualizado… los libros pasan de mano en mano, se fotocopian, circulan versiones digitales descargadas de Internet (por los que tienen acceso a ella, que no es la mayoría)… digamos que el aficionado tiene que sudar por su vicio. 14-¿Se hace cine fantástico en Cuba? R/: ¿Cine fantástico? Qué más quisiéramos… hace unos años, un joven realizador, Bilko Cuervo, comenzó a rodar La noche de Caín, un proyecto en clave distopía-postbombum sobre un guión mío… pero luego la falta de recursos y la tentación del dinero fácil del videoclip dieron al traste con el que habría sido el primer largometraje de ciencia ficción cubana. En cuanto a la televisión, tras un prometedor comienzo en el 93 con Shiralad, luego sólo ha conocido deslavazadas versiones faltas de imaginación y aún más de recursos. Bueno, como casi todo en nuestra TV, por otro lado. 15-¿Qué caracteriza al Género Fantástico cubano? R/: Los cubanos tuvimos la suerte de poder beber de ambas fuentes: los clásicos anglosajones (los pocos que se publicaron aquí) con su garra y sense of wonder; y los socialistas (sobre todo rusos, pero también búlgaros y de la RDA) con su preocupación por la ética, las consecuencias. Algo de ambas corrientes hay en el estilo de cada autor cubano… pero, si algún elemento resulta característico de nuestro modo de hacer ciencia ficción, ese es el humor: el choteo criollo, la parodia, la irreverencia, en el mejor estilo de Frederic Brown y Stanislaw Lem, pero con el doble sentido y la picardía típicas de la idiosincracia caribeña. 16-¿Hay en Cuba autores jóvenes escribiendo fantástico? R/: Caramba, está visto que tengo que planificar bien mis respuestas… creo que ya arriba te cité a un buen grupo. Pero quisiera añadir al dúo Eric Flores y Jesús Minsal, que acaban de terminar una originalísima novela fantástica Guerra de dragones, en la que tengo grandes esperanzas. Y, en la cuerda de mi respuesta anterior, a Eduardo Del

17-¿Llegan a Cuba libros, cómics y películas? ¿De qué tipo y de dónde proceden? R/: En muchos aspectos, Cuba vive aparte de mundo. De la escasez y el gran atraso en las ediciones de autores del fantástico mundial ya te hablé. Aquí tampoco se venden las ediciones de la Marvel ni de la DC, ni las de Image comics, ni las historietas europeas. Pero todo el fandom conoce a los superhéroes, a la saga del Incal de Jodorowsky y Moebius y su precuela de los Metabarones por Giménez. Lo mismo que a Druna de Serpieri y al Merceanrio de Segrelles… por ponerte sólo algunos ejemplos. En cuanto a los filmes, sin embargo, la situación es diferente: en Cuba, la política oficial del gobierno es la piratería. Como respuesta al bloqueo, en la televisión y los cines de la isla se exhibe todas las grandes producciones de

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a favor ni me opongo, sino todo lo contrario; si alguien escribe un buen cuento o una buena novela o rueda un buen filme de zombies, me gustará en tanto que bueno… no porque sea de zombies. 20-En España casi no quedan revistas en papel dedicadas al género fantástico, ¿las hay en Cuba? R/: Curiosamente, ahí quizás el subdesarrollo nos ha dado una ventaja. Como en Cuba la ciencia ficción y la fantasía siguen siendo considerados subgéneros seudoliterarios y escapistas (bueno, por lo que sé, no es tan distinto de en España al menos en eso) y todas las editoriales son estatales, la triste verdad es que nunca tuvimos una Nueva Dimensión (ave, San Domingo Santos y San Luis Vigil) ni siquiera fanzines como Kodama, Ziggurat, Máser o BEM. Que seguimos sin tener una Gigamesh…. Y entiéndase con este lamento que no hay ni una paradisíaca librería especializada como la que tiene Alejo Cuervo en Barcelona, ni menos una revista como la homónima. Se diría que no hay ningún espacio en la ordenada y rígida sociedad socialista para los fanzinerosos alternativos... y de hecho, todavía hoy el gobierno cubano desconfía por principio de los bloggers y tiene a Internet por gran enemigo. La generación de los 80 soñaba con una revista, pero nunca logró apoyo oficial, y no es posible editar en Cuba de otro modo… no al menos en papel. Lo aprendí en carne propia cuando junto a Vladimir Hernández y Fabricio González emprendimos en los 90 la aventura de Nexus, un fanzine en papel que conoció sólo dos números…y menos de 50 ejemplares. Pero por esa misma época ya el impenitente aglutinador del género en la isla, Bruno Henríquez, y otro puñado de idealistas, como Roberto Estrada y Nelson Román, habían creado I+real, la primera revista virtual del fantástico nacional, muy al estilo de esa institución on-line que todavía hoy es Axxón... y que llegó a sacar 40 números. Luego, en este nuevo milenio todavía casi recién empezado, la ciencia ficción se enriqueció con el todavía llorado y muy popular en su momento boletín Disparo en red, que por varios años compilaron y enviaron por correo electrónico esos dos

Hollywood, apenas meses y en ocasiones semanas después de estrenadas. Y hay un gran circuito de consumo infromal a través de DVDs y pendrives, para suerte del fandom. 18-¿Ha llegado a Cuba la moda de los zombis? R/: No, no ha llegado… y este es uno de esos casos en los que uno agradece vivir en la periferia, donde todo tarda un poco más que en el centro en imponerse. Ni creo que tenga muchas posibilidades de imponerse; los cubanos, incluso los pocos emos cubanos, que los hay, como hay africanos albinos (y no estoy hablando de sudafricanos blancos) vemos a los zombis como criaturas patéticas, sin el glamour de los vampiros ni el salvaje atractivo trágico de los licántropos. No obstante, a caballo de la cresta de la ola mundial de nuevo interés por los muertos vivientes, ya Ricardo Acevedo, el director de Minatura y yo estamos preparando un proyecto de antología de cuentos de zombies made in cuba. Pero te adelanto que la mayoría serán más paródicos e hilarantes que terroríficos. 19-¿Qué opinas de esa moda? R/: Como comprenderá al punto cualquiera observando mi fotografía, yo no soy la persona más adecuada a la que preguntarle sobre la moda… es 200% obvio que, más que haberme quedado varado en los 80, visto con un estilo muy personal, que en El País calificaron de “gamberro-heavyparamilitar”. Y, en un sentido más amplio, tampoco soy un autor de los que sigue la última corriente como una especie de brújula enloquecida. En lo que a ciencia ficción se refiere, soy un clásico que prefiere la space-opera al New-Weird, sin denostar por ello de China Miéville y demás cultivadores del Slip-Stream que lo hacen bien. China y yo, dicho sea de paso, somos buenos amigos desde el 98 gracias a su madre, que ya lo era mía desde que vino a Cuba en el 96. Así que ¿la moda de los zombies? pues, con perdón de César Romero y su La noche de los muertos vivientes, así como de esa más reciente y también bastante más loca delicia serie B que fue Zombie Strippers, en la que Quentin Tarantino logró hasta que la pornostar Jenna Jameson actuara… la verdad es que no estoy

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nunca de estar de moda, porque no quiero escribir de otro modo… Ni ganarme la vida de diferente manera. 22-¿Qué es lo último que has publicado? R/: A ver, vamos a detallar por países: en Cuba, en febrero de este año apareció mi libro de cuentos Las quimeras no existen…cuatro relatos para nivel juvenil, 3 de ellos con fuertes elementos fantásticos, aunque no de ciencia ficción. Prácticamente acaba de presentarse en Polonia mi libro de cuentos de realismo sucio Los siete pecados nacionales cubanos (Sieden Grzechow Kubanskich, según la portada… no entiendo nada de polaco) que en 1999 ya había aparecido en italiano. En Francia, en el 2009 publiqué con la editorial Riviere Blanche Interferences, una cuentinovela de ciencia ficción, y el próximo 20 de enero la editorial Mnemos lanza Planete a louer, versión a la lengua de Voltarie de Se alquila un planeta, otra novela del género ya publicado en España en 2001 por Equipo Sirius. Y en la madre patria, en el 2007 Ediciones Neverland me publicó Pluma de león, novela de ciencia ficción que incluso estuvo nominada en el 2008 al premio Celsius 232… y gracias a tu amabilidad, acabo de descubrir que hay sendos cuentos míos incluidos en las antologías anuales de la AEFCFT, Fabricantes de Sueños del 2006 y 2007. 23-¿Utilizas la ciencia ficción para denunciar los problemas sociales o sólo se trata del reflejo natural de la sociedad en la que vives? R/: Ambas cosas. En una sociedad centralizada y controlada como es la cubana, la ciencia ficción es un modo ideal de burlar a la censura. ¿Qué estoy criticando descaradamente a nuestro gobierno y su falta de libertad individual? ¿Quién lo demuestra? Yo estoy hablando de un estado policial hipotético del siglo XXIV, y para más INRI en otro planeta. Por otro lado, el surrealismo que parece estar siempre intrínsecamente ligado al socialismo, y que en Caribe alcanza cotas increíbles, es un caldo de cultivo ideal para toda clase de ideas absurdas a las que mucho jugo se les puede sacar en ciencia ficción. Créanme… en Cuba, Kafka no hubiera pasado de ser un

héroes que son Javier de La Torre y Erick Mota; y con Qubit, titánico esfuerzo unipersonal del abnegadísimo Raúl Aguiar, que ya pasó su edición número 50… y la fantasía heroica con e-zines como el super informado Estronia, de Gonzalo Morán y Yadira Alvárez; y La voz de Alnader, de Jeffrey López Dueñas. Recientemente se les sumó a esta lista Korad, publicación del taller Espacio Abierto que ya va por su tercer número, y pronto aparecerá otra más: Cuenta Regresiva, de Leonardo Gala. Y entretanto los cubanos seguimos publicando regularmente en Axxón y en otras revistas argentinas como Próxima y Sensación (ambas de Ediciones Ayarmanot, y en papel, mira qué cosa) Vaya, que aunque partimos con atraso, en esta nueva era digital-virtual estamos dando poco a poco alcance a nuestros colegas de allende el Atlántico… Aunque confieso que al menos yo sigo soñando con una revista clásica, para poder tener entre los dedos y acariciar buenas ilustraciones, reproducciones de cubiertas de libros que soñará con que los amigos le traigan, etc. Ojalá logremos algún día tener una… que, aunque sea el futuro que viene irremisiblemente, el ser humano es conservador y nostálgico por naturaleza… y no creo que todas las publicaciones digitales y e-books puedan suplir a la magia de un simple libro oloroso a tinta entre las manos. 21-¿Escribes lo que quieres o lo que pide el mercado y la moda? R/: Te mentiría con todo descaro si te dijese que no me importan un rábano el mercado y la moda. Después de todo, en mi casa se come y se pagan las cuentas gracias al mercado. Pero, sinceramente, puedo decirte que sus requerimientos no son mi prioridad. A veces, no lo niego, escribo por encargo, historias concebidas para una antología en específico… por ejemplo, durante 18 años, cada año preparaba “la novela corta del premio UPC” hasta que, ya vez, tanto fue el cántaro a la fuente… pero puedo darme con un canto en el pecho diciendo que casi el 90% de lo que sale de mi teclado sólo responde a mis propios intereses formales y temáticos. Siempre hubo sexo, violencia, humor negro y preocupación social a chorros en mis textos. Y ojalá que tales características no dejen

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periodista o escritor costumbrista, y de los malos. ¿Qué hay de particular en que un hombre se despierte convertido en cucaracha? Todo cubano puede citar a más de una cucaracha que un día ha amanecido siendo ministro…

pensaba que al menos tendría que vivir en España, como mi amigo Vladimir, que lo ganó en el 2009) ¿qué sentido tenía presentarme, como un desconocido salido de la nada, al Minotauro, que pagaba mucho más? 10.000 euros o algo así, creo… un montón de plata en cualquier parte, y más en mi Cuba subdesarrollada. Pero ahora sí que voy a mandar. El año próximo habrá una novela mía en el concurso… y ojalá no tarde otros 18 años en ganarlo. No sé si el premio durará tanto como el UPC. 27-¿Qué proyectos tienes? R/: ¿Además del Minotauro? Pues terminar mi novela de fantasía Lluvia en la Ciudad de Sal ¿ya te hablé de ella? y tratar de publicarla en Francia o en España… está quedando demasiado larga para Cuba. Pero antes escribiré una novela corta de ciencia ficción que se me ocurrió en el avión Habana-Madrid y que se titulará Un monstruo para los Janos. Va de criptozoología y ufología en la capital cubana, con algo de Guardianes del tiempo de Poul Anderson… pero aquí se trata de centinelas de las puertas entre universos. La protagonista será una joven mulata cubana, ex corredora de los 110 metros con vallas, y llamada Diosdada Doimeadiós… y yo mismo apareceré como personaje. Espero terminarla a finales de enero, justo antes de que comience la Feria del Libro de La Habana… y también a tiempo para enviarla al Premio La Edad de Oro 2011 en la categoría ciencia ficción, policíaco y fantástico para niños y jóvenes. Que no por haber ganado el UPC en España pienso dejar pasar la menor oportunidad de publicar en mi país. Tengo entregado en la editorial Letras Cubanas un libro de ensayos sobre la ciencia ficción, titulado La Quinta Dimensión de la Literatura… y quiero gestionar a ver si aprovechan la coyuntura para publicármelo pronto. Por demás, estoy hace 3 años escribiendo a ratos un libro que he titulado Etc y otras cosas… se trata de cuentos de ciencia ficción, pero todos en forma paratextos: reseñas bibliográficas, manuales de instrucciones, consejos de autoayuda, publicidades, diccionarios, prospectos farmacéuticos. Es todo un reto estilístico; creo que puede ser lo más audaz, formalmente hablando, que haya intentado

25-¿Qué supone para ti haber ganado el Premio UPC? R/: Uf, muchas cosas… de entrada, ni siquiera ahora que lo escribo acabo de creérmelo del todo. Sin exageraciones, este ha sido hasta hoy el punto más alto y más feliz de mi carrera como escritor del género. De algún modo, la consagración. Demostrar que no por haber nacido en una remota islita del Caribe uno deja de contar en el fandom internacional… y que todo tiene sus límites… incluso el chovinismo propeninsular y procatalanista que hasta ahora, lo digo de corazón, había notado alguna que otra vez en el premio. Aunque ciertas malas lenguas ya andan diciendo que si ahora al fin me lo dieron debe ser sólo porque ya tengo el pasaporte español, gracias a la ley de la Memoria Histórica y a mi abuelo paterno nacido en Castillo de Valluecas… Es un viejo sueño realizado… porque estoy enviando novelas casi cada año desde que supe de la existencia del concurso, en el 92. Y un compromiso: a partir de ahora, seguir escribiendo, mejor, y más. 26-¿Has participado o vas a participar en el Premio Minotauro? R/: Citando al viejo Jack The Ripper cuando dijo “vayamos por partes”… no, hasta ahora ni siquiera me había preocupado por el Minotauro. Si para los jurados españoles no era digno ni de ganar el UPC ni el Alberto Magno (ya había obtenido menciones en ambos premios con anterioridad, nunca el máximo galardón… ya

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Revolución con mayúscula han extirpado toda posibilidad de verdadera revolución de este país sumido por más de medio siglo en el más desconsolador inmovilismo social, económico y político? 29-¿Lees otro tipo de literatura, además de ciencia ficción? R/: Creo que ya escribí arriba que soy un lector compulsivo. Menos Corín Tellado, creo que leo casi de todo: oestes, incluso los de Marcial La Fuente Estefanía; policíacos (Manuel Vázquez Montalbán, Paco Ignacio Taibo) novela histórica y de acción (Valerio Massimo Manfredi, Arturo Pérez Reverte, Tom Clancy) y mucha divulgación científica. Sin dejar a un lado los maestros del mainstream, como Vargas Llosa (soy fan suyo mucho antes de que le otorgaran el Cervantes, no digamos ya este reciente Nobel) y Eduardo Mendoza, con un gustillo gamberro por jóvenes como Lucía Etzebarri y Ray Loriga, no lo negaré. Realmente de todo, ya ves. 30-¿Cuáles son tus libros favoritos? R/: A ver, para no repetirme, vamos a hacer una cosa: te doy 10 títulos de libros que no sean de ciencia ficción que me gusten tanto que los he leído 5 ö 6 veces y los 10 autores te los dejo para el género y la siguiente pregunta. 1-Los conquistadores del fuego, de Rosny Ainé. 2-Pantaleón y las visitadoras, de Mario Vargas Llosa. 3-Rajatabla, de Luis Britto García. 4-El maestro de esgrima, de Arutro Pérez Reverte. 5-El sueño eterno, de Raymond Chandler. 6-La piel, de Curzio Malaparte. 7-Tres hombres en un bote, de Jerome T. Jerome. 8-Decadencia y caída de casi todo el mundo, de Will Cuppy. 9-Ojos a la parrilla, de Tiziano Scarpa 10-Canto de gemido, de Eliseo Altunaga (este es cubano, sobre piratas en el Caribe) 31-¿Cuáles son tus autores favoritos? R/: Fácil, son diez monstruos de la ciencia ficción: 1-Alfred Bester. 2-Robert Anson Heinlein. 3-Frank Herbert.

hasta hoy. Ya tengo 4 escritos y estoy muy satisfecho de cómo me están quedando, pero deberían ser al menos 10… espero terminarlo a mediados del 2012, al ritmo que voy. Vaya, en general, mis proyectos son seguir como hasta ahora… viviendo del cuento, y de la novela. 28-Sé que has viajado mucho pero, ¿te has planteado establecerte fuera de Cuba? R/: Ni hablar; entre el 99 y el 2004, lapso en el que, gracias a una novia cubana que aún vive en Roma y con la que luego me casé, pasé más tiempo en Italia que en Cuba, ya tenía claro que no hay país como el de uno para vivir. No babeo de codicia por las supermodernas comodidades del primer mundo. Odio los teléfonos móviles y los ipads, no escucho música en MP-3 ni veo videos en MP-4, no soy un ludópata de los videojuegos, me gusta caminar y coger el metro, no conducir (como no sean motocicletas) y sobre todo, encontrarme con amigos en la calle y poder conversar con ellos sin límite de tiempo, sin presión. Es decir, todo lo que me permite vivir en Cuba. Fuera… no, gracias. De visita, de mil amores, todas las veces que se pueda. Pero para mí, un viaje no está completo hasta que no regreso a casa, abro la maleta y voy sacando los regalos para mis amigos y familiares, y con cada regalo, una historia. No critico la elección personal de todos los que abandonaron y aún abandonan Cuba cada día, desesperados por las carencias económicas y civiles y la inseguridad ante el futuro, para sobrevivir enfermos de nostalgia en tantos rincones del mundo… pero para mí, la emigración, viaje sin retorno, además de un recorrido incompleto, es en cierto modo también una claudicación. ¿Irme de Cuba? O sea ¿rendirme? Ni hablar; que se vayan si quieren todos esos que hacen sufrir y envenenan a mi país y a mi gente. Yo no voy ni aunque me deporten. Tengo tanto, o más derecho que ellos a vivir aquí. Si dicen que Cuba es para los revolucionarios… ¿quién es más revolucionario? ¿yo, que escribo una narrativa que se preocupa por el futuro, o ellos, esa gerontocracia de vacas sagradas ex guerrilleras que aun tienen el descaro de autoproclamarse socialistas, y que en nombre de esa sagrada entelequia que es la

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R/: Dos o tres cositas más; que no dejen que los crean freaks porque les gusta la ciencia ficción. No todos los fans somos como los nerds de Teoría del Big Bang, absolutos inadaptados sociales… algunos, la mayoría, de hecho, sólo nos preocupamos un poquito más que el resto de nuestros contemporáneos por las consecuencias que pueden tener en el futuro nuestros actos presentes. Que es algo que la humanidad debiera admirar, imitar… y no ignorar y burlarse de nosotros. Pobrecitos, ellos. No, no estamos equivocados… son ellos los que lo están. Pero a fin de cuentas ¿no ha sabido instintivamente eso siempre todo buen fan de la ciencia ficción y la fantasía? Lo único que falta para lograr el mundo perfecto es que la rubia buenota del apartamento de al lado lo sepa también y nos haga caso ¿no? Gracias por tu amabilidad, y de nuevo, enhorabuena por el Premio UPC. 17 de diciembre de 2010.

4-Frederic Brown. 5-Stanislaw Lem. 6-Ursula K. Leguin. 7-Brian Aldiss. 8-Robert Silverberg. 9-Orson Scott Card. 10-Lois McMaster Bujolds. 32-¿Cuáles son tus películas favoritas? R/: Aquí te voy a dar dos listas: una general, y otra de ciencia ficción y fantasía. GENERAL CIENCIA FICCION Y FANTASIA 1-Full metal jacket, de Stanley Kubrick. 1-Gattaka. 2-Monthy Python y el Santo Grial. 2-Star wars (las seis) 3-Los siete samurais, de Akira Kurosawa. 3-Matrix (sólo la primera) 4-Pulp fiction, de Quentin Tarantino. 4-Avatar, de James Cameron 5-Bienvenido Mr. Marshall, de Luis García Berlanga.5-Conan el bárbaro, de John Milius 6-El maquinista de La General, de Buster Keaton. 6-Cromwell, rey de los bárbaros 7-Los duelistas, de Ridley Scott. 7-El maestro de las fieras. 8-Ghost dog, de Jim Jarmusch. 8-Terminator (toda la saga) 9-La vida es bella, de Roberto Benigni. 9-Blade Runner (el corte del director) 10-Los dacios, de Serge Nicolaescu. 10-Robocop (sólo la primera) 33-¿Qué es lo último que has leído? R/: Ahora mismo, La estrella de los gitanos de Robert Silverberg. Lo compré en Madrid, en la cuesta de Moyano. Y antes, El Planeta de los dinosaurios de Anne Mc Caffrey… pero creo que el ejemplar estaba incompleto, se acaba demasiado de golpe. 32-¿Y la última película que has visto? R/: Hace tres días, El asesino dentro de ti, con Jessica Alba y dos o tres caras más o menos conocidas más, y no recuerdo el director. Y el 29 de noviembre, en Barcelona, dos noches antes de regresar a Cuba… Harry Potter y las reliquias de la muerte, la primera parte, que me dejó con ganas de más. 33-¿Algo más que quieras decir a los lectores de Planetas Prohibidos?

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EL SINDROME DE SHANGRI-LA XIV

símbolos al principio, para hacértelo todo más sencillo. Y supongo que todo lo que tengo que contarte será más que suficiente para que al final de este mensaje domines pasablemente la lengua y la escritura humanas…

Texto: Yoss Ilustración: Pablo Uría Para John Brunner, por “Los Vitanuls”; para Theodore Sturgeon, por “Cosas de niños”.

Seas quien seas (o lo que seas…) tú, criatura del lejano futuro que ahora lees o escuchas esto, lo primero que debes saber es que los hombres fuimos.

Y para Rafael Marín, por “Lágrimas de luz”: sin ellos no habría sido posible este cuento.

Que una vez existimos, hace para ti mucho tiempo, llegamos lejos y fuimos grandes.

Para Carlos Duarte Cano, dos veces colega; por biólogo y por escritor.

O al menos lo creíamos así, que es casi lo mismo.

Porque también cree en la evolución.

Pero solo casi.

¿Me escuchas? ¿Puedes leerme?

Bueno, también puede que todo esto esté por completo de más.

Qué bien. No me gustaría estar pasando todo este trabajo para que mis palabras se perdieran en el vacío, devoradas por el tiempo y la entropía.

Podría ser que, si perteneces a una de esas especies que se interesan por el pasado remoto, como creo que deben serlo casi todas las racionales, hayas encontrado nuestros rastros dispersos por todo lo largo y ancho del Universo. Documentos sobre nuestra Expansión por las galaxias. Registros de nuestros logros y conquistas. Ruinas de nuestras ciudades, monumentos y artefactos.

Pero no estaba seguro si el soporte que elegí resistiría tanto tiempo: no soy un experto en el tema, tan solo me dijeron que este sistema de guardar datos alterando la estructura de los átomos de carbono de un diamante es el más confiable, el que menos afectaría el paso de los eones y el que más largo plazo de conservación garantizaba.

De ser así, probablemente ya domines todos nuestros lenguajes. Ojalá.

Bueno, debe serlo; también es el que más cuesta. Espero que el gasto valga la pena.

En todo caso, no voy a hablarte de nuestro hermoso aspecto o gloriosa trayectoria como especie. Además de redundante, sonaría pretencioso, viniendo de mí, que soy un hombre ¿no?

Guardé además mi mensaje por triplicado: como voz, como texto y en nanosímbolos a microrrelieve, para estar aún más seguro. Tal vez pertenezcas a una especie privada del sentido de la vista, o del oído. O de ambos.

Pero si, en cambio, no has encontrado ninguna huella de nuestra existencia… entonces presta, por tu bien y el de tu especie, doble atención a esta historia.

Confío entonces que al menos tengas un cuerpo capaz de analizar información al tacto.

Eso.

¿Me entiendes? Espero que sí, o no habrías llegado hasta aquí. Incluí un glosario de

Así me gusta. Bien atento.

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Como estas reflexiones mías.

Lo segundo que debes saber es que los humanos tenemos ¿teníamos? una Cualidad que mucho dudo que haya poseído, posea o vuelva a poseer otra especie inteligente del Universo.

Así que, por ahora, bastará con que, una vez al corriente de esa tan singular característica de nuestra especie, tengas presente otro par de premisas que te ayudarán a entender lo que voy a contarte.

Es como un Don… una especie de Vocación, a la que cuando nos llevaba al triunfo llamábamos voluntad. La misma a la que otras veces, cuando que no resultaba un rasgo tan vencedor, preferíamos referirnos como terquedad, las terceras empecinamiento, u orgullo… en los peores casos, cuando se volvía una especie de Condena que nos precipitaba en el desastre, simplemente estupidez.

Primero, que el Universo es grande e infinitamente variado. Segundo, que la fuerza y el ingenio con los que la Vida se abre paso en el Universo son más grandes aún. Pero supongo que si has llegado hasta aquí, ya tú y tu especie conocerán bien ambos principios.

Pero no debes dejarte engañar por tan variados nombres: era siempre el mismo rasgo, que de algún modo nos define ¿definía? y del que nunca pudimos ¿quisimos? librarnos.

Podría decir además que, no obstante, nuestra Vocación-Condena de voluntad, empecinamiento, terquedad, orgullo o estupidez humanas a las que hice referencia antes es ¿era? todavía mayor que el Universo y la Vida. Y que cuando incluso en el momento en que más creímos dominarlos a ambos, (¡ja! ¡creíamos! ¡dominarlos!) todo nuestro control no era en verdad más que una engañosa apariencia.

Un Don, Cualidad, Vocación o Condena que, reitero, nos condujo a grandes triunfos… pero también a grandes fracasos. Podría describirse como la absoluta incapacidad de dejar pasar de largo un reto sin enfrentarlo, y por extensión, de saber cuándo hay que darse por vencido.

Porque éramos como niños vanidosos e ingenuos a los que una ¿suerte? prematura puso a jugar en un terreno de adultos; nunca estuvimos realmente preparados para todo lo que nos esperaba en el Universo, ni mucho menos para todas las sorpresas que nos deparaba la Vida…

También, si quisiera sonar sentencioso y categórico, podría decir que el hombre es ¿era? un ser racional que no reconoce ¿reconocía? límites. Ni los suyos ni ningún otro. Solo que no pretendo parecer profundo ni filosófico. Ya de por sí lo son bastante estas reflexiones, que pretendo testamento de nuestra efímera gloria, abandonadas al río del tiempo dentro de una botella…

Podría decir todo eso, sí… pero temo que me estaría repitiendo un poco.

Casi seguramente no sabrás qué es una botella, ni conozcas nuestra antigua costumbre humana de que los náufragos lanzaran mensajes al mar protegidos dentro de ellas… pero no importa; te bastará con saber que es solo una metáfora para representar algo que tiene pocas probabilidades de llegar a su destino.

Así que mejor me dejo de tantos preámbulos y voy de una vez por todas al grano.

Y aunque tengo tiempo… no es todo el tiempo del mundo

Algo que, dicho sea de profesionalmente me cuesta no poco.

paso,

En fin; más allá de todos mis circunloquios, lo que te voy a contar es un cuentecillo

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simple. La historia del Síndrome de ShangriLa XIV. Una pequeña, ¿instructiva? fábula sobre el Hombre, su Vocación-Condena, el Universo, la Vida, los marpekos… y las sorpresas.

una pandilla de aqueos peludos. Pero él, con la magia de sus hexámeros dactilícos, lo convirtió en mucho más que eso; en Leyenda. Claro, cometo de nuevo el mismo error que con el mensaje en la botella: tú no sabes quién fue Homero, ni quiénes eran los aqueos, ni dónde estaba o qué significaba Troya…

***** Disculpa la pausa. Soy solo un ser humano, a veces tengo que descansar. ¿Mi nombre? No te lo he dicho aún. Ni tampoco te lo diré.

O tal vez sí lo sabes. A lo mejor no nos extinguimos así sin más, sino que hemos dejado suficientes rastros. Más que suficientes, exhaustivos incluso. Y tú, precisamente tú, nos has estudiado tan bien, como curiosos animales desaparecidos que seremos ¿somos? para ti, que conoces todas las referencias culteranas sin las que un Aeda como yo vería drásticamente limitado su repertorio de imágenes, o de hermosas mentiras… que son casi lo mismo, a fin de cuentas.

Y no importa. Puedes llamarme… Rapsoda estaría bien, o mejor todavía, Aeda. Ambos vocablos son sinónimos de Poeta, pero suenan bastante menos vulgares. Aunque, es inevitable, casi igual de pretenciosos. Mi profesión, mi ministerio, si es que puede llamársele así a la Poesía, es ¿era? hacer malabares con las palabras y los conceptos, extraer belleza de la repetición eufónica, de la combinación rítmica de sonidos, y de la tergiversación de la realidad. A la vez música y fabulación.

En cualquier caso, olvídalo: a la mierda Homero, Troya y los aqueos. Y qué gusto me da poder decirlo.

¿Entiendes por qué te decía que profesionalmente me costaba trabajo ir al grano? Si mi oficio es el adorno, el embellecimiento, el mejoramiento de los hechos… la mentira, para algunos ¿cómo podría ser simple y directo?

¿Entiendes? Probablemente no, por bien que creas conocernos. Pero a lo mejor empiezas a captar la idea si te digo que una vez fue inconcebible que cualquier Aeda usara en sus versos vocablos como “cabrón” o “mierda”. Aunque ambas son ¿fueran? hermosas, recias palabras. Porque los héroes no cagaban, ni se quejaban cuando los herían, ni dudaban, ni tenían miedo jamás. Eran semidioses cuyas inmaculadas acciones todos los que escuchaban nuestros cantos soñaban emular.

Bueno, lo que hago es también, para otros, Dejar Constancia de Nuestras Hazañas y Nuestro Triunfos. Estar junto a los Héroes para Presenciar sus Hazañas e Inmortalizarlas. Tejer la Historia, en fin.

Luego, muy luego, descubrimos lo espléndidamente impactante que resultaba contar las flaquezas humanas de sus héroes a esos mismos oyentes antes alelados entre las nubes de la gloria intachable de aquellos paladines perfectos. Cierto es que en el proceso la poesía perdió algo de belleza y perfección, pero también que ganó en realismo y verosimilitud.

Alguien de mi gremio, quizás el mismo viejo Homero, dijo una vez que todos los hombres viven, luchan y mueren… pero que solo los poetas pueden transformar en Historia Imperecedera los hechos de algunos. Supongo que sabía de lo que hablaba, el viejo ciego cabrón; sin sus versos, el de Troya habría sido solo otro saqueo más de

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Ja, como si la poesía pudiera ser realista o verosímil.

Buena imagen esa, la de abrirse como una puta bien pagada ¿no crees?

Pero basta de digresiones. Porque esta tampoco es una historia acerca de la poesía, ni siquiera sobre nosotros los que la ¿servimos? ¿Cultivamos? No lo es, no; aunque yo, el Aeda, te la esté contando ahora, debo admitir que apenas fui un personaje secundario en ella.

¿La captas? Ojalá y sí: espero, por tu propio bien, que tu cultura tenga algún equivalente para esas dos cosas tan maravillosas que son sexo y dinero.

Sus verdaderos protagonistas son Ariam El Afortunado, un terraformador (luego te diré qué es eso) y su sacrificado coraje. Su amiga, la bella bióloga Cay-Wun-Thilm, también jugó cierto papel en todo el asunto. Lo mismo que la evolución, el deseo, un amor sin esperanzas y una familia de propietarios exigentes, los Roslim.

Pero volvamos al meollo de la cuestión: ¿por qué quizás demasiado pronto?

Y por la imagen… especialidad.

de

nada;

es

mi

Porque era apenas el siglo XXII de nuestra historia, y creo ahora que, pese a toda nuestra Vocación-Condena, todavía no estábamos de veras maduros para esa aventura de tan aterradoras dimensiones que es ¿fue? la Expansión Humana.

Y los marpekos. Ah, claro… bueno, olvida quién fue Hogbarts, y por qué el siglo XXII y no el 34 o el 156-B. Sven Hogbarts no fue el único descubridor del impulso hiperlumínico subespacial, claro; la ciencia en el siglo XXI ya era el reino de los equipos multidisciplinarios, cuestión de trabajo de grupo… pero él fue el líder de su team. Y lo de los siglos… mira, acéptalo también como una convención, o tendría que explicarte quién fue Jesús, cómo murió en la cruz, por qué le llamaron luego el Cristo, qué fue la Iglesia, el papa, la Reforma… cosas que si no sabes, yo tampoco me voy a poner aquí y ahora a detallarte, después de haber escurrido el bulto con lo del mensaje en la botella y las putas bien pagadas.

Sobre todo, no te olvides de los marpekos. Bueno, quizás les das otro nombre, pero cuando te diga qué son, si aún existen y los conoces en el cosmos de tu época, sabrás al momento de qué se trata. Claro, no puedo contarte qué son los marpekos sin antes hablarte de la Expansión Humana. Y no tendría sentido hablarte de esa gloriosa aventura de conquista del Universo sin haberme referido antes a ¿te acuerdas? nuestro rasgo distintivo. Ese mismo: nuestra Vocación-Don-CualidadCondena, la voluntad-orgulloempecinamiento-terquedad-estupidez. Y también a lo otro lo de “éramos niños a los que una suerte prematura puso a jugar en un terreno de adultos” ¿lo recuerdas igualmente?

Imagínate, entonces: año 2164, el hombre arrastrándose a duras penas por los planetas y satélites del sistema de su primaria, construyendo unas tímidas bases en sus inhóspitas superficies, resignado a sólo soñar las estrellas… y de pronto, dispuso de un método de traslación de alcance prácticamente ilimitado. Eh, no instantáneo, pero sí muy rápido.

Entonces, si tienes presente todo eso, bastará que te diga que nuestra especie descubrió un medio para escapar a los límites relativistas de la velocidad de la luz y de nuestro sistema solar. Y que, gracias al impulso subespacial Hogbarts el Universo se nos abrió de golpe como una puta bien pagada… quizás demasiado pronto.

¿Entiendes ahora a qué me refiero cuando digo Expansión Humana?

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Podría también haber dicho Humana. Sería casi lo mismo.

Explosión

vez más lejanos entre sí y del centro, cada vez más fina su superficie.

Hablo de nuestro mundo de origen, la Tierra, quedándose rápidamente vacío, pues todo el que tenía suficiente edad y coeficiente intelectual para subirse a una nave se iba a buscar planetas nuevos a decenas, cientos, miles de años luz. Total, si viajando por el subespacio hasta miles de años luz podían recorrerse en cuestión de pocos días.

Si tienes algo parecido a la vista y algo parecido a pulmones con los que hinchar algo parecido a un globo, claro. Así mismo fue. Cada vez menos humanos, cada vez más lejos. Pura aritmética: el Universo es infinito, el número de seres humanos, no. Avanzadillas exploradoras llegando día a día a un número día a día creciente de mundos, día a día cada vez más distantes de la Tierra y entre sí. Día a día, cada vez menores asentamientos, hasta que las colonias iniciales de 1000 personas, pasaron a ser de 100, de 10, de una sola familia de exploradores audaces, satisfecha de poder construirse su casa-base a su gusto y bien lejos de sus semejantes y de las, por cierto, también cada vez menos atestadas y populosas ciudades de la Tierra.

Hablo de los gobiernos, todos los gobiernos que ya eran casi uno solo, estimulando a las familias a tener hijos, muchos hijos, cada vez más hijos para poder así llenar cuanto antes el Universo con la semilla humana. De los astilleros construyendo atareados naves y más naves, cada vez más naves, todas con impulso Hogbarts, para viajar entre las infinitas estrellas.

¿Vas captando Balcanización.

Hablo de los nuevos descubridores explorando miles de planetas nuevos cada semana, escudriñando su geografía extraña, enfrentando a la flora y la fauna agresiva de los más peligrosos, estableciéndose con señorial altanería en los más apropiados y similares a la Tierra, como si fueran los dueños del Universo, e incluso mirando con ojos rapaces a la galaxia de al lado…

la

idea?

Diáspora.

Estos fueron algunos de los lemas de la Expansión: “Hay infinitos mundos esperando por usted… incluso ese, el que siempre soñó. Basta con activar el impulso Hogbarts y buscar, buscar ¡hasta encontrar!” O este que, modestia aparte, creé yo mismo: “un hombre para cada planeta y un planeta para cada hombre”.

Hablo de una verdadera furia generacional de viajar, explorar y establecerse que dejó chiquita a las conquistas del nuevo mundo, en tiempos de Cortés, Pizarro y Cabeza de Vaca. A la marcha hacia el Oeste de los pioneros norteamericanos, a la Fiebre del Oro en California y Alaska.

Porque no solo para hermosos versos servimos los Aedas. La publicidad también aprecia nuestros talentos. Y los pagaba bien… Por este no me pagaron tanto, pero igual servirá como ejemplo: “¿para qué compartir su planeta con vecinos, si puede tomar su nave e ir a visitarlos a otro sistema en un par de minutos?”

Pero no debes saber qué o quiénes fueron esos, ni cuándo, ni dónde… ni yo creo que valga la pena explicártelo, así que mejor sigo hablándote en abstracto.

Pero creo que ahorraré tiempo pasando directamente a este, que casi me hizo rico: “si su planeta no es como quería, nosotros lo terraformaremos para usted”.

Hablo de la Nueva Frontera. Del Desafío Final. Visualiza un globo que se hincha, cada vez más grande, cada uno de sus puntos cada

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Atento: esa es una palabra clave en esta historia. Terraformación. Transformación de un mundo X en un sucedáneo ecológico de la Tierra, en pocas palabras.

prácticamente habitable.

cualquier

mundo

resulta

Salvo tal vez los gigantes de gas, los planetas de lava y otros infiernos por el estilo, claro.

Supongo que tu raza tendrá un concepto similar, a no ser que sean infinitamente más adaptables o más resistentes que nosotros. Que no digo que no sea posible, pero me parece más bien poco probable.

Tengo curiosidad ¿Acaso los habrán podido colonizar, tú y los tuyos? Bah, no tengo modo de saberlo. Esta comunicación es en una sola dirección. Del pasado al futuro. A no ser que también hayan inventado la máquina del tiempo…

Sí, el Universo es infinito, y el viaje subespacial muy rápido y muy breve… solo que las distancias seguían existiendo en la mente humana. Si fallaba su motor Hogbarts, un colono y su familia estarían igual de perdidos y aislados a veinte que a veinte mil años luz del asentamiento más cercano, pero… digamos que cuando eso ocurría, daba más tranquilidad, aunque fuese puramente psicológica, estar cerca de alguien. Y creer que, si uno enviaba una señal de socorro a velocidad lumínica a través del espacio convencional, al menos en veinte años ese alguien vendría a prestar ayuda.

Ja, qué buen chiste ¿no? Tranquilo; yo también sé que es físicamente inconcebible. En fin, que como te iba contando, en cualquier parte se puede sobrevivir dentro de bases así; da igual si la ecología es hostil o basada en el flúor, si la atmósfera es de cloro, si al paisaje lo atraviesan ríos de ácido sulfúrico o si hay bestias depredadoras modelo tiburón, que primero muerden y luego saborean lo que les quedó entre los colmillos a ver si era o no comestible.

Si el ansible, ese comunicador más rápido que la luz del que tanto hablaba la ciencia ficción del siglo XX y XXI, hubiera sido inventado, todo habría sido diferente.

Pero sobrevivir no lo es todo, supongo que tú y los tuyos ya lo saben. Está más que claro: ¿quién quiere alejarse cien mil años luz de su planeta natal para que sus hijos crezcan en un mundo en el que fuera de casa tendrán siempre que usar escafandra o ver cómo se les pudren los pulmones? ¿Donde no se puede andar descalzo sobre la hierba, sembrar un jardín, criar vacas y todo ese sueño bucólico del pionero?

Pero nunca se inventó, así que no te contaré más sobre él, ni sobre la ciencia ficción. En fin, que todo el mundo prefería estar cerca de alguien. Pero ¡qué mala suerte! no siempre los planetas con vecinos al alcance de la mano dispuestos a acudir a prestar ayuda eran precisamente los más aptos para la vida humana.

Así que, cuando alguien no quería alejarse mucho de otros y el mundo que deseaba ocupar no era precisamente la versión Tau de Ceti del Edén bíblico (y si no sabes de qué hablo, tampoco te lo puedo explicar ahora), llamaba a los terraformadores.

Oh, ni que decirse tiene: con una cúpula hermética, invernaderos de ciclo cerrado con especies transgénicas de alto rendimiento para producir aire y alimentos, cercas de energía para impedir que cualquier amenaza externa hambrienta entre, y que cualquier colono imprudente salga del perímetro protegido,

La gente como Ariam El Afortunado, eso es. Profesión esa, la de terraformador, de enorme y siempre creciente prestigio

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Incluso yo que no soy biólogo podría citarte mil ejemplos de esas formas vivientes difíciles de clasificar… no en balde me codeé por años con Cay-Wun-Thilm y otros del gremio.

durante la Expansión Humana. Casi como la mía, la del Aeda. Mucho más que la de explorador. Porque, lo que es descubrir un mundo, en plena Expansión Humana ya podía hacerlo cualquiera. Bastaba con dirigir tu nave hacia unas coordenadas que nadie hubiese antes visitado.

En Casseida del Escorpión hallaron ¿reptiles? que amamantaban a sus crías, las que además no nacían de huevos sino por gemación. En Sidrartán del Hornillo Químico descubrieron una especie de hongo gigante que perseguía a sus presas corriendo ágil sobre su red de micelios, que funcionaban como eficaces tentáculos. Están las salamandras voladoras de Vasiliskhia de la Hidra, que como además nadaban y corrían, más que anfibias eran trifibias; y los insectoides miméticos de Entomonia del Tucán, que tantos problemas causaron a los primeros exploradores humanos de ese mundo pantanoso, con su capacidad para imitar a toda forma de vida de su entorno… inclusive a ellos mismos.

Pero ya lo que es componer una epopeya sobre el viaje de ese mismo cualquiera y su desafío a los peligros ignotos del nuevo planeta, hasta convertir su aventurita en toda una Metáfora de la Voluntad Humana Retando a lo Desconocido, así con todas las mayúsculas, eso sólo podía hacerlo un Aeda. Lo mismo que llegar a un mundo donde nubes de cianuro y óxido nitroso daban sombra a seres depredadores capaces de lanzar descargas eléctricas de mil voltios y ¡abracadabra! convertirlo en pocos años en una pasable imitación de la Tierra.

¿Alguno de esos seres te resulta familiar? Ese es ¿era? el exclusivo talento de los terraformadores.

Pero hasta entre todos estos sorprendentes organismos, los marpekos resultaban asombrosos y únicos. Todo un milagro biológico.

Por eso les pagaban muy bien. Casi tanto como a nosotros.

La mayor parte del tiempo vivían ¿vivirán aún? muy tranquilos en el espacio interplanetario interestelar. Eran grandes campanas de materia orgánica traslúcida, sutiles medusas verdosas que podían abarcar decenas de kilómetros cuadrados. Eficientes trampas para la luz del sol, cuya presión aprovechaban para desplazarse, usando sus cuerpos como velas para captar hasta el último fotón, cuya energía de paso empleaban para la más vulgar fotosíntesis, como cualquier honrada planta terrestre con clorofila.

Bueno, seré sincero… a menudo mucho más Porque para desempeñar con cierto éxito ambos menesteres se requiere ¿requería? algo que no todos poseen. Mezcla de habilidad y suerte, supongo. Y ahí es donde entraban en juego los marpekos. ¿Ves? te dije que volveríamos a ellos. Eran ¿plantas? ¿virus? ¿hongos? qué más da… una de las primeras cosas que descubrieron los biólogos humanos es que aquellas estrictas divisiones entre los reinos de la naturaleza que tan bien conocían de la Tierra no eran para nada aplicables a otros mundos.

Oh, supongo que tú y los tuyos, que también habrán viajado lo suyo, como nosotros, conocerán al menos otro centenar de especies capaces de vivir en el cosmos abierto… y todas bastante grandes, por cierto.

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Raviatar, Aeda como yo, fue uno de los primeros humanos en presenciar tal espectáculo, desde la superficie de Thalassa del Fénix, un planeta-océano de atmósfera sulfúrica. Como tantas cosas en el cosmos de la Expansión Humana, los marpekos deben su nombre a la inspiración poética: al ver aquella lluvia de diminutas esporas caer sobre las aguas lechosas, mi colega comentó que parecía como si al mar le nacieran pecas…

Parece ser la ley; sin gravedad, los gigantes medran. Me vienen a la mente, así sin esforzarme, los leviatanes trilladores, de kilómetros de largo, que recorren los espacios interestelares recogiendo hidrógeno en sus fauces magnéticas para luego eyectarlo a presión por sus anos, después de alimentarse filtrando las moléculas de formaldehido que contiene. Una vez les dediqué un par de estrofas de una de mis odas, llamándoles “ballenas taciturnas que filtran el plancton de las estrellas”, y disculpa la pésima imagen. No es una de mis mejores composiciones, qué se le va a hacer.

Cabrón suertudo; le pagaron muy bien por el símil. Lo importante es que sepas que, en cuanto aquellas “pecas” llegaban a la superficie de un planeta, sucedía lo de veras interesante. Conservaban su actividad biológica por pocas horas, es cierto… pero si durante ese breve lapso alguna era inhalada, devorada o asimilada de cualquier otra forma por cualquier ser vivo, el material genético del marpeko se mezclaba con el de su ¿víctima? ¿Hospedero? y entonces…

También están los conchillones, esos avaros vegetaloides de todavía mayor envergadura, que llegan a envolver estrellas enteras en sus caparazones, para optimizar la absorción de su luz, como rindiendo homenaje a aquel visionario de nuestro siglo XX que fue Freeman Dyson… Criaturas todas adaptadas al espacio, con su ausencia de aire y de presión, con sus altos niveles de toda clase de radiaciones, y a las que el tirón de la gravedad de cualquier cuerpo planetario aplastaría de inmediato.

No, no era tan simple. No hacía lo mismo que los vulgares virus. No hacía estallar sus células para liberar miles de millones de pequeños marpekos ¿de qué habría servido su sutil estructura de medusa sobre la superficie de un cuerpo planetario? ¿Cómo habrían logrado aquellas frágiles criaturas traslúcidas salir del pozo de gravedad y regresar a su cómodo hogar en el espacio abierto, lleno de luz solar y otras ricas radiaciones?

Supongo que si las conoces, será por otros nombres… Los marpekos también pertenecen ¿pertenecían? a esa singular cofradía del espacio abierto. Pero algo que los distinguía de todos los otros de su orden es que, si una de enormes medusas fotosintetizadoras caía bajo la atracción gravitacional de un planeta y no podía alejarse, al entrar en su atmósfera se desintegraba por la fricción, sí, para quedar bien con Newton… y tampoco te diré quién fue ese.

En vez de eso, las esporas marpekas causaban un curioso efecto sobre los seres con los que se mezclaban. En cuya epidermis, por cierto, quedaban como única evidencia una diminuta “peca” en cada sitio donde hubiera penetrado una. Cay-Wun-Thilm, tan inteligente como hermosa, (y era bella de veras, créeme, luego te la detallaré) dijo una vez que aquellas esporas eran un auténtico trampolín evolutivo. Al insertarse en el material genético de otros organismos vivos, captaban el sentido general en el que se

Pero el resultado de tal desintegración no consistía sólo en tejidos abrasados y rotos, sino también en millones de pequeñas y ultrarresistentes esporas que flotaban por todos lados, dispersándose a merced de los vientos y corrientes marinas.

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Pero tú, claro, tampoco sabes quiénes fueron esos grandes cerebros de nuestras Ciencias Naturales.

había desarrollado su evolución hasta entonces. Al mismo tiempo, analizaban, de un modo que nunca comprendió nadie, pero sin dudas extraordinariamente preciso, las características ecológicas de su entorno, y…

Aunque creo que igual puedes imaginarte lo estremecedor del efecto que podía tener la caída sobre todo un mundo de un solo marpeko que liberara sus millones de esporas.

Y entonces ¡zas! actuaban desplazándolo en esa misma dirección varios milloncejos de años hacia el futuro.

Menos mal que aquello ocurría muy raras veces… al menos de modo natural.

¿Lo captas? ¿O aún no? Quizás este ejemplo te ayude: si una espora marpeka entraba en contacto con un anfibio del planeta X, de piel blanda y desnuda, branquias cuando larva y respiración en gran parte cutánea cuando adulto, incapaz de sobrevivir y reproducirse lejos de espacios acuáticos que lo protegieran de la desecación a él, a sus huevos de cáscara suave y a sus delicadas larvas-renacuajos, como en X los espacios terrestres eran amplios y constituían un nicho ecológico aún por ocupar… en breve plazo, la rana o la salamandra “infectada” secretaba una baba que luego se endurecía hasta formar una especie de capullo.

Pero cuando sucedía, el planeta entero experimentaba un auténtico salto evolutivo, y además soslayando la engorrosa etapa de pruebas-errores que sin el marpeko normalmente tardaría decenas de millones de años. ¿Entiendes ahora lo de trampolín? ¿lo de milagro biológico? Sí, la Vida con sus posibilidades virtualmente infinitas no dejaba nunca de sorprendernos. Imagino que a ustedes aún los asombra. En cuanto a por qué las esporas marpekas determinaban tan drástico salto evolutivo hacia adelante en el organismo que las acogía, nuestros sesudos biólogos no acababan de ponerse de acuerdo.

Y cuando al cabo de algunas horas más aquella crisálida se rompía, lo que la abandonaba era ya un reptil de respiración pulmonar y con epidermis escamosa capaz de sobrevivir lejos del agua, que ponía huevos de cáscara dura de los que salían pequeños reptiles, todos con sus mismas características, y que habrían triunfado rápidamente colonizando sin competidores todo el espacio seco… si otras esporas de marpeko no hubieran hecho evolucionar simultáneamente a otras especies para también ocuparlo.

Para eso están los científicos ¿no? Teorizar, disentir y dudar, pude decirse que esa es su Vocación y su Condena. Una variación curiosa de la de todos nosotros, humanos. Todos coincidían en que debía tratarse de una estrategia de supervivencia a largo plazo. Algunos especulaban que con aquel adelanto simplemente intentaban que su hospedero se convirtiera en una especie de mayor éxito ecológico en vez de extinguirse, como tan a menudo ocurre: puesto que la evolución no acelerada tarda tanto, no resulta un evento nada raro que cuando un organismo termina de adaptarse de modo casi perfecto a su entorno, este, irónicamente, ya haya cambiado o comienza a hacerlo de modo tan drástico que pronto vuelve contraproducente y un verdadero

Complicado y maravilloso ¿no? Espero que sepas de anfibios y reptiles, y de quiénes son los más evolucionados… al menos en un planeta con tierras emergidas Charles Darwin y Alfred Wallace se habrían quedado con la boca abierta. Y Jean Baptiste Lamarck sonreiría socarrón al saber de los marpekos.

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Las mitocondrias pudieron haber sido en un principio bacterias independientes, sí… pero completamente terrestres. Nada de panspermias que llevaban la vida y el acelerón evolutivo de mundo en mundo. Nuestra compulsión hacia el espacio, tan solo una evidencia más de nuestra VocaciónCondena, era completamente nuestra.

callejón sin salida esa misma adaptación que tan ventajosa parecía. Bueno, la evolución es una ruleta rusa, que lo digan los dinosaurios. Y no me preguntes ni por ruletas rusas ni por dinosaurios.

Pero de nuevo estoy divagando. Además, muy probablemente ya ustedes sepan muy bien por qué los marpekos eran marpekos y las razones de sus curiosos acelerones evolutivos.

Otros biólogos, de pensamiento más audaz o más místico, como la misma Cay-Wun-Thilm, (¿ya te dije que era tan inteligente como bella?) creían firmemente que los marpekos no eran una fuerza evolutiva ciega, sino muy consciente: el objetivo final de sus saltos sería lograr que alguna especie del planeta en el que habían quedado varados llegara, de un modo u otro, pero lo antes posible, al espacio. Para entonces separarse de su material genético “portador” y poder volver a flotar entre estrellas y planetas en su forma original de medusas fotosintéticas.

Lástima que no puedas contármelo. A Cay le habría gustado saberlo… El caso fue que, desde aquel mismo momento en que el Aeda Raviatar y otro pequeño grupo de exploradores fueron testigos de excepción de la lluvia de esporas marpekas en Thalassa del Fénix, los humanos se dieron cuenta de en que utilísima herramienta podían convertirse aquellas medusas, si una inteligencia hábil las manipulaba.

Incluso hubo quien fue aún otro paso adelante, y se preguntó si las mitocondrias, esos organelos citoplasmáticos que tan eficientes son suministrando energía a nuestras células, y que como ya se sabe, hace eones fueron bacterias independientes antes de volverse inseparables simbiontes, ¿no habrían sido originalmente, por casualidad, esporas marpekas?

Ah: entre los pocos exploradores que acompañaban a Raviatar aquel día, estaba Ariam El Afortunado. Puede decirse entonces que, desde el principio mismo, su destino estuvo ligado a los marpekos.

Por eso habríamos sentido siempre los humanos esa compulsión llegar más y más lejos, hasta conquistar el cosmos. Y cualquier día podríamos desintegrarnos para que de nuestros restos surgieran verdosas medusas espaciales…

¿Que cómo los usaban él y sus colegas en su trabajo de terraformadores? Muy sencillo: salían a dar vueltas de sistema solar en sistema solar en sus naves con impulso Hogbarts, hasta que localizaban a uno (no eran tan abundantes como los leviatanes trilladores, pero tampoco tan escasos como los inmensos conchillones) y entonces atrapaban a la tranquila medusa en una trampa magnética para llevarla cerca del mundo que querían terraformar.

¿Interesante hipótesis no? Aterradora, también… como para dar escalofríos. Cay, por cierto, nunca llegó a creer eso. Mejor para ella, porque la teoría quedó por completo desacreditada bastante aprisa, cuando cuidadosos análisis de nuestro genoma demostraron sin margen de error posible que no teníamos nada similar a los marpekos en él.

Una vez allí, liberaban y “pastoreaban” más o menos violentamente al marpeko con los chorros de su motor convencional, hasta obligarlo a precipitarse en su atmósfera y

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alojar solo tímidos coacervados a tener mamíferos (o su equivalente evolutivo local) en menos de dos años…

morir, emitiendo así las preciadas esporas aceleradoras de la evolución. ¿Resultado? Que si en el mundo a terraformar acababan de surgir las bacterias, de la noche a la mañana podían aparecer seres pluricelulares, como esponjas o celenterados. O sus equivalentes locales.

Pero los clientes pedían a gritos plazos todavía menores para el proceso. Y como los biólogos-supervisores nunca tuvieron nada que objetar… y ambos recibían agradables cantidades de créditos por su buena disposición

Se esperaba entonces otro poquito… digamos un par de meses, para ver cómo iba estableciéndose el nuevo equilibrio ecológico, generalmente ayudado por la introducción de un par de especies terrestres, es obvio que también drásticamente evolucionadas y/o modificadas por el “efecto trampolín” marpeko para adaptarse al nuevo ambiente, y de paso garantizar que la evolución general del mundo terminara generando un ecosistema cómodamente parecido al terrestre… en alguna era geológica conocida, al menos.

Es aquí donde entran en el juego los Roslim y su planeta, Shangri-La XIV. Los Roslim no tenían nada de particular; madre, padre y seis hijos. Una empresa familiar, una pequeña tribu consanguínea de exploradores enriquecida con el comercio de los productos extraídos del rosario de mundos descubiertos por ellos mismos. No es raro, en la Expansión Humana. Orondos propietarios, los Roslim, entre otras decenas de mundos, del cuarto planeta que orbita Alfa del Triángulo, a pocos cientos de años luz de la Tierra, y al que bautizaron pomposamente Shangri-La XIV… porque ya otras 13 familias fanáticas de la misma novela de Charles Hilton, Horizontes perdidos, habían también tenido la feliz idea antes que ellos.

¿Qué el cuadro general seguía sin complacer a los clientes? ¿Que pedían un mundo aún más parecido a la Tierra? Simplemente se buscaba otra medusa marpeka y se procedía al segundo acelerón con sus esporas, agregando más especies terrestres… y así sucesivamente. Se dice fácil, pero costaba lo suyo: había que calcular trayectorias de entrada, decidir en qué estación era mejor dejar caer las esporas, si de día o de noche, qué y cuántos animales o plantas terrestres importar como modelos… surgieron complejas ecuaciones para determinarlo, claro, pero la última palabra solían tenerla la experiencia y la intuición.

Cuando el tercer hijo de los Roslim (creo que se llamaba Adama, pero no es importante) lo halló, Shangri-La XIV era un inmenso y poco profundo océano salpicado uniformemente de islas. Un mundo atrasado, evolutivamente hablando; no había plantas terrestres en sus áridas superficies, ni tampoco animales mayores que algunas bacterias. Pero, al menos, sí tenía más que suficiente oxígeno en el aire: sus océanos eran una verdadera sopa de fito y zooplancton, que iba desde unas algas, especie de diatomeas, que fotosintetizaban a su gusto, o al menos hasta que las devoraban una especie de celenterados-crustáceos, hasta los superdepredadores del ecosistema, unos hambrientos gusanos nadadores de casi tres cuartos de centímetro de largo, a medio camino entre los equinodermos y los nemátodos terrestres.

Era una ciencia exacta (los biólogos que supervisaban cada caso se aseguraban de que lo fuera tanto como era posible) pero a la vez, un arte. Y sobre todo, funcionaba. En consecuencia, los terraformadores abusaban del método. Una y otra vez. Tanto, que hubo planetas que pasaron de

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Un planeta prometedor, y hasta cómodo. El sitio ideal para vivir, si uno no quiere meter el pie hasta los tobillos en el fango de origen orgánico al salir descalzo de casa y no le importa el omnipresente aroma a musgo en descomposición que llega del mar. Si le interesa dedicarse al negocio del plancton y no tiene ambiciones concretas de cultivar un jardín sobre un suelo pelado, al que todavía el primer rastro de humus tardará algunos cientos de millones de años en suavizar.

“pastoreado”, una tras otra, a 11 medusas marpekas hacia su atmósfera, (el récord anterior para un planeta eran 9, por cierto) Pero todavía las únicas plantas que habían colonizado el espacio seco del mundo de los Roslim eran unos tristes musgos de colores apagados, de los que, comprensiblemente, la señora Roslim no podía ufanarse mucho ante sus amigas. En cuanto a sus especies animales, aún se negaban tercamente a abandonar la protección de las aguas… sí, creo que en los mares habían surgido varias razas de crustáceos coloniales, tal vez casi inteligentes… pero ¿quién quiere dialogar con una langosta filósofa? No puede respirar aire, no emite sonidos, y por si fuera poco huele a pescado.

Claro, los Roslim, todos ellos, aspiraban a más ¿acaso da gusto invitar a tus amigos a un mundo tan… monótono? Y menos con ese olorcillo. Así que llamaron a los terraformadores. A todo un equipo. Cómo pasa el tiempo. Ariam El Afortunado, que cuando Ravatar bautizó a los marpekos con ese nombre en Thalassa era todavía apenas un pichón de hombre del espacio, se había convertido nada menos que en líder de aquel grupo.

Igual mejor para ellas que no fueran realmente racionales. Durante la Expansión Humana nos encontramos en las estrellas cuatro especies inteligentes. Todas de bajo nivel, equivalente al de nuestros antepasados cavernícolas. Una ni siquiera había descubierto todavía el fuego.

Por eso acudió a Shangri-La XIV: los Roslim querían al mejor, y ese era él. Ya se había ganado a pulso su envidiable sobrenombre; en 256 terraformaciones, ni un solo cliente insatisfecho.

Sus cuatro planetas tenían oxígeno, otros mundos habitables cerca, y eran, en fin, ideales para ser colonizados. Así que, por desgracia, ya no quedan representantes de sus especies nativas ni en los zoológicos… aunque, justo es decirlo, nuestros biólogos sí guardan muestras de su material genético, por si en algún momento vale la pena clonarlas para algo. Los humanos no desperdiciamos nunca nada… es parte de nuestra Vocación-Condena, puede decirse.

Récord difícil de igualar, no digamos ya de superar. A veces los planetas se muestran bastante… digamos que reacios al empujoncito evolutivo que se les propina con las esporas. Hay quien dice que por el bajo fondo de radiación ambiental que frena las mutaciones, o porque el genoma de sus especies contiene seguros tan eficientes contra los errores en la replicación que frenan el efecto acelerador de los marpekos.

En todo caso, si ahora estás siguiendo esta historia, puedes estar seguro de que debes darle gracias por ello al hecho de que ninguna de nuestras naves exploradoras con impulso Hogbarts encontrara jamás a tus lejanos antecesores en su mundo de origen…

El caso es que, hablando en concreto, nadie sabe ¿sabía? a ciencia cierta por qué ocurría eso… pero en todo caso pasa ¿pasaba? con cierta frecuencia. Y, qué casualidad, Shangri-La XIV resultó ser uno de esos “casos difíciles”. Muy difícil, incluso. Ya Ariam y su gente habían

Y bueno, volviendo a Shangri-La XIV… cansado de tan lento ritmo de avance, El

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Hubo aplausos, risas, chistes, griticos medio histéricos… yo compuse al vuelo un par de sonetos que deberían haberme servido luego de base para una oda más extensa. Y no estaban nada mal, si me perdonas la falta de modestia. Buenas imágenes, creo: “hermosos renglones de fuego salpican el cielo, preparándolo para que el hombre escriba otra página de su gloria… la belleza saluda la evolución”… ese era dedicado a Cay.

Afortunado decidió dejar a un lado los manuales y procedimientos y superar de una vez por todas aquella incómoda resistencia a la evolución a pura fuerza. O sea, con un tratamiento de shock, o una sobredosis, como mejor quiera llamársele. Detectó, capturó y “pastoreó” hasta la atmósfera de Shangri-La XIV no a una ni a dos sino ¡a tres medusas marpekas!

No eran exactamente así, me temo. Sonaban mejor con rima, te lo aseguro.

O eso creía él, al menos. Y las fue dejando caer una a una sobre el planeta de los Roslim, con intervalos de pocos minutos.

Pero juré, cuando todo acabó, no volver a hacer poesía… y pienso mantener mi palabra, así que tendrás que imaginártelos. Si es que en tu lengua hay algo parecido a la rima.

Ariam conocía su oficio hasta en los menores detalles, y estaba perfectamente consciente de la importancia de un buen golpe de efecto; así que planificó un gran espectáculo. Debía ser una noche inolvidable.

Ariam El Afortunado, por supuesto, como director de todo el espectáculo que era, no estaba en órbita con sus naves “pastoras” sino junto a sus clientes y a nosotros, su agradecido público, sobre la superficie de Shangri-La XIV.

¡Y vaya si lo fue! Por su parte los Roslim, seguros de que esta vez sí tendrían ¡al fin! flores y pájaros (o algo aceptablemente parecido, al menos) invitaron a sus numerosos amigos y conocidos a presenciar la transformación final y múltiple.

Todos llevábamos escafandras de protección biológica. Y ni siquiera de las más sofisticadas; no podía haber nada orgánico que pudiera dañar nuestros sistemas inmunitarios reforzados en aquel mundo cuyas bacterias se negaban todavía a salir del agua. Ni en ningún otro de la galaxia… la inmunología humana ha avanzado mucho desde que comenzó la Expansión, creéme.

Incluso contrataron a un Aeda para componer una oda al acontecimiento: a mí. En la explanada cubierta de musgo que rodeaba su casa-base nos reunimos un par de decenas de exploradores, terraformadores retirados, vagos habituales y yo. Todos bebíamos y chismeábamos, atentos al cielo nocturno. En el que, puntualmente de acuerdo con el cronograma trazado por el eficiente team de terraformación, iban apareciendo los ígneos rastros de las medusas marpekas, que ardían en su entrada atmosférica, calculada con cuidado para que se produjera justo encima de donde nos encontrábamos.

Nada, claro, salvo las mismas esporas marpekas. Las que, además y por suerte, ya se sabe, bien pronto dejaban de ser peligrosas. Qué gran paradoja me pareció siempre el que aquellas estructuras, tan recias como para conservar su capacidad germinativa latente incluso tras una violenta entrada a través de la más densa atmósfera, la perdiesen pocos minutos después, si no encontraban ningún ser vivo con cuyo material genético mezclarse.

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Cuyo apodo de Afortunado, por cierto, no se debía tan solo a su éxito como terraformador, ni mucho menos.

Bueno, la Vida sabe de ironías como nadie ¿no crees? No obstante, los terraformadores siempre insistían en aquella precaución de las escafandras, y hacían bien… en largos años de práctica, nunca habían tenido que lamentar un solo incidente con humanos. Pero una vez el canario de una familia se quedó fuera… y aunque a los del gremio no les gusta hablar del caso, creo que hubo que sacrificarlo de inmediato. Nunca aclaran si por peligroso, o por pura piedad.

A las dos horas escasas de haber comenzado la celebración, los sobrios en la árida explanada que rodeaba la casa-base de los Roslim eran una reducida minoría en la que yo ya no podía incluirme. Espero por tu bien que tu especie conozca algo parecido a las bebidas espirituosas, o al menos de efectos similares a los de los psicotrópicos… si no, no saben lo que se pierden. Y yo no te lo voy a explicar ahora, tampoco. No lo entenderías.

Lástima que antes no pude echarle siquiera una ojeada… habría sido un buen tema para un par de haikus.

Estaba borracho, bastará con que sepas eso. Muy borracho.

En todo caso, a las dos horas de haberse precipitado a través del cielo nocturno de Shangri-La XIV la tercera de las medusas marpekas, el Gran Jefe Ariam declaró que ya no había riesgo en exponerse al fresco de la noche local sin escafandra. Así que se guardaron aquellas ligeras pero engorrosas cubiertas herméticas en un sitio seguro, y comenzó la verdadera fiesta.

Me había empeñado en lograr ese estado… con todo éxito. A veces la borrachera es la mejor manera de olvidar lo que no se quiere saber, o no ver lo que está corriendo ante tus ojos, no sé si me entiendes. Por desgracia, todavía me quedaba suficiente sangre en el torrente alcohólico como para darme cuenta de que hacía ya un buen rato que ni Ariam ni Cay estaban por los alrededores.

Los Roslim se revelaron unos pródigos anfitriones: hubo comida y bebida para todos los gustos, espectáculos holográficos, duelos de improvisación (gané yo, que conste… Ariam no lo hizo nada mal, para un aficionado, pero no se puede ser un genio en todo ¿no?) música, baile y más comida y bebida para saludar el descenso de cada nueva nave terraformadora, a medida que, una tras otra, iban abandonando la órbita para posarse en torno a la casa-base de sus contratadores.

Y no se necesitaba poseer mucha imaginación para saber que debían estar muy ocupados el uno con la otra en algún rincón oscuro… No, no precisamente discutiendo sobre los pormenores de la terraformación de ShangriLa XIV.

Cay-Wun-Thilm, que por petición propia era la bióloga-supervisora en aquel caso, bebía y comía a dos carrillos de modo sorprendente para una mujer con su figura, prometía a todos un salto desde aquella especie de tímido período Silúrico en el que obstinaba en permanecer Shangri-La XIV hasta por lo menos un Cretácico desenfrenado con dinosaurios con plumas al día siguiente, bebía más… y bailaba solo con Ariam.

Espero que seas miembro de una raza con sexos diferenciados y reproducción sexual, capaz además de captar reticencias e insinuaciones. Ha pasado algo de tiempo desde aquella noche, pero admito que me dolería un poco ser más preciso. Por cierto que, dicho sea en su favor, Ariam y Cay no eran los únicos que se dedicaban a… llamémoslo “prácticas de parejas”.

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Fue quizás por ese estado general de jolgorio y relajación que nadie detectó la entrada de la cuarta medusa marpeka… hasta que fue demasiado tarde.

era rubia, con ojos como turquesas, anchas caderas y busto generoso, con voz de ángel y risa de cascabeles. Ni quién era alto, de rizado cabello, pupilas de esmeralda, musculoso y de espaldas anchas. Ni mucho menos quién era bajito, de pelo quebradizo y descolorido que sigue clareando pese a todas las terapias antialopécicas, desgarbado y con una torpeza congénita que me hace chocar contra todo, y que me dicen que ningún neurológico tratamiento de reconstitución osteomuscular podrá curar jamás…

Analizando a posteriori el incidente, los biólogos y terraformadores han dictaminado que lo que ocurrió fue que uno de los marpekos estaba en pleno trance reproductivo cuando fue “pastoreado” hasta las capas superiores de la atmósfera de Shangri-La XIV. Un proceso de gemación en pleno espacio, tan excepcional que no había sido nunca antes observado por nadie. Y merced al cual una pequeña medusa fotosintetizadora se separó de su ¿madre? cuyo cuerpo ¿por puro azar o por cálculo exacto? le sirvió también como masa de escape, logrando así mantenerse en órbita durante un par de horas más… aunque al fin, inexorablemente y para quedar bien con Newton como su progenitora, comenzó a perder altura.

Tendrás palabra.

que

simplemente

aceptar

mi

Era un triángulo clásico. Completamente tópico. Yo la amaba a ella. Ella lo deseaba a él. El las deseaba a todas… y solía conseguirlas. Ella era hermosa. El también, aunque me duela aceptarlo.

Faltaban minutos para el amanecer, creo. En los alrededores de la casa-base de los Roslim había a esa hora demasiada gente dormida y borracha para que pudieran reaccionar a tiempo ante la visión de aquellas tenues líneas de fuego surcando el cielo, que por otra parte más de uno debió confundir con los primeros resplandores de la aurora.

Yo no. Si lo hubiera sido, si tan solo hubiera sido medianamente bien parecido, normal, sobre la media, quizás habría intentado disputársela. Golpearlo, tal vez. O decirle a ella que sería para él solo una mujer más, una noche más en un planeta terraformado más, que él solo admiraba su cuerpo mientras que yo idolatraba su mente, su sentido del humor, su dulzura, y que daría todos los años que me quedaban de vida por una sola noche a su lado.

No, yo no. No fue culpa mía. Insisto en que yo estaba completamente borracho, así que no me tocó ser uno de esos. Yo dormía bocarriba en medio del prado; el contenido de alcohol de todo lo que había bebido finalmente había terminado por superar la capacidad de asimilación de mi metabolismo, como fue todo el tiempo mi intención.

Pero no lo hice. Preferí callar, yo que vivía de mi lengua sin freno.

Tenía una pena en mi alma, y quería aliviarla con alcohol.

Ella nunca supo que yo la amaba tanto como la despreciaba por preferirlo a él.

¿Te dice algo la expresión “amor sin esperanzas”?

El nunca supo que lo odiaba tanto como lo admiraba por conseguir atraerla a ella.

No voy a entrar en detalles sobre nuestra anatomía y conceptos estéticos, ya lo dejé bien en claro antes. No diré entonces quién

¿Entiendes? ¿O acaso perteneces a una raza tan desgraciada que en su raciocinio no conoce el amor?

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¿Azar?

Entonces olvida todo lo que dije antes. Confórmate con saber que me emborraché, como tantos otros.

Ya no estoy tan seguro de que exista el azar en este Universo, ni en ningún otro.

Por eso es que nada de lo que te voy a contar lo recuerdo. También a mí me lo contaron.

Ariam tampoco me culpó, claro. Era demasiado grande y generoso para caer en tal mezquindad. Me miró, sonrío y corrió a buscar refugio. Luego supe que se protegió con una lona, oculto bajo una laja de roca, pensando que así lograría evadir, reducir de algún modo la peligrosa lluvia de esporas.

Ariam El Afortunado, como siempre, se portó como un héroe. Estuviera donde estuviera, y haciendo lo que estuviera haciendo, el caso es que llegó apenas aparecieron los primeros trazos de fuego en lo alto. Vestido a medias, desgreñado y sudoroso, épico en su apostura, dicen que arrastrando a una Cay cuya sonrisa beatífica de hembra satisfecha era la mejor prueba, no solo de que había bebido bastante, sino sobre todo de que no entendía la gravedad de lo que estaba pasando.

Y el recurso le funcionó… aunque no del todo. Pasaron varios minutos antes de que otros terraformadores de su equipo lograran recuperar la sobriedad imprescindible para salir a buscarlo llevando una escafandra de protección biológica… pero ya era tarde.

Ariam despertó a gritos y a patadas a los que dormíamos. A algunos, al menos. A empujones, nos condujo en un tiempo récord al interior de la casa-base de los Roslim y hermetizó el edificio, cuyas ventanas y puertas habían dejado sus dueños durante la fiesta abiertas de par en par, para aprovechar el fresco de aquella gloriosa noche.

Ariam había perdido el sentido y en su piel podían observarse varias decenas de pecas. Estaba inequívocamente infectado, así que tuvieron que ponerlo de inmediato en cuarentena biológica. Y no sirvió de mucho. A las 3 horas, su epidermis comenzó a secretar aquel tan conocido mucílago transparente que se endurecía a ojos vistas.

Fue eficiente, convincente, rápido. Fue Ariam.

Yo tampoco pude ver eso. Estaba tendido en cama, con una resaca espantosa… y no me pidas que te explique qué es eso, si nunca has bebido etanol.

Lo sé, porque fui precisamente yo el último a quien tuvo tiempo de llevar a la seguridad de la casa-base de los Roslim. Porque, borracho como estaba, vomitando, torpe como siempre he sido… tropecé y me quedé atorado en la esclusa de la entrada, impidiendo de paso que él entrara.

Porque si tu especie no bebe y no sabes lo que es, envidio sus metabolismos… Volviendo a la contaminación de Ariam: lo mejor, lo más gracioso fue que, aunque yo estuve atorado en la esclusa, sitio ni remotamente hermético, durante toda la lluvia de esporas ¡no había en mi piel ni una sola “peca”!

¿Entiendes qué paradójica ironía? El, Ariam, mi tan odiado rival… me salvó. Y yo le impedí salvarse a él. Lo más triste: ni siquiera fue algo premeditado. Nadie me culpó ni podría haberme culpado. Quizás porque nadie conocía de mi imposible devoción por Cay-Wun-Thilm.

Dime ahora ¿sigues creyendo que fue todo puro azar?

Fue tan solo un lamentable accidente. Mala suerte. Azar.

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Los médicos y otros científicos, asombrados, especularon que quizás el efecto de aceleración evolutiva de los marpekos sólo se ejercía sobre especies no inteligentes.

Los hombres de Ariam, desesperados por salvar a su líder, se lo llevaron de inmediato a la Tierra. El viaje, aunque rápido, no fue instantáneo; cientos de años luz no se recorren en unos minutos.

Buena teoría… sobre todo porque, como descontando aquellas cuatro desgraciadas especies con bajo nivel de desarrollo, que de todos modos ¿exterminamos? ¿desaparecieron? mucho antes de que Ravatar presenciara aquella primera lluvia de esporas en Thalassa, hasta la fecha no hemos encontrado otra raza de hermanos de raciocinio, no hay modo de desmentirla.

Duró tres horas. Estaban ya en nuestro planeta madre cuando Ariam El Afortunado salió de la crisálida de transformación, antes de que la más avanzada ciencia humana hubiese siquiera tenido tiempo de ocuparse de su caso. Y ahora viene la Gran Sorpresa.

No se le dio mucha publicidad al asunto, y el ¿milagrosamente? ileso Ariam, después de haber sido sometido a todas las pruebas y análisis imaginables, sin que ni uno solo arrojara algún resultado inesperado, volvió a las pocas semanas a su trabajo de terraformar mundos. Estaba tan sano y saludable como había estado siempre.

¿Qué, crees que emergió convertido en un superhombre? ¿En un coloso de tres metros de altura, con músculos de dios, telépata y con memoria eidética, que levitaba despidiendo rayos de luz? ¿O tal vez en un cerebro inmenso sostenido a duras penas por un cuerpo subdesarrollado? ¿Qué el efecto de trampolín evolutivo de los marpekos lo hizo evolucionar hasta la próxima etapa del desarrollo humano?

Y, chico afortunado, Cay-Wun-Thilm lo estaba esperando a la salida del hospital…

Te parece que así habría debido ser, ¿no? Oh, sí, supongo que piensas que este sería un buen final para la historia.

A mí también.

Pero eres capaz de comprender que no hubiera hecho una pausa tan cerca del final ¿no?

A muchos, de hecho. Pero el caso es que no ocurrió nada de eso.

Igual ya te advertí que las cosas no terminaban ahí.

El Ariam que abandonó la crisálida era idéntico al que estaba inconsciente cuando tal estructura se formó sobre su cuerpo. Y al de siempre. Claro, no recordaba nada del proceso… si es que algún proceso sufrió.

Más bien empezaron. Porque, como todos los hombres adoran demostrar su valor, y presumir de su buena suerte, pese a que le habían sugerido que mantuviese todo el lío en secreto, Ariam habló… o lo hizo alguno de su equipo, da igual.

***** Lo siento, pero al menos esta fue la última pausa. Ya falta poco.

El caso es que, poco a poco, primero sus colegas terraformadores y luego otros hombres del espacio, comenzaron también a quedarse fuera y sin escafandra biológica “por pura casualidad” alguna que otra vez, durante una lluvia de esporas marpekas.

Esos fueron los hechos. Tan solo faltan la reacción y las consecuencias, o sea, lo más importante.

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La historia, pues, también podría terminar aquí ¿no crees?

Ninguno sufrió jamás otro daño que el que había experimentado el propio Ariam, cuando fue “infectado”: perder el sentido, formar crisálida… y salir a las pocas horas, ileso.

Pero resulta que Cay-Wun-Thilm tiene una teoría… y sobre todo, algunas pruebas para corroborarla.

Al principio los médicos pusieron el grito en el cielo ante esta nueva “moda”. Compréndelos; no entendían lo que pasaba, y todo lo que no se comprende aterra.

No, ya no es tan amiga de Ariam El Afortunado como antes. No me preguntes qué ocurrió entre ellos, por qué se enfriaron las cosas… ella no me lo contó y yo no se le pregunté.

Un psicólogo avispado e imaginativo incluso bautizó a todo el asunto como “Síndrome de Shangri-La XIV”. Y lo supuso una versión actualizada del mismo instinto de atracción por el peligro que en el pasado hacía a algunos saltar de los puentes colgados de una tira elástica, o enfrentarse a las fieras, para sentir el golpe de adrenalina… Vocación-Condena ¿recuerdas? aceptamos nuestros límites.

Los humanos tenemos un refrán: “a caballo reglado no se le mira el colmillo” Y espero que entiendas de qué va... incluso sin preocuparte por averiguar lo que es un caballo.

Nunca

Lo que sí debería preocuparte es que Cay piensa que el que los marpekos no produzcan ningún efecto sobre el genoma humano no depende de nuestras mitocondrias ni de ningún teleológico respeto de las esporas marpekas por nuestra inteligencia, sino de una razón mucho más simple… y a la vez aterradora.

Pero luego, viendo que nunca había consecuencias, los expertos dijeron: “Ya se cansarán esos temerarios cabeciduros del jueguito, cuando todos sepan que es inofensivo” Y tenían razón… para variar.

Porque el fenómeno no ocurre tan solo con nosotros, por cierto. Cay, la buena de Cay, ha buscado con ahínco, hasta descubrir que hay unas pocas especies animales y vegetales, terrestres y de otros mundos de la galaxia, que tampoco son afectadas en lo absoluto por el célebre acelerón evolutivo marpeko.

Ser “contagiado” por las esporas y luego formar crisálida no mataba a nadie, estaba claro… pero tampoco era una experiencia precisamente agradable. No había, pues, gran riesgo de que se convirtiera en algo adictivo. Así que, tras una etapa inicial de bravatas machistas, como habían previsto los galenos en general y los hurgasesos en particular, las escafandras de protección biológica volvieron a ponerse de moda durante la terraformación con la ayuda de esporas marpekas.

La lista incluye a seres muy disímiles: desde seres terrestres, como la euglena viridis de las charcas, un protozoo con capacidad fotosintética, hasta árboles raros como el gingko biloba y la microcyca calocollens, pasando por peces condrictios como el tiburón ángel y la quimera. Y el trix de Zarmona, el guzoid de Régulo IV y la rana ornitoide de Stiizia, entre los organismos extraterrestres.

Y los biólogos, por su parte, volvieron a debatir con nuevos bríos si no sería que nuestras mitocondrias impedían que otros simbiontes se fusionaran con nuestro genoma, o si las esporas sabían reconocer el raciocinio y lo respetaban en consecuencia…

Curiosamente, lo único que tienen todas estas especies en común es que se trata de auténticos fósiles vivientes. Organismos tan

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O tal vez ya lo intuíamos, y por eso tanta obsesión con lo de usar escafandras biológicas. Para no tener que aceptar que nuestra especie, cuya anatomía prácticamente no ha cambiado desde tiempos prehistóricos, ya no cambiará nunca más.

bien adaptados a su entorno que por cientos, miles de millones de años, han permanecido prácticamente idénticos a sus remotos antecesores. Sin evolucionar. ¿Captas el quid de la cuestión?

La conclusión es evidente: hemos llegado al límite de nuestro potencial biológico como raza, y no habrá un más allá para nosotros. Nunca más.

Dicen que un científico tiene siempre una intuición y luego trata de comprobarla o refutarla usando la lógica. Me pregunto cómo habrá tenido Cay la idea de que los marpekos eran absolutamente inocuos tan solo en los seres que han agotado por completo su potencial evolutivo.

Y extendiéndonos como lo estamos haciendo por entre las estrellas, en esa diáspora suicida que es la Expansión Humana, terraformamos los mundos porque ya no somos capaces de adaptarnos a ambientes nuevos. Ni lo seremos nunca más.

Tal vez algún comportamiento no muy evolucionado de Ariam se la sugirió…

Nunca más, como hace siglos hizo Poe decir a su cuervo.

Pero no voy a especular sin datos. Piensa en el asunto. Especies que no evolucionan… porque se han adaptado de modo tan perfecto a su ambiente que han perdido por completo su capacidad para hacerlo.

Son palabras pesadas, Preocupantes. Aterradoras.

definitivas.

Qui non proficit, déficit, decían los antiguos romanos. Lo que no gana pierde, o lo que no adelanta, retrocede. No hay estancamiento sin consecuencias en la naturaleza.

Y que si siguen vivas, es solo porque su entorno no ha cambiado tan drásticamente que anule las ventajas de esa adaptación al medio.

Supongo que cuando Cay presente su teoría sobre el agotamiento de nuestro potencial evolutivo, los optimistas de siempre saltarán a replicarle que desde que alcanzamos la inteligencia, lo importante es que evolucione nuestro cerebro, y no nuestro cuerpo. Y que si tan grave fuera el problema de nuestro estancamiento evolutivo, en todo caso, ya se encontrará en el futuro algún modo de contrarrestarlo, de evadirlo, de superarlo de cualquier manera.

Pero si las cosas cambiaran de pronto… De nada te sirve un trampolín si eres tan pesado que ya no puedes siquiera saltar. Cay dice que necesita más pruebas, quizás años de cuidadosas y sistemáticas comprobaciones antes de dar a conocer su teoría de que los humanos hemos agotado nuestro potencial evolutivo.

Y me temo que, aunque la creyeran, aunque al final acepten que tiene razón… igual seguirán haciendo lo que hacen. Extenderse, descubrir y conquistar nuevos mundos, poblarlos. Incluso si saben que no sirve de nada, porque ya nuestros años están contados

Pero mirando en derredor, parece por completo lógico. Lo raro es que nadie lo haya enunciado antes. Quizás fue necesario esperar a que descubriéramos a los marpekos con su casi milagroso efecto sobre los seres vivos, y a que tuviera lugar el incidente de Shangri–La XIV, para que pudiéramos verlo.

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Este es entonces mi mensaje para ti, hijo de una especie racional diferente, heredera del cosmos. Para que lo descubras dentro de millones de años, cuando ya no estemos, cuando la inmensidad del Universo y la fuerza imparable de la Vida nos hayan devorado para abrirse paso… y reflexiones.

Y lo harán… porque no pueden hacer otra cosa. Porque somos humanos y no sabemos más que ser humanos. Nuestra Vocación-Condena, una vez más… (y espero en todo este largo discurso mío no haber permitido que olvides de qué se trata)

Para que tengas cuidado con tu orgullo de conquistador, de dueño del Universo.

No aceptar jamás la derrota. Ojalá esta advertencia te sirva de algo. Y tal vez hasta tengan razón, esos tercos ¿no crees?

Ahora sí que ya he casi terminado. Pero antes de concluir definitivamente, aquí entre tú y yo, te diré algo. Porque hay experiencias que sin nadie a quien contarlas no saben igual de bien:

Porque el hombre no puede estar condenado ¿verdad? la gloriosa aventura de la Expansión Humana demuestra que estamos en vísperas de nuestra mayor gloria. No parecemos una especie en decadencia ¿a que no?

Las cosas rara vez son como uno piensa. Todo el mundo lo sabe. Pero Cay-Wun-Thilm resultó ser todo lo que yo pensaba… e incluso más. Ariam nunca entendió qué joya de mujer era, por suerte para mí.

Dicen que nunca es más oscura la noche que justo antes del amanecer. Entonces, también pudiera ser cierto que nunca es más brillante el día que justo antes de un eclipse…

Cay, claro, no le guarda ningún rencor. O eso dice, y yo prefiero creerle. Ella es tan suave, tierna y amable… me ha agradecido como mejor sabe (¡y vaya si sabe agradecer bien!) que la apoyara en su teoría, ahora que está sola…

La Expansión Humana podría muy bien ser nuestro canto de cisne. El comienzo de nuestro eclipse.

Y, sobre todo, dice que sus dos noches de locura con El Afortunado no significaron absolutamente nada. Porque jura que sólo fueron dos. Y que únicamente aceptó irse con él porque estaba cansada de esperar a que yo le dijera algo ¿qué te parece?

Puede que sí y puede que no. ¿Quién sabe? Por lo que pueda ocurrir, grabo esto. Un mensaje en una botella de tiempo.

Sí, la Vida y el Universo nunca dejarán de darnos sorpresas.

La idea fue de Cay: cuando termine de decir todo lo que quiero, lo guardaré en una cápsula y lo arrojaré al cosmos, al espacio interestelar, bien lejos de todo sol o planeta, para que flote sin riesgo por los siglos de los siglos… hay una buena probabilidad de que se pierda, pero también podría encontrarla alguna de las razas que nos sucederán en el infinito relevo de la inteligencia.

Ni las mujeres tampoco. Puede decirse que esa también es su Vocación, o su Condena. Algo que a mí, por cierto, estancamiento evolutivo o no, me parece muy bien.

Como tú y los tuyos.

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Tanto, que por momentos hasta el saber que pudiéramos ser una especie condenada a desaparecer por haber agotado nuestro potencial evolutivo… francamente, ya no me preocupa mucho.

Pluma de león (novela erótica de ciencia ficción) en España (2007), Cuba (2009); Interferences (cuentinovela de ciencia ficción, en Francia) 2009; Las quimeras no existen (cuentos para niños y jóvenes) 2010.

YOSS (José Miguel Sánchez Gómez). Licenciado en Biología por la Universidad de La Habana, 1991. Miembro de la UNEAC desde 1994. Ensayista, crítico y narrador de realismo y ciencia ficción. Su obra ha obtenido diferentes premios y menciones, tanto en Cuba (Premio David 1988 de ciencia ficción; Premio Revolución y Cultura 1993; Premio Ernest Hemingway 1993; Mención UNEAC de novela 1993; Premio Los Pinos Nuevos 1995; Mención UNEAC de cuento 1995; Mención de cuento La Gaceta de Cuba, 1996; Premio Luis Rogelio Nogueras de ciencia ficción 1998; Premio Cuento de Amor de Las Tunas 1998; Premio Aquelarre de texto humorístico 2001; Premio Farraluque de cuento erótico 2002 y Premio Calendario de ciencia ficción 2004) como en el extranjero (Premio Universidad Carlos III de ciencia ficción, España 2002; Mención UPC de novela corta de ciencia ficción, España, 2003; Premio Domingo Santos de cuento de ciencia ficción, 2005; Tercer Lugar en el Casa de Teatro de cuento, República Dominicana, 2006 ; segundo lugar Alberto Magno de relato de ciencia ficción, España, 2008; UPC de novela corta de ciencia ficción, España 2010). Sus textos han aparecido en diferentes publicaciones periódicas de Cuba y otros países. Sus narraciones han sido incluidas en varias antologías nacionales y extranjeras. Ha sido asimismo antologador de los volúmenes Reino eterno (cuentos cubanos de fantasía y ciencia ficción, 1999); Escritos con guitarra (cuentos cubanos sobre el rock, en colaboración con Raúl Aguiar, 2006); y Crónicas del mañana: 50 años de cuentos cubanos de ciencia ficción (2009) en los que igualmente figuran cuentos suyos. Fundador de los talleres literarios de ciencia ficción Espiral y Espacio Abierto. Graduado del primer curso (1998-99) de Técnicas Narrativas del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso. Ha impartido Talleres de este tipo en Cuba, Chile, Italia, España y Andorra, así como asistido a varias convenciones internacionales de ciencia ficción y fantasía: Les Utopiales 2002 y 2004 y Les Imaginales 2003, en Francia. LIBROS PUBLICADOS. Timshel (cuentos de ciencia ficción) 1989; W (cuentinovela de realismo) 1997; I sette peccati nazionali (cubani) (cuentinovela de realismo, en Italia) 1999; Los pecios y los náufragos (novela de ciencia ficción) 2000; Se alquila un planeta (cuentinovela de ciencia ficción, en España, 2001); El Encanto de Fin de Siglo (noveleta, en colaboración con Danilo Manera, en español en Italia) 2001; -Al final de la senda (novela de ciencia ficción) 2003; Polvo rojo (novela corta incluida en el volumen-antología Los Premios UPC 2003, España) 2004; La causa che rinfresca e altre meraviglie cubane (cuentos de realismo, en Italia) 2006; Precio justo (cuentos de ciencia ficción) 2006;

Pablo Uría Díez (Bilbao 1978). www.pablouria.com. Comprometido con el arte desde pequeño, es licenciado en Bellas Artes e ilustrador y diseñador gráfico para muchas editoriales a nivel nacional, entre las que se encuentran Planeta, Minotauro, Edhasa, Edaf, Alamut, Bibliópolis, Educando, Grupo Ajec, 23 Escalones o Ediciones Torre de Marfil, de la cual es además socio fundador. Una labor que ha compaginado con sus trabajos como ayudante de dirección en cine y televisión en las películas “Hoy no se fía, mañana sí”, “Un poco de chocolate” y “ASD, Alma sin dueño”, entre otras, así como en series de televisión como “Mis adorables vecinos” o la exitosa “El Internado”.

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RELATOS 51/ 54/ 59/ 62/ 69/ 72/ 75/ 78/

ABDUCCIÓN A LA CHILENA, Carlos Páez S. Ilustrado por Fraga AMARILLO, Roberto Redondo. Ilustrado por Pedro Belushi. EL CAFÉ DE MEDIA TARDE, GuajaRs. Ilustrado por José Antonio Marchán. PLANOS DE DIVERGENCIA, Claudio Landete Anaya. Ilustrado por Javier Durán EN LA RED, Juan José Tena. Ilustrado por Pedro Belushi. EL DÍA DE LA EVOLUCIÓN, Jorge Vilches. Ilustrado por Anabel Zaragozi. EL MEJOR PROGRAMADOR, Martín Fragoso. Ilustrado por Juan Raffo. EL CASTIGO, Eduardo Andrés Lagos. Ilustrado por Komixmaster.


ABDUCCIÓN A LA CHILENA

de reportajes de informe especial y uno que otro vecino ex Mapu, con tendencia a soltar la lengua compartiendo una chela después de la ocasional pichanga del domingo, le habían dado cierta perspectiva. Así que simplemente siguió hablando, arrastrando las palabras, con un tono suave, de reproche y algo de vergüenza, buscando la forma de salir en el grave problema en el que inocentemente se había metido.

Texto: Carlos Páez S. Ilustración: Fraga

S

e acomodó en la silla por enésima vez, ya estaba entrando en la sexta hora de interrogatorio, tenía la boca seca, un ojo palpitante, un molesto olor a sudor rancio y las marcas indelebles de la incómoda silla en el trasero.

“Me levanto a las 5 A.M. cada día, viajo dos horas luchando para no dormirme y despertar sin billetera en Curacaví, trabajo más de doce horas en una compañía que funciona pésimo, vendiendo porquerías que nadie conoce y que no sirven para nada, con un jefe ignorante que me grita todo el día y me culpa de cada cagada que queda, usted entiende, el que sabe, sabe y el que no es gerente…”.

Básicamente estaba cagado de miedo, tal vez fuera stress post-traumático, o simplemente que tanta película de la dictadura ya predisponía a cualquiera a sentirse jodido frente a tanto milico inquisidor, pero eso no quitaba que estuviera también incubando una saludable ira reprimida, claro de ahí a que la expresara había un gran abismo, hasta en eso era un chileno promedio. El infante de marina a su izquierda, con la tensión pintada en el rostro, se acomodó el cuello con un sonoro crujido, lo que por supuesto le produjo un nuevo sobresalto a Juan, era un tipo joven, con aire de sureño, y probablemente se sentía tan desconcertado como el con la situación. El de la derecha, de rostro más tosco y apreciable tamaño, tenia mejor actitud, simplemente le entretenía su sufrimiento, lo cual no dejaba de ser posiblemente un patético mecanismo de defensa psicológico, no encomiable pero adecuado, aunque también habían muchas posibilidades de que básicamente fuera un idiota. El comandante en cambio, sentado frente a él, impasiblemente enfundado en su uniforme gris, con capa incluida y lentes oscuros en el bolsillo, lo que ya le resultaba poco tranquilizador a Juan, parecía absolutamente concentrado en romper sus supuestas defensas con un pequeño tufillo a manual fotocopiado de “Escuela de las Américas”.

La ceja levantada del comandante le dijo que la broma no había sido adecuada, por un milisegundo se preguntó “con qué ropa se creía gerente el milico”, pero pronto desechó ese pensamiento. “Tengo que lidiar con algunos de los clientes mas imbéciles que existen, con exigencias ridículas y

Juan no solía tener demasiado tiempo como para instruirse en esos temas, pero un par

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siempre dispuestos a pelear y rebajarme a la menor oportunidad, a veces creo que el muchacho del “Mac dowels”, con acné y gorro de idiota, recibe mas respeto que yo”.

del regimiento con una cena decente. El de la izquierda aún se sobaba el cuello, quizás él le preparaba la cena al otro, hoy en día nada sorprende. “Y ésa es la parte buena del día, en la noche tomo un bus atestado y hediondo por otras dos horas, camino seis cuadras donde ya me han asaltado cuatro veces este año, casi me violan el año pasado…”

Tomó otro trago de café frío, se despejó una vez más el cabello y volvió a ver al comandante a los ojos, sin desafío, sino simple cansancio.

Aún le dolía algo la pequeña herida de la sonda entre las costillas de la noche anterior, pero prefería no pensar en ello; lo que prefiriera por supuesto no le había importado al comandante ese. “Llego a dormir de allegado a la casa de una suegra que odio, y la vieja lo sabe, a hacerle el quite a un maldito poodle maricón que se calienta con mi pantalón, a compartir un camarote con una mujer del doble del tamaño de con la que me casé, que me desprecia en público y no me toca hace años, a arropar a un hijo que no quería y aún tengo dudas que sea mío…” El comandante levantó la ceja de nuevo, Juan se pregunta si seguramente el maldito querrá mucho a los hijos que apenas ve y trata como subordinados, ni hablar de la mujer que lo gorrea con el abogado del piso de arriba… bueno, bien por él, que siga en su burbuja de adulaciones serviles de los idiotas esperando que se retire. Cada idiota es un universo en si mismo. “Ya ve que mi vida es una mierda cansada y vacía. ¿Le cabe alguna duda?” El comandante continuó impasible, el de la izquierda se sobó de nuevo el cuello, el de la derecha ya no sonríe.

“Rara vez almuerzo, y cuando lo hago es un tupperware de fideos con salsa con poca sal y demasiado orégano, sentado en un banco de madera incómodo en una cocina helada junto a los baños de la oficina… si tengo suerte, sino, un zapallo italiano relleno, sin relleno, con un poco de arroz mazamorra. 15 años y la weona de mi mujer aún no aprende a hacer un arroz graneado decente, ni hablar de un queque, esas weas ya no se las enseñan”

Esta vez es Juan quien se acomodo, dejó la taza y levantó una ceja. “Así que, realmente comandante, sabiendo todo eso, ¿Me va a seguir preguntando si es verdad cuando digo que al despertar en una camilla en una nave espacial extraterrestre, rodeado de hombrecitos grises que me miraban con sus grandes ojos negros… simplemente los mandé a la mierda, me di media vuelta y seguí durmiendo?”.

El café parecía más insípido a cada sorbo, podía sentir la burla sorda del infante a su derecha, como si con esa cara de bruto fuera a tener una mujer esperándolo afuera

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Carlos Páez S. Recién entrado en sus treinta, con formación como médico veterinario y enfermero obstetra, pero dedicado a los frios negocios, vive en Reñaca, balneario de lejano parecido a Caprica, en la ciudad turística por excelencia de Viña del Mar en Chile, amante de la velocidad y las tuercas, pero también orgulloso geek de ficción y juegos de rol, gasta su tiempo libre entre arreglar autos antiguos y procrear cuentos y novelas de variado tipo, algunos en formato online. twitter: @CarlosPaezS

Fraga. Francisco García "Fraga", mexicano cuarentón, es más dibujante de humor que ilustrador; sin embargo, insiste en querer encontrar un estilo propio híbrido entre deformaciones caricaturescas e incontables rayitas, por lo que ha hecho vanos intentos por plagiarse a Oscar Grillo. Fraga es el autor de las tiras cómicas Don Ramirito y Los Cocolazos y de las viñetas de humor Ondas Fraguianas. Su blog: http://fragacomics.blogspot.com

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me dejara. Comenzaba a ver el mundo en orden otra vez. Graarl y Triara habían ya levantado el cerco protector en torno a mí que tanto había agradecido. Desde luego mis padres biológicos no se habrían portado conmigo mejor que lo que ellos lo hacían, esa cuestión la tuve clara desde que, con cinco años, adquirí conciencia de mi condición de adoptado desde los dos.

AMARILLO Texto: Roberto Redondo Ilustración: Pedro Belushi Tengo miedo de volver a coger el metro. Mierda. Creí que ya lo tenía superado. Ha pasado mucho tiempo. Hasta el recuerdo empezaba ya a difuminarse, lento, pero lo hacía. Y aunque el rincón delator de mi cabeza siempre hiciera sonar las alarmas, cada vez conseguía mantenerlas más tiempo anuladas.

Sólo les faltaba, para ser perfectos, que algún día me regalasen aunque fuera un solo dato relativo a mis orígenes. Pero… mierda. Estábamos con otra cosa. Salí a la calle y la lluvia me brindó su saludo matutino. No la había esperado. Era demasiado temprano para subir persianas y la temporada demasiado cálida como para ser propicia al aguacero. No dejé que afectara a mis ánimos. Mucho esfuerzo puesto en juego para verlo arruinado por algo tan circunstancial como el agua cayente del cielo.

Y al rincón… arrinconado. Mierda. Es inevitable. Tengo que subir a ese vagón. Me lo ha dicho el doctor Leader. Yo creo que se equivoca. Deberíamos haber esperado un poco más. Ya no quedaba mucho para ver convertida la memoria en pesadilla…

Me lancé a la calle sin paraguas y avancé lo más rápido posible, saltando entre charco y charco. La gente a mi alrededor hacía lo mismo, pero por el rabillo del ojo intuí que la mayoría sí portaba el útil artículo “antilluvia”.

Pero se ha empeñado. Y yo siempre hago caso al doctor Leader. Va a ser poca cosa. Un trayecto corto. Subiré en Calidier y me apearé en Durúball. Tres paradas. Cinco minutos. Nada.

No tardé en llegar a la estación. Enseguida me puse a cubierto. Validé mi billete y, allí sí, levanté la vista por primera vez de manera fugaz. Si no hubiera estado ridículamente entretenido en sacudirme el agua de la ropa quizá me habría percatado entonces de algún detalle que me pusiera sobre aviso en relación a lo que se avecinaba.

Pero da igual; los fantasmas regresan a marchas forzadas. Mierda. Lo pienso muchas veces. No es que yo fuera demasiado débil; les aseguro que cualquiera también se habría vuelto loco después de ver aquello. Eso sí, en mi favor debo señalar que a la explicación de los hechos dada por Fact-Elbart jamás le di el menor crédito; sólo me habría faltado tener en cuenta las ridículas teorías de otro demente.

Pero estaba demasiado ocupado en mis pequeñas cosas, como siempre suele pasarme. Una vez en el andén volví a mirar a mi alrededor. Allí estaba la primera pista, y sin embargo yo no supe trasladarla a las zonas de mi cerebro donde a esa hora se desarrollaba la actividad consciente.

Pero no, no quiero rememorarlo. Si lo hago perderé otra vez el control de mi cordura. Me ahogaré. Joder, mierda. Me levanté tranquilo esa mañana. Más de lo normal. Habían pasado trece días desde que Lienna

Nunca he sido muy avispado, esa es la verdad.

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Todos mis transitorios y efímeros compañeros de condición, las personas que me rodeaban tanto en mi propio andén como en el de enfrente me ocultaban sus rostros de la más variada de las formas. Unos sencillamente me daban la espalda; otros inclinaban la cabeza mientras leían el periódico, algún libro…; otros cuantos escondían los ojos bajo el ala ancha de sus mojados sombreros. Unos pocos más lo hacían tras el velo de sus párpados, acaso simulando el sueño.

Eran los ojos. Los ojos de la persona que tenía sentada frente a mí. No puedo decir si era hombre o mujer. Ya no había individuo, sólo había… ojos. Eran enormes, lo inundaban todo y, esta vez sí, me miraban. Me miraban a mí y sólo a mí. Lo hacían sin pestañear. En realidad aquellos ojos parecían no haber pestañeado en su vida. Eran amarillos, de ese onírico color que en todo momento ha tiranizado mis sueños. Odio el amarillo, siempre lo he odiado. Toda la vida lo he relacionado con el mal fario, mucho más desde la muerte de mi amiga Santura a manos de un psicópata oculto bajo un chubasquero… amarillo.

Como digo, en aquel momento no advertí nada anormal en aquella visión. Sólo lo acabé relacionando tiempo después, en una de las múltiples charlas que mantuve con el doctor Leader durante mi estancia en el psiquiátrico.

En un principio no me asusté. Era tal el magnetismo con que aquella mirada me atrapaba que no fui capaz de pensar ni de sentir ninguna otra cosa. La opción era saltar dentro de ese nuevo universo o salir corriendo hacia la nada.

El convoy entró en la estación a velocidad decreciente, cubrió el apeadero y se detuvo por completo. Recuerdo haber buscado el rostro del maquinista al pasar a mi lado —es sólo otra más de mis extrañas costumbres—. El hombre miraba también hacia abajo, supuse que concentrado en el manejo de los mandos que presidían su puesto.

Tomada mi decisión fue cuando al fin el terror anidó en mi alma. No podía escapar. Quise levantarme, desviar la mirada. Me fue imposible. Me hallaba atado a aquellas dos esferas implacables que pronunciaban mi nombre con voz silente, pero de alguna manera embriagadora. Con un atisbo de entendimiento residual lo advertí: no eran sólo los ojos delante de los míos los que extendían sus redes maléficas; todos los demás sujetos presentes en el vagón también dirigían sus turbias y amarillentas miradas hacia mi persona.

La apertura hidráulica atronó y las puertas se abrieron, como fauces de león hambriento. Me introduje y me dirigí raudo hacia uno de los escasos sitios libres que a esa hora y en mi parada se suelen encontrar. Nada pasaba allí dentro que se saliera de lo normal. Lo único destacable era la misma situación que se había dado en el interior de la estación: ninguno de los demás viajeros me cedía la oportunidad de atisbar su rostro, disimuladamente ocultos a mi visión merced a un sinfín de artimañas, aunque ninguna de ellas se desmarcara de los límites que determina lo corriente. Por lo que yo me mantenía permanente estado de ausencia.

en

La realidad entera conspiraba contra mí. Así que salté. No tuve otro remedio. De un potente brinco me adentré en el Amarillo. Era un paisaje de terror. Una tierra yerma e inhóspita en la que reinaban dos soles negros, tan enormes e inabarcables como la mismísima muerte. Quise dirigirme hacia ellos. Parecían la única tabla de salvación entre tanta opresión ambarina. Sin embargo no era posible alcanzarlos. Estaban ahí, a unos pasos, pero no había manera de avanzar. Mis pies habían quedado aferrados a un suelo tan plasmático como ondulante.

mi

No sé cuánto tiempo había pasado. Creo que no habían sido más de cuatro o cinco paradas. Fue entonces cuando los vi.

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Y entonces todo acabó.

Al modo de las arenas movedizas fui introduciéndome en el abismo. La atmósfera era pegajosa, ardía. No había signos de vida, tan sólo la espantosa certeza de que una presencia maldita se empeñaba en absorber mi cuerpo y mi espíritu. La grumosa sustancia me cubría ya hasta la cintura.

Mientras sentía el contacto viscoso de unos brazos que tiraban de los míos hacia arriba, el Amarillo se convirtió de súbito en negro abismo. Después de eso, un tornado, una especie de torbellino que me levantaba y arrastraba mi cuerpo hacia lo indeterminado.

Quise gritar, pedir ayuda. Pero la voz se me ahogaba en la garganta. Cuando comencé a estar seguro de que el fin estaba próximo, fue cuando lo vi.

Fueron solo unos cuantos segundos. Pero todo mi ser parecía haber sido sacudido al modo del bebé que juega con un títere, zarandeándolo hasta dejarlo hendido y desarticulado.

Un ente amorfo y amarillo se acercaba a mí desde la incomprensible distancia. No supe si caminaba, si volaba o era simplemente que avanzaba buceando en mitad de unas aguas sinuosas y adhesivas.

Abrí los ojos y me encontré con los de todos mis colegas de viaje suburbano. Ya no eran amarillos y la completa totalidad de ellos mostraba gestos de absoluta solicitud.

Lo único seguro era que cada vez estaba más cerca. Paralizado ahora también por el pánico, quise entrever algún rasgo definitorio en aquella imagen móvil. Impensable. Pronto advertí que su propia figura cambiaba de forma como barro amasado por manos invisibles. No era posible adjudicarle parecido alguno con criatura o sustancia conocidas.

Morir; creí morir. Bueno, pues todo ha pasado y no ha habido ningún acontecimiento digno de ser destacado. Prueba superada. Bravo. Vaya con el metro. Si al final hasta quizá va a ser cierto lo de que todo aquello no fue más que un sueño y nada más que un puto sueño.

Pero algo me dijo con meridiana claridad que era a mí a quien aquel organismo buscaba. Y que no lo hacía con ánimos amigables también era evidente.

Bravo. Al fin has venido, escuché en mi mente aunque no fuera una voz lo que hablara.

Me encantaría volver al psiquiátrico y contárselo a Fact-Elbart. Creo que se quedaría más desconcertado aún de lo que su pobre y desvaída existencia ya le mantiene permanentemente. Pero es que después de esta tarde me entran más ganas que nunca de reír al acordarme de todo aquel rollo sobre que ambos somos seres procedentes de un lejano planeta llamado Tierra (Tierra, no dirán que no es para troncharse; ¿a quién podría ocurrírsele un nombre así para un planeta?), del que habríamos sido abducidos siendo unos niños con el único interés de experimentar con nuestros subdesarrollados cerebros una vez hubiésemos alcanzado la madurez.

Pese a lo extraordinario de la situación, algo me empujó a responder: «Me han traído a la fuerza». El plasma amenazaba con cubrirme el cuello. Apenas podía mover ya los brazos. Todo iba a acabar mucho antes de que el indescifrable ser pudiera siquiera atacarme. Por un lado lo prefería así. No te falta razón; pero no es este aún tu momento. Tan sólo se trata de una prueba.

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Una auténtica locura procedente de la mente de un auténtico chalado.

Allí están. Son sus ojos.

Pero en fin, la verdad es que ya puedo respirar tranquilo, que era lo que más necesitaba.

No puede ser, esto no puede estar pasando de verdad. Comienzo a sudar por todos los poros de mi cuerpo. Trato de levantarme pero Leader me agarra del cuello con una terrible energía. No puedo defenderme, apenas puedo ya respirar.

Mañana me acercaré a casa de Lienna y trataré de arreglar lo nuestro. Cuando le cuente la nueva situación y me vea con tan buen aspecto, seguro que se piensa lo de volver.

Oigo una voz. Debe ser la suya aunque nada tiene que ver que con la que siempre le ha pertenecido.

Pero eso será mañana. Ahora voy de camino a la consulta del doctor Leader. No puedo esperar para contárselo todo. Fui un necio al dudar de él. Lleva muchos años trabajando en casos como el mío y sabe muy bien lo que se trae entre manos.

Y sin embargo, a esta también la conozco. Esta vez ya no es amago, amigo. Al fin ha llegado tu momento, el que tanto tiempo llevaba esperando. Es él, el ente que subterráneo. Mierda.

La tarde está caldeada, más que de costumbre estos últimos días. Es tan acusado el calor que cuesta olvidarse del poder de los dos soles hasta en la propia negrura nocturna. Pero nada de eso me importa un ápice ahora mismo.

vi

en

mi

sueño

Me ata los brazos con correas a los lados del diván. Su fuerza es incontenible. Ahora lleva un objeto en la mano. No, por favor, no. Es un bisturí. ¡No, en la cabeza, no! ¡Me está abriendo la tapa de los sesos!

Subo las escaleras con paso decidido. Estoy nervioso y no sé muy bien porqué. Quizá por contemplar el rostro de Leader cuando sepa de los resultados de mi experiencia. Siempre ha sido muy expresivo con sus gestos, pero sobre todo con sus ojos.

¡Aaaaaahhhhhhhh! Sus ojos… son amarillos. Mierda.

Aquí llega. Parece serio. Yo acabaré con todas sus preocupaciones. Se para frente a mí y me mira de modo extraño. Trato de hablar pero con un mohín de autoridad me indica que me calle. Es extraño. Me toma del hombro con una fuerza que considero un tanto desproporcionada. Parece que me dirige hacia el diván. Quiere que me tumbe allí. A mí no me apetece; quiero hablar con él de tú a tú, las noticias que le traigo no son para menos. Me tiendo. Intento relajarme, seguro que no ocurre nada malo. Supongo que Leader ha tenido un pésimo día y nada más. Se acerca a mí y me mira desde arriba.

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Roberto Redondo (Madrid, 1972) sucumbió a la tentación de la escritura a edad avanzada, pero desde entonces no ha sido capaz de zafarse de sus magnéticas garras. Tiene 39 años, es de Madrid y trabaja como Terapeuta Ocupacional. En Marzo de 2010 publicó “Gales. La leyenda de Leureley, Vol. I”, su primera novela de fantasía épica. Ha participado en numerosos concursos de relatos a modo de aficionado. Recientemente ha ganado un accésit en el III Concurso de Relato Corto Navideño Fantástico convocado por la FESFE. También ha adaptado a teatro para discapacitados intelectuales varias novelas de fantasía, del mismo modo que ha escrito diversos guiones originales. Desde hace meses es colaborador habitual de la revista digital sobre fantasía “Imaginarios”.

Pedro Belushi ha trabajado en múltiples proyectos de guiones, cómic e ilustración; guionista de Hero Kids (serie de dibujos animados en la onda Los Increibles y las Super Nenas). Ha colaborado en el guión y realización de varios cortos y películas entre ellos “La Cesta” con Santiago Martínez, “Defensa de la sanidad pública” con Fernando Colomo e “Increíble pero cierto” con Adrián Delgado. Entre las películas, ha hecho un segmento (“La sopa de la abuela”) dentro de un largo de historias cortas de terror. Colabora con Santiago Eximeno en proyectos como ¿Quién es el Cruciforme?, Ediciones Efímeras o en el diseño de juegos de mesa, como Invasión. Entre sus obras están “Melquiades y El Genio” (Dibujo y guión. Ed. Sulaco 2000) y “Mighty Sixties” (Guión y diseño, junto a Carlos Vermut. Amaniaco Ed. 2001). Ha hecho diversas exposiciones dentro del Circuito del Humor Gráfico tanto nacional como internacional. Actualmente colabora con BEM on Line, Axxón, Sensación, Próxima y otras revistas de CiFi haciendo ilustraciones para relatos y portadas, así como guiones para otros ilustradores. Preferencias: humor negro, la línea Vértigo, el mundo Pop, la estética Tim Burton y Brad Bird, la CiFi, etc. Tiene una galería en Saatchi. Su mail de contacto es pedros2020@yahoo.es

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EL CAFÉ DE MEDIA TARDE

indigente que ahora nos observa desde el ventanal con su boca horrenda pegada contra el vidrio.

Texto: GuajaRs (Daniel Guajardo) Ilustración: J. Antonio Marchán

—Su cara me es familiar —dice ella entornando los ojos—. Si lo imagino con labios y sin barba, se parece a Mario Sparrow...

Bajamos al Starbucks que está en la esquina de en frente, anhelando los placeres del café a esa hora de la tarde en que la modorra se instala sobre nuestros hombros. Es un rito diario que no podemos eludir. Armando ríe de un chiste que todavía no logra contar completo y Magnolia empolva su nariz frente al espejo del ascensor. Yo me acomodo la mascarilla para ocultar mi sonrisa permanente.

—¿El que descubrió la cura? —dice Armando acercándose al ventanal, indiferente al peligro—. El pobre ya se había comido a su esposa cuando descubrió la solución al problema. Por suerte no alcanzó a comerse al niño…

Fuera del local un indigente nos observa pasar con sus ojos desorbitados y la boca sin labios, abierta y jadeante. Hago que mis compañeros de oficina entren primero, sin perder de vista al zombi, y cierro la puerta tras de mí. El indigente continúa con su mirada ansiosa hasta que alguien más pasa frente al local y le hace perder su interés en nosotros. —Hay un zombi hambriento ahí afuera —digo al aire y veo a varios zombis en el interior del local, con sus mascarillas abajo y bebiendo despreocupados sus cafés con ayuda de bombillas. Me miran un segundo, se encogen de hombros y siguen en sus conversaciones llenas de chasquidos y gorjeos. —Ya llamamos al escuadrón hace cinco minutos —dice una chica regordeta y sonriente detrás del mostrador—. ¿Qué desea beber hoy, don Samuel? Ella sabe mi nombre, rayos. Por más que lo intento no puedo recordar el suyo. Lo tiene anotado en una chapita sobre su corazón. Amanda.

—Le comió un brazo —dice Magnolia, contrariada—. Y así y todo le dieron el Nobel, no digo que no lo mereciera, pero el tipo atendía una ferretería. El hijo lo demandó, pero eso quedó en nada después de la amnistía.

—Hola Amanda, quiero un cortado grande y agrega chips de carne y médula por favor. La joven asiente y completa mi pedido en su terminal. Armando, que sigue riendo de su chiste inconcluso, pide un mocaccino y Magnolia un chocolate con crema, mirando cada cinco segundos sobre su hombro al

—Hay un rumor que dice que fue él quien inventó el virus —digo y todos en el local me miran—, pero es sólo un rumor. También

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dicen que alguien tuvo sexo con cadáver... cosas que inventa la gente.

un

a donarle los meñiques cuando se acabara el pellejo, pero no fue necesario. Sparrow había encontrado la solución luego que intentara suicidarse con picadas de arañas que deambulaban en su ferretería. El veneno, en vez de matarle, actuó sobre su sistema nervioso contrarrestando la toxina del virus Z, le devolvió la cordura y disminuyó su hambre. La noticia se difundió en menos de un día, aunque la cura no llegó a tiempo a algunos rincones del planeta donde no tienen el mismo tipo de arañas ponzoñosas.

Armando regresa al mesón cuando llega su café. Magnolia recibe el suyo y yo me quito la mascarilla para saborear el mío. Pido una bombilla y un babero, porque no importa cuánto cuidado ponga en tragar, siempre se cae algo. —Este tipo parece que está en la etapa cuatro —comenta alguien a nuestra espalda, refiriéndose al indigente que ahora camina hacia la puerta para ingresar al local—. ¿Lo dejamos entrar?

—Hola jefecito —digo y estrecho su mano. Me coloco la mascarilla y hago un gesto a Magnolia y Armando para que se acerquen.

Es obvio lo que va a ocurrir. Si realmente está en la etapa cuatro de la infección, ya perdió su capacidad de controlar el hambre y pronto saltará sobre cualquiera. La toxina liberada por el virus Z en su cerebro excede el límite y si no se le trata pronto, sus células gliares morirán, en algunas semanas todo su sistema nervioso correrá la misma suerte y en el intertanto atacará cualquier cosa viva para saciar un hambre que no puede ser saciada.

—Déjame que te invite una crema de médula, debes estar hambriento —bromea Máximo y todos reímos. Es el jefe—. Escuché lo que decían antes. No se parece en nada a Sparrow, él se suicidó hace años. Míralo, recogiendo lo que cayó al suelo. Pasar hambre es una sensación tremenda, seas zombi o no. Y él parece que no recibe su vacuna desde hace un buen rato.

Voy hacia la puerta y en vez de trancar el pestillo, la abro y le entrego mi café. Los trozos de cadáver humano y médula ósea importados de China, o tal vez de la India, esparcidos sobre la crema como chips de chocolate, inmediatamente llaman su atención. Me mira, recibe el café y comienza a engullir, perdiendo más de la mitad del brebaje que se escurre por su pecho.

En ese momento llega un furgón blanco frente al local. Se abren sus puertas y de él descienden dos zombis corpulentos, cubiertos con armaduras y con varas electrificadas en sus manos. El indigente los ve y el pánico se refleja en su rostro. Levanta las manos y se acerca al vehículo voluntariamente, sube y se sienta. Un enfermero, también vestido con armadura, le toma una muestra de sangre y la analiza en la computadora. En menos de un minuto se quita el casco y le da una palmada al indigente en el brazo, sonriendo. Lo despide con una barra de carne y grasa.

—Bien pensado —dice la misma persona que nos alertara antes. Le miro y veo a nuestro jefe, Máximo Jacinto, tan alto como yo, de ojos hundidos en un rostro marcado por cicatrices de rasguños. A diferencia de muchos zombis, él mantiene sus labios intactos. En la desesperación de la primera hambre durante la epidemia, prefirió comerse el exceso de pellejo y grasa que le colgaba del estómago antes que perder la capacidad de besar a su mujer, un romántico incluso en el atardecer del Apocalipsis. Su familia le acompañó a pesar de todo, incluso su esposa estuvo dispuesta

—Me siento culpable —digo y es la verdad—. Pensé que nos quería comer. Armando se ríe de mí, estoy seguro que se reirá por horas. Y Magnolia ajusta su escote, sonriendo siempre con ese gesto somnoliento que usa para conquistar. Máximo le sonríe de vuelta y desde mi lugar privilegiado veo que hace girar la argolla de matrimonio en su dedo.

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Salimos los cuatro del local. El indigente me mira con sus ojos tranquilos y me hace un gesto con la mano mientras mastica lentamente su premio. Le devuelvo el gesto y me marcho cabizbajo, paladeando la crema de médula que me invitó el jefe. Es el producto más caro.

José Antonio Marchán: "No es fácil hacer una presentación de uno mismo, así que me limitaré a dar unas pequeñas pinceladas. Nacido en 1975 en Reus (Tarragona), ya desde bien pequeño mi afición por la lectura y el dibujo fue forjándome a fuego lento. Primero fueron los Mortadelo, Zipi y Zape o Superlópez, más tarde me metí de lleno en el mundo de los súper-héroes, después llegaron la ci-fi, la fantasía heroica, el terror, y finalmente el manga, el independiente y el europeo... Actualmente no hago ascos a ningún género. De hecho mi estilo es claramente deudor de este tipo de lectura, de corte más bien clásico. Colaboré en la extinta web Tierra de Héroes (con el inconcluso comic on-line "Al abordaje") y actualmente lo hago en calidad de articulista en Es la hora de las tortas!!! (donde tuve la fortuna de colaborar en el proyecto benéfico "Reinventando lo Fantástico") y en Cool Universe como dibujante y guionista. Colaboré también con un artículo en Del tebeo al manga: Marvel Cómics un universo en constante evolución, de Antoni Guiral y más recientemente en la ilustración de la novela online Los Caídos, de Magnus Dagon. A falta de la creación de un blog donde colgar mis ilustraciones y escritos, se puede observar una pequeña muestra en Deviantart: http://spiderjam.deviantart.com/ Entre los autores con los que crecí y que destacaría están Ibáñez, John Byrne, George Pérez, Neal Adams, Gil Kane, Alan Davis, los Romita, Mike Allred, Steve Rude, Brian Bolland, Chris Claremont, Alan Moore, Neil Gaiman, Tolkien, Stephen King, Georges Orwell, Brian k. Vaughan o Grant Morrison, por poner algunos. A pesar de estar en mi deseo, nunca he podido dedicarme al estudio profesional de la ilustración así que... dejémoslo en que soy un amago de artista, un pequeño amateur auto-didacta que disfruta como nadie con este mundillo y sus posibilidades...". Arácnidos saludos.

GuajaRs (seudónimo de Daniel Guajardo S.).Chileno, felizmente casado, periodista de profesión, escritor fantástico desde hace dos décadas y apenas tiene 33 años. Coautor de la novela Psique junto a Sergio Amira bajo el heterónimo de Carolina Lehman, autor de algunos cuentos que se pueden encontrar en los volúmenes pretéritos TauZero y prestigiosa Revista NM, además de una novela corta y más cuentos de libre descarga en su blog http://guajars.wordpress.com.

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aplicándolos a las obras de arte. Por lo menos la cantidad de manufacturas y su reducido precio así lo parecían indicar; pero manteniendo exclusividad y diferenciación entre cada artículo. O eso, o estaban acaparando los artistas de media galaxia. Sea como fuere, estrategias productivas aparentemente incompatibles se daban la mano de alguna forma desconocida.

PLANOS DE DIVERGENCIA Texto: Claudio Landete Anaya Ilustración: Javier Durán

P

ermítanme que me presente. Soy Jacques Timberland, investigador mercantil para más señas. Cuando ustedes lean estas líneas, si llegan a manos de alguien algún día, yo supongo que habré dicho adiós a mis huesos mucho tiempo atrás. No habrán podido ayudarme. De hecho, nadie puede ayudarme. Pero me quedará el consuelo de que quizás, en un mundo lejano, dentro de varias décadas, se sepa qué sucedió conmigo y por qué desaparecí de la faz de este cosmos.

La cuestión parecía irresoluble para Optimax, uno de los agentes comerciales que perdía más dinero con el sello: «Fabricado en Vega-5». Tampoco favorecía que esa colonia fuera el más hermético de los asentamientos humanos. Rara vez se aprobaba un visado para entrar en el planeta. No se veía otra solución: alguien tenía que pisar Vega-5 en busca de la gallina de los huevos de oro. Y aquí entraba yo en escena, Jacques Timberland, investigador mercantil y seguro servidor de quien tuviese la gentileza de satisfacer mis elevados honorarios.

Todo empezó con un encargo de lujo. Una verdadera pera en dulce. Optimax, la corporación más importante del Sistema Interior, quería saber por qué cada vez había en los mercados más productos artísticos manufacturados desde la quinta colonia del sistema Vega. Optimax era parte interesada porque vendía réplicas artísticas, además de un millón de artículos con destino a más de un centenar de sectores de actividad. Réplicas que se amontonaban en los almacenes de medio universo conocido ya que por el mismo precio la gente prefería pagar una obra única, si podía elegir.

Llegar hasta las puertas de la colonia no era difícil. Viajé en un carguero en ruta hiperbólica sublumínica hasta el espaciopuerto Albion que realiza las veces de aduana en ese lugar. Albion es el extremo superior del ascensor orbital de Vega-5. En la práctica, la totalidad de las transacciones comerciales, liquidación de aranceles, consignación y embarque de las mercancías se realiza desde Albion. En los niveles intermedios, los nodos suborbitales, se aplican a tareas tales como desparasitar embalajes y fumigar los contenedores antes de entrarlos en la atmósfera vegana.

En honor a la verdad, el símbolo «FV5», siglas de: Fabricado en Vega-5, acaparaba mayores cuotas de mercado sin cesar. No es de extrañar que las Corporaciones y la misma Cámara de Comercio Interplanetaria se preguntaran qué puñeta habían hecho los veganos para monopolizar la producción de objetos artísticos.

Resumiendo: nadie ajeno a la colonia había pisado ni el nivel inferior ni el suelo planetario en varios lustros. Nadie, menos Jacques Timberland. Eso pensaba yo, ingenuo de mí.

Un elemento FV5 era una auténtica rareza. Nunca había dos lienzos iguales, ni dos esculturas exactas, ni dos adornos simétricos, a pesar de facturar un billón de unidades al año. Era como si en ese sitio hubieran sido capaces de establecer ciertos procesos de producción en cadena

Sí que me llamó la atención lo fácil que resultó colarme en el lugar. En honor a la verdad, no encontré sistemas de vigilancia,

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propiamente dichos, dentro del ascensor orbital.

habituales de la moda. Entonces supe que mi misión de infiltración había fracasado de forma estrepitosa, casi antes de comenzar.

Optimax había preparado aquel envío por medio de una cadena infinita de sucesivas empresas superpuestas y me había camuflado dentro de un contenedor de materias primas.

En cuanto fui avistado, se dio la señal de alarma y en pocos minutos una marea de residentes locales extrañamente vestidos ya me habían reducido, pedido la cédula de identificación y el visado de entrada. Carecía de dichos documentos, claro está.

Entré en Vega-5, apretujado entre rollos de celulosa, pero el éxito ya otorgaría dignidad a mi gesta. Cuando por fin descendieron el contenedor donde me ocultaba, unas grúas robóticas me alinearon, junto con el resto de bultos que formaban el envío, sobre un desierto muelle de carga. Esperé durante horas, hasta comprobar que ciertamente no había vigilancia ni mayor control en aquel lugar. Una sensación de extrañeza me sobrecogía. ¿Cómo era posible que existiera tal hermetismo sobre un mundo tan despreocupado? Al caer la noche, abandoné mi escondite y me dispuse a fundirme con la sociedad vegana.

Un alguacil, que con el trato posterior confesó llamarse Emil Yakouba, me llevó esposado hasta un centro de detención en espera de decidir mi suerte. Allí me encerraron en un calabozo y comenzaron el interrogatorio. Un escribiente de aspecto descuidado, por calificarlo de algún modo, tomaba nota de lo conversado.

Los núcleos urbanos distaban unos cinco kilómetros unos de otros. Las ciudades manufactureras estaban dispuestas por la geografía de aquel mundo agrupadas en procesos productivos. Y en los aledaños de cada sector industrial se anexaba una reducida zona residencial para albergar a los operarios y residentes, a modo de aldea dormitorio. Fue al llegar al sector Plast03, cuando advertí que algo no funcionaba con corrección. Las edificaciones eran achaparradas, casi deformes, y no guardaban simetrías en su distribución. Un verdadero esperpento urbanístico. A primera vista ya se adivinaban unos habitáculos feos e incómodos más allá de toda medida. Las vestimentas de los lugareños discrepaban también de todos los cánones estéticos admitidos en el curioso mosaico de asentamientos humanos conocido como universo futuro. Vega-5 no comulgaba con ninguno de los dictados

—Podemos hacerlo por el método fácil o por el difícil. Usted decide, amigo —afirmó Emil Yakouba. Jacques Timberland ha sido muchas cosas notorias en esta vida, pero nunca un héroe. Antes de un solo golpe ya supliqué el método fácil. —Pues nada. A cantar se ha dicho, amigo.

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la capacidad de cálculo no utilizada, pero disponible. Usted sabrá que la serie PROCESATOR puede llegar a efectuar un trillón de operaciones por segundo.

Expliqué la preocupación en las rutas comerciales por el creciente aumento de las exportaciones de objetos artísticos provenientes de este sitio. No pronuncié el nombre de mi patrón. Ellos tampoco lo preguntaron. En vez de eso, aquel alguacil vestido de forma ridícula -poco más que un saco azul, con una apertura para sacar la cabeza-, hizo una afirmación que me dejó con la sangre helada.

—Y que es capaz de analizar estructuras complejas y problemas abstractos. Sí, he ido a la escuela —añadí yo. —Exacto. Durante siete años, una parte de nuestro ordenador se enzarzó en discurrir una fórmula matemática que reflejase el uso o utilidad que los humanos les damos a los objetos. Lo que denominamos la Función de utilidad. De este modo podríamos adaptar el futuro de nuestra colonia a la manufactura de productos y servicios con verdadera demanda de consumo.

—Otro más. ¿Cuántos van ya este año?¿Catorce infiltrados?¿Quince? —dijo, torciendo la mirada hacia el escribiente. Fue un duro golpe para mi honra profesional. Jacques Timberland no fue la primera opción de mis patronos. Más bien mi nombre concluía la lista, en la parte baja, donde abunda el descrédito y la peor reputación.

—¿Cómo encaja el arte con lo que me está contando? —pregunté, escéptico. —El arte es uno de los sectores de actividad con mayor margen comercial, de mayores beneficios. Resultaba interesante centrarse en él. Ahondando en el tema, la Función artística o estética, es una parte de la Función de utilidad. Arte es un subconjunto más sencillo, pues contiene muchas variables de utilidad a valor cero. El método de actuación se presentaba claro: si creábamos un modelo matemático que explicase y simulase coherentemente el concepto utilidad, también dispondríamos de añadido una modelización de lo que se conoce por arte y su apreciación por parte de los humanos. Y podríamos reproducirlo repetidamente.

—¿Cómo lo hacen? ¿Cómo aplican criterios industriales en el arte? ¿Cómo pueden fabricar tantas obras individuales, cada una diferenciada, exclusiva, y a un precio tan bajo? —pregunté sin dilación. —Dado que nunca saldrá de Vega-5, saciaré su curiosidad, igual que hicimos con sus predecesores —farfulló, más que habló el alguacil Emil Yakouba—. Hace lustros esta colonia era pequeña y casi todo el sistema Vega estaba por explotar. Usted sabrá sin duda que en cada asentamiento humano se instala un ordenador de la serie PROCESATOR. —Sí. Los computadores planetarios que controlan de forma global toda la actividad de cada planeta —maticé yo.

—Lo que cuenta no puede ser cierto. Hay una paradoja. La Función artística va asociada al concepto de bien escaso. Es difícil conseguir un Picasso o un Rembrandt o un Van Gogh porque hay pocos y nunca habrá más. Eso explica un elevado precio de mercado, una alta cotización. Ustedes, por el contrario, están manufacturando el orden de un billón de unidades al año —dije yo, Jacques Timberland, otra vez ingenuo de mí, intentando poner en aprietos a mi

—Pues bien, en los primeros días de este lugar gran parte de la capacidad informática de nuestro ordenador planetario estaba desaprovechada. Sin uso, hasta que la colonia creciera mucho más y fueran menester esos recursos informáticos. Por tanto, se decidió destinar a la investigación

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interlocutor—. Eso supone que la apreciación por parte de los consumidores tendería a disminuir. El mercado se iría saturando.

su cuota de mercado y hayan dejado de venderse sus productos, posibles sustitutivos de los nuestros, dígame: ¿quién nos impedirá subir los precios?

—No, es usted quien olvida algo. Nuestro mercado exterior es casi infinito: la totalidad de mundos que pueblan el universo futuro, una expansión demográfica sin precedentes. Ante una demanda de esa magnitud un millón, un billón o incluso un trillón anual es un número insignificante. Y cualquier persona aspira, aunque sea una sola vez en la vida, a poseer algo realmente hermoso. Créame sé lo que me digo.

—Eso explica el hermetismo, para proteger su estrategia comercial. —Nuestras prácticas no pueden trascender al exterior porque la gente sabría que ya no adquiere un bien tan escaso como suponen. —Algo no cuadra. A una acción siempre le sucede una reacción. Y aunque no sé explicarlo con palabras técnicas, tengo la impresión de que este lienzo no está completo. Aquí en Vega-5 sí que saben que sus objetos artísticos no son un bien escaso. Todo lo contrario, en esta colonia hay un exceso de oferta porque están rodeados de estética y belleza por los cuatro costados.

—No me convence —seguí en mis trece, sin ceder. —¿Por qué? —El precio. Si tienen ese mercado potencial y una demanda casi infinita... ¿por qué sus precios son reducidos?, ¿por qué no venden más caras sus manufacturas artísticas?

—No siga más por ahí. Sé lo que viene. El sello: «Fabricado en Vega-5». ¿Me equivoco?

—Lo va comenzando a entender —dijo el alguacil y un ramalazo de orgullo intelectual recorrió mi cabeza—. Aquí en esta colonia, (más concretamente en nuestro Mercado Interior), se ha producido una alteración, que ustedes llamarían distorsión: la fealdad y la imperfección se han convertido en el bien escaso. Usted no sabe lo que es estar inundado de frescos admirables, de bustos magníficos, de mil holografías exclusivas e irrepetibles por día. Algo cambió en la raíz del pensamiento y cultura veganos. Nuestro Mercado Interior, a diferencia del exterior, sí que se ha saturado de productos artísticos. En Vega-5 han cambiado los gustos y preferencias de consumo. Aquí pagamos la imperfección a precio de oro por ser un atributo en verdad irrepetible.

—En absoluto. Tenemos que superar las barreras de la competencia. Su presencia aquí, sin ir más lejos, es una reacción de nuestros competidores. Cuando anulemos a las fuerzas y agentes que se nos oponen, ¿cómo le diría yo...?, ya subiremos los precios. Cuando Optimax y el resto de corporaciones industriales dejen de suponer competencia, porque les habremos quitado

Una mujer entró en la celda portando una bandeja con cubiertos de plástico y un poco de alimento, para este servidor. Aunque vestía el mismo saco informe de estilo vegano, ninguna ridícula prenda podía rebajar la extraordinaria hermosura y sensualidad que desprendía aquella hembra. Por unos instantes me despisté de la conversación ante el reclamo de todas mis

—Ah, amigo. Piense a largo plazo, por favor. Justo acabamos de iniciar nuestra actividad. Un lustro, dos o tres es poco tiempo en términos económicos, cuando hablamos de estas magnitudes globales. La función artística o estética está ligada, principalmente, al largo plazo. A diferencia de la función de utilidad, que tanto puede serlo a corto como a largo. Vega-5 está justo empezando a darse a conocer. Estamos creando una marca, una distinción.

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hormonas. Emil Yakouba hacerme volver en mí.

tosió,

para

cerrado respecto al resto de mundos, por las razones que ya le he explicado. Pero es permeable en el sentido opuesto. Necesitamos a los infiltrados como usted para subsanar las pocas opciones que tienen aquí las personas que no entran en nuestros actuales cánones estéticos. Y poder continuar salvaguardando nuestro secreto.

—No podrán ocultar lo que hacen aquí por mucho tiempo —inquirí fingiendo autoconfianza. —Se equivoca otra vez. Sabremos remunerar su silencio, como hicimos con sus predecesores. En este mundo no sufrirán ningún mal, entre otras cosas: porque les necesitamos. Ustedes los infiltrados nos sirven de elementos reguladores que nos permiten realizar ciertos ajustes necesarios, compensar ciertas tensiones en nuestra singular y poco corriente sociedad.

—Po, po... —tartamudeé—, podría, en un ejercicio de agilidad mental admitir casi todo lo que me ha contado. Aunque, para mi pesar, no lo último. Yo no entro dentro de los cánones de belleza de su mundo. Sus mujeres... —dudé y el alguacil no me dejó continuar.

La mujer se inclinó depositando la bandeja con alimentos sobre el camastro de la celda y, al hacerlo, me mostró cuan generosa se había mostrado la madre naturaleza con ella. Esta vez tosió el escribano; el alguacil, por su parte, me hizo un gesto reclamando atención. De nuevo yo volví a escuchar, un poco sonrojado. Aunque, en cuanto vi la más mínima oportunidad, de reojo volví a perseguir a aquella fémina, verdadera promesa de perdición.

—Solteronas. A cada cosa, su nombre. Son féminas sin desposar y sin opción alguna de hacerlo, de no ser por ustedes. —No soy deseable para ellas —concluí, en un gesto de sinceridad. —Desconoce cuán solícito y cálido puede llegar a ser su corazón. A cambio no le pedirán mucho: un poco de imperfección aquí, unos cabellos despeinados por allá, que vista la típica e incómoda túnica vegana con faldón. Ellas sabrán apreciar el esfuerzo por intentar agradarlas. Incluso el tiempo juega a favor de esta unión. En el resto del universo, la ancianidad significa decrepitud. Aquí ya no. Las arrugas o las canas propias de la vejez, salpicando sus sienes, le harán cada vez más atractivo a ojos de su esposa.

—Le dejaremos tomar esposas. Una o varias. Eso estará en función de sus capacidades. Ustedes los infiltrados nos solucionan un problema. —¿Cuál? —pregunté intrigado. —El de las solteronas. Como le dije. Los veganos hemos cambiado los gustos y preferencias. Una reacción consecuente para armonizar nuestra sociedad y el particular enfoque económico. Estamos rodeados de un billón de objetos artísticos por año y la cifra va en aumento. Nos da absolutamente igual el soporte que sea. La belleza en los seres humanos también nos deja indiferentes ya. Aquí languidecen mujeres que serían un deleite propio de reyes y mandatarios, si fuera posible que dejaran nuestras fronteras. Pero eso no es factible. Nuestro mercado interior es

—O sus esposas —añadió el escribiente, todavía no sé si haciendo de alguacil bueno o de alguacil malo—. Todo depende... —Sí, ya lo sé. Todo depende de mis capacidades —y dicho esto humedecí mis labios en un acto reflejo. —¿Y bien? ¿Qué será? —No puedo aceptarlo. Yo soy un profesional y si he venido a este recóndito mundo dejado de la mano de Dios ha sido para...

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opinión por parte de mis patronos. Mi nombre no debía estar en la parte baja de la lista, allí donde abunda el descrédito y la peor reputación. Es en ese momento de debilidad cuando me torturan las formas sensuales y voluptuosas de Belinda y me vienen al pensamiento las palabras del alguacil:

—Mire. Tómese su tiempo —dijo el alguacil, dando un manotazo para alisar su horrible vestimenta—. Está preso bajo el cargo de espionaje industrial, competencia desleal, violación del tratado fronterizo y media docena de cargos más. Retractarse supone integrarse en la sociedad vegana y comprometerse a no salir nunca de este mundo. Cuando desee retractarse, háganos llamar al escribano o a mí. Hasta ese momento queda aquí recluido.

Cualquier persona aspira, aunque sea una sola vez en la vida, a poseer algo realmente hermoso. Créame sé lo que me digo.

—¿En espera de juicio? —pregunté derrotado. —¿Tampoco lo sabe? Aquí no hay jueces. Hicimos un modelo matemático del concepto delito y... Pero eso es otra historia que ya le contaré en otro momento. Belinda, la muchacha que le ha traído la comida, irá pasando para atenderle.

Claudio Landete Anaya lleva más de quince años realizando actividades de difusión y promoción del género fantástico en la provincia de Barcelona, como son: la edición de las colecciones Libro Andrómeda y Mundo Imaginario, así como la convocatoria anual de un premio literario de ficción especulativa. En su faceta de escritor, "Planos de divergencia". Es un texto humorístico que reflexiona sobre aspectos económicos como: oferta, demanda, función de utilidad, teoría de la preferencia...

—No me retractaré. No accederé a integrarme en su sociedad —añadí en un gesto mezcla de empecinamiento y dignidad. —Sí que lo hará. Piense en la muchacha que le ha traído la comida, sin ir más lejos. Además de mujer amorosa, no tenemos la culpa de que el destino haya hecho de ella una de las mejores barreras proteccionistas que necesita nuestro mercado. —¿Belinda es, por tanto…? —dije en un hilo de voz.

Javier Durán. Nací en Málaga el 16 de Septiembre de 1979. Siempre me ha gustado dibujar, pero no tengo una formación artística, por lo que podemos decir que soy autodidacta. A los 15 años participé en el concurso de dibujo y pintura de mi instituto y quedé tercero. Al año siguiente, quedé primero, motivos quizás por los que me aceptaron como ilustrador en el periódico del instituto, aunque la experiencia no fue agradable. Durante la universidad estuve dibujando cosas sin ningún interés de proyección. Participé en el concurso de dibujo e ilustración del Área de la Juventud, pero no llegó a ninguna parte. De aquí saltamos unos cinco o seis años y empiezo a crear mi propio universo, con lo que sería el proyecto para mi primer cómic, en el año 2000. No llegó a nada

—Solterona solterísima. *

*

*

Y aquí estoy. Ignoro cuánto tiempo ha pasado ya. Aunque el resto del universo puede haberme olvidado, yo intento escapar para dar a conocer la singularidad económica que se ha dado lugar aquí. Incluso saliendo de esta celda, no sé cómo haría llegar esta triste memoria, la caída del investigador mercantil Jacques Timberland. No les engaño, existen momentos de flaqueza, cuando pienso que merecía mejor

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serio, pero me dio muchas ideas que aplicar más adelante. En 2005 un amigo me llama para trabajar en la Revista Huellas Málaga, donde empiezo a ilustrar un relato que un lector mandaba a la revista cada mes. Llegamos a 2008, donde vuelvo a dibujar cómics (ver Facebook), ya con algo más de idea acerca de lo que quiero hacer y de cómo hacerlo. Tardo casi un año en tenerlo todo listo, pero nuevamente vuelvo a sacar un montón de ideas en claro acerca de cómo trabajar. Presento el cómic al certamen Desencaja el mismo año. En 2010 soy reclutado por la revista Pulp Los Zombis No Saben Leer, en cuyo quinto número (Dic. 2010) debuto. Combino mi trabajo de ilustrador con mi faceta de escritor; llevo desde 2005 escribiendo una serie de novelas que llevo moviendo en serio cosa de dos o tres años. En teoría, los primeros capítulos de la primera de estas novelas deberían ir apareciendo en mi blog Rumbo a la Distopía, donde además subo mis artículos de opinión, reseñas de películas/libros/novelas gráficas y otras muchas chorradas. Entre 2004 y 2008 fui bajista de lo que probablemente pudo ser la peor banda de rock de la historia y hasta hice algo de teatro en el instituto...

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Antonio recordaba haber leído hace poco en un periódico que encontró tirado en el suelo que un niño del barrio había muerto por la picadura de una araña. Se trataba de una mascota exótica que había sido abandonada y había logrado sobrevivir en la ciudad. Bichos asquerosos se dijo Antonio una vez más. Volvió a recostarse y siguió bebiendo del brick. Comenzaron a caer algunas gotas, al principio de forma tímida, poco a poco la lluvia fue cogiendo fuerza hasta convertirse en un chaparrón torrencial. Asco de noche, asco de vida, pensó Antonio mientras se refugiaba en el vino buscando que el sueño llegara en medio de la humedad, el frío y la miseria. Cuando por fin logró dormirse no notó nada, no oyó nada, no sintió nada, nada en absoluto.

EN LA RED Texto: Juan José Tena Ilustración: Pedro Belushi

S

e llamaba Antonio y en su tiempo fue un abogado de cierto renombre. Trabajaba horas y horas en el bufete, tenía unos ingresos por encima de la media, un coche de alta gama, piso, apartamento en la playa, una mujer de familia bien y dos hijos. Un pilar de la comunidad, relacionado con gente importante de aquella ciudad a la orilla del mar, que jugó incluso con la posibilidad de dedicarse a la política. Pero aquello fue hace años, en otra vida ya. El propio Antonio cada vez recordaba menos aquellos tiempos. La bebida, que siempre había estado en su rutina diaria junto al café de la mañana, en las comidas de trabajo, en la copita al cerrar el bufete, había terminado dominándolo. Perdió el trabajo, la familia, la casa, todo. Se hundió en un pozo, agarrado a la botella como única brújula de sus días. Esa noche bebía sin tregua, acurrucado en un portal, un vino peleón que goteaba por su barbilla, cubierto por mantas andrajosas, ya a punto de lograr que la bruma del alcohol nublara su mente y pasara un día más en el camino hacia la muerte y el olvido. Recostado en el portal, sumido en el estupor etílico que le ayudaba a soportar el frío vislumbró una mancha negra reptando por el suelo. No tenía miedo pero le costó centrar su atención. A la luz de la farola vio como la mancha se aproximaba cada vez más. Intentó enfocar la mirada de nuevo y poco a poco la imagen tomó forma en su cerebro. Una araña. La más grande que había visto nunca, a escasos centímetros ya de su manta. Antonio no se preocupaba ya por la higiene, y le era indiferente la mugre y estar rodeado de cucarachas, pero sentía una aversión instintiva hacia las arañas. Bicho asqueroso, bicho asqueroso, repetía mentalmente mientras se levantaba trabajosamente y reunía las fuerzas suficientes para aplastar de un pisotón a la araña, que quedó esclafada en el portal, agitando sus patas en la agonía final.

Su despertar fue lento, trabajoso, agónico, abandonando la placidez de la inconsciencia en un parto violento hacia la realidad. Paulatinamente logró fijar su mirada y recuperar la lucidez. Se encontraba en un lugar que no conocía. Estaba tumbado sobre el suelo, en un piso lleno de suciedad y cochambre, iluminado por la débil luz de una bombilla. Notaba el frío hasta en los huesos pero estaba seco, señal de que había dormido bajo techo, a resguardo de la tormenta que golpeaba con violencia los cristales de las ventanas del piso. Una de ellas no encajaba bien y por ella entraban corrientes de aire gélido. La temperatura allí dentro debía de superar por muy poco los cero grados. La basura se acumulaba formando columnas a lo largo del piso, y una densa capa de polvo cubría el suelo. El olor era indescriptible incluso para un veterano de la calle como él. Mareado y confuso

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comenzó a incorporarse. ¿Qué hacía allí y cómo había llegado a ese piso? se preguntó. Fijándose mejor vio las extrañas huellas irregulares que se marcaban en la capa de polvo. No entendía nada y la situación no le daba buena espina. Dudó entre pedir en voz alta explicaciones o simplemente largarse. Notaba sus nervios de punta. En ese momento apareció el hombre. Joven, corpulento, desplazándose con movimientos veloces y flexibles, de forma engañosamente fácil. Iba vestido de negro y tenía la cabeza rapada y las cejas completamente depiladas. Sus labios eran finos y enmarcaban una boca muy pequeña que le daba una expresión cruel. Los ojos eran profundamente negros, y mirarlos era como sumergirse en un pozo de oscuridad donde todas las esperanzas morían. Su piel era extremadamente pálida como si su cuerpo estuviera desprovisto de sangre. El olor que había notado anteriormente era ahora mucho más intenso, salía del cuerpo del hombre en oleadas, pútrido, nauseabundo. Antonio inconscientemente comenzó a retroceder. No sabía quien era ese tipo, ni quería saberlo. Fue el extraño el que comenzó a hablar, con una voz débil y temblorosa, susurrante, extrañamente cargada de amenazas.

fiaba de ese tipo. Incluso con sus sentidos embotados se daba cuenta que la situación no era normal. Me tengo que ir dijo mientras llegaba casi a la altura del extraño. También le puedo dar de comer dijo abriendo la boca de forma imposible hasta desencajar sus mandíbulas. Decenas y decenas de arañas negras, con grandes patas que se movían sin cesar empezaron a surgir de la garganta. Bajaron por el cuello y comenzaron a llenar el piso, avanzando hacia Antonio como un río negro y grotesco. Aterrorizado intentó rebasar al monstruo, que de un simple empujón lo derribó. Rodó por el suelo intentando librarse de los cientos de arañas que empezaban a cubrirle entrándole por la ropa. Algunos de los animales logró aplastarlos mientras intentaba zafarse de esa ola negra que amenazaba con devorarlo. La tormenta seguía arreciando y el ruido de los truenos ahogaba los gritos de pánico y terror de Antonio. La luz de la bombilla desapareció. Sólo el resplandor de los relámpagos iluminaba la escena de pesadilla en la que estaba inmerso. El tipo de cabeza rapada se colocó encima de Antonio, lo inmovilizó con sus brazos de hercúleos y comenzó a envolverlo con una sustancia parecida a un tejido sumamente resistente. Pronto comenzó a sentir una sensación pegajosa que lo paralizaba, no podía respirar, no veía nada, sólo esa enloquecedora opresión, sordo, ciego, mudo. Intentaba quitarse de encima esos filamentos que lo apresaban, y pese a debatirse desesperadamente no lo consiguió. Estaba inmóvil e indefenso, tirado en el suelo como un fardo. Ya no podía ver a su agresor, pero como único alivio a la locura que lo dominaba dejó de sentir las patas de las arañas correteando por su cuerpo. El hombre de negro agarró el bulto informe bajo la tela en que se había convertido Antonio y lo arrastró por el suelo hasta otra habitación. Usando sus músculos de acero alzó en vilo a Antonio y lo colgó de un gancho. Con sus dedos horriblemente pálidos hurgó en la tela y abrió una minúscula rendija, insuficiente para romper el asfixiante corsé que lo aprisionaba pero sí

Caballero, lo vi indispuesto en ese portal e intuí que se encontraba en dificultades. Soy un ser caritativo y no podía dejarlo allí abandonado, así que lo traje a mi humilde hogar. Espero que se encuentre bien. Me daba miedo que le pasara algo dijo, pronunciando con exagerada lentitud y una sonrisa escalofriante esas últimas palabras. Muchas gracias, se lo agradezco, pero tengo que volver a mi sitio, no sea que me roben mis cosas. Me marcho dijo Antonio con voz temblorosa mientras hacía ademán de avanzar hacia la puerta. Ha sido un placer. Pero espérese. Le puedo dar dinero para comprar ropa o vino, lo que quiera. La oferta del vino paralizó durante un instante a Antonio. Necesitaba vino. Cuando bebiera dejaría de sentirse mal. Pero no se

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bastante para que Antonio pudiera ver donde estaba.

que se ponía si alguien tocaba su hatillo, dijo una señora del barrio mientras preguntaba cuando saldría por la tele. Las noticias continuaron con el último escándalo sobre posible corrupción en el municipio.

Esto lo hago para que veas donde vivirás los próximos días y cual será tu destino. Te puedo asegurar que no te vas a sentir solo aquí dijo el hombre de negro de forma sosegada con un hilillo de voz.

Juan José Tena ha publicado relatos en Miasma, Axxon, NGC 3660,Alfa Eridiani, Mascarada, Efímero, Revista NM y el fanzine La Ventana. Uno de sus relatos ha sido seleccionado para la antología Sonrisas y asteroides, de Libro Andrómeda y otro en la antología A contrarreloj II de la editorial Hipálage, y ha participado en todos los volúmenes de las antologías de (Per)Versiones hasta la fecha. Ha sido finalista en el I Premio “Ovelles Elèctriques” de relato e incluido en la antología del mismo nombre y también ha participado en la antología ¡Jodido Lunes! del colectivo Cuatro Gatos. Su blog es http://jjt-textossecretos.blogspot.com/

Antonio no podía hablar pero sí ver. Ver esa habitación llena de capullos de tela colgando del techo como frutos macabros, los esqueletos y las pieles consumidas. Ver la locura, una araña con patas de más de dos metros de envergadura en el rincón más alejado de la estancia, amasando los capullos de tela con los cuerpos secos y vacíos de los desventurados que habían estado antes en su misma posición, mientras cientos y cientos de arañas llenaban el suelo, las paredes y el techo. Contempló con la mente trastornada ya para siempre, enloquecido por el terror, como el hombre de negro volvía a acercársele y por un momento pasaba delante de un espejo colgado en la pared. La imagen que reflejaba ese espejo era la de una araña gigantesca, monstruosa, del mismo tamaño imposible de la matrona de la que surgían arañas pequeñas sin cesar. Cuando su imagen dejó de reflejarse volvió a verlo como un hombre. Un hombre que le muerde en el cuello y le inyecta un veneno que le deja paralizado, incapaz ya de agitarse en la tela. ¿Soy el delirium tremens de tu sangre intoxicada por alcohol? ¿Soy el arquetipo que siempre ha provocado el terror a las arañas? ¿Soy una mutación evolucionada? Quién sabe dijo justo antes de empezar a devorarlo vivo. Unos días después en un programa de la televisión local se especulaba con las últimas desapariciones que estaba sufriendo la ciudad. El último caso era dudoso. Se trataba de un indigente bien conocido en su barrio del que no se sabía nada. La policía opinaba que debía haber buscado aires nuevos en otra región pero a los vecinos les extrañaba que hubiera dejado sus cosas abandonadas. Todos conocían lo agresivo

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EL DÍA DE LA EVOLUCIÓN

portalanzaderas y sin un bombardeo previo? Mu-tan-tes. Tenía gracia; a él le cambiaron el sistema respiratorio para adaptarse a distintas atmósferas, pero oficialmente seguía siendo humano.

Texto: Jorge Vilches Ilustración: Anabel Zaragozí

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e quitó el casco y escupió sangre. El cansancio le vencía. Dejó caer la cabeza hacia atrás para contemplar de nuevo las dos lunas que iluminaban la noche. Le dolía la mano derecha. Soltó la pistola, que cayó levantando un poco de polvo de aquel planeta de mierda. No podía andar. La batalla había sido dura, quizá la peor que

Era la última vez, por el Gran Eterno que era la última vez. No recordaba bien como se había visto obligado a ingresar en la Guardia de Asalto. Bueno; sí lo sabía: la pasta. Había que mantener el jodido estatus, el suyo, el de su mujer y el de sus tres hijos. Algún gilipollas había dicho que estaba viejo para la guerra. Y ahora, ¿qué, eh? Cuarenta y dos

había sostenido en su vida como Guardia de Asalto del IF. Mataría al puto general, sin duda; en cuanto le viera aparecer con su cara de maldito cabrón le reventaría la cabeza. Volvió a escupir y miró alrededor. No había más que chatarra humeante y cuerpos carbonizados. El olor le penetraba hasta la sien. ¿A quién se le ocurre atacar a esos jodidos mutantes con tan sólo tres

años y allí estaba, el único superviviente; o al menos eso creía. Dio un paso, quizá dos. En la Academia no explicaban qué hacer en estas situaciones: solo entre cadáveres, medio chamuscado, en un planeta enemigo. Se tocó la cara y cerró los ojos. Tragó una mezcla de sangre, polvo y saliva. No oía más que un zumbido, un

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zumbido que procedía de su cabeza. El casco le protegía de la radiación, le comunicaba con sus superiores y acondicionaba la luz, pero fallaba con el ruido. Y la batalla había sido ensordecedora. Cerró el puño y maldijo al Gran Eterno mirando al cielo. Fue entonces cuando vio las luces, la lluvia de rayos de partículas ionosféricas. Era el bombardeo que llegaba con retraso. Barrería toda la masa continental de aquel planeta de mierda, y a él también. Quizá podía ocultarse, meterse en una cueva y rezar, rezar al Gran Eterno como no lo había hecho nunca.

El cielo se volvió azul. Abajo había agua, montañas, árboles. El camino cambió su trayectoria. Dejó de caer para sobrevolar la superficie. Grandes praderas, bandadas de pájaros, manadas de caballos, mamuts, renos, ríos, ríos y más ríos, las nubes dispersas, ningún signo de vida humana. ¿Era aquello el cielo? No era posible. Sería gracioso. Siguió surcando el cielo rodeado de veinte o veinticinco luces. En cada una de ellas se podía adivinar un rostro, caras que podían ser conocidas, que quizá habían luchado con él en aquel polvoriento planeta de mutantes.

Intentó correr en dirección a una sombra bajo una gran roca. En el horizonte se dibujó una línea roja cada vez más amplia y alta. Tenía tan sólo unos segundos. Aceleró. Arrastraba la pierna derecha. ¡Coño! Debía tener algo fracturado; no sabía, un músculo, algo. Cayó y se levantó. El barrido ionosférico estaba ahora más cerca. Aquí.

Un claro, la llanura, árboles grandes y pequeños, hierba. Y allí estaban. Era un grupo de unos cincuenta cromañones, claro que a él sólo le parecieron tipos harapientos, vagabundos de la estepa. Recogían fruta, la mordían, jugaban con ella. ¿Qué era aquello? ¿Un campamento? Desconcertado, la corriente se detuvo. Ahora flotaba, con las otras luces alrededor, y podía distinguir las caras, pero eran rasgos mínimos, blancos, fríos, de cera. Abajo los cromañones se quedaron paralizados. Pensó que se debía a que habían percibido su presencia, aunque no miraban al cielo. Se hizo el silencio hasta que unos cuarenta neandertales irrumpieron en el claro. Lanzaban piedras y blandían palos. Se abalanzaron sobre una mujer y la reventaron. Alcanzaron a un joven varón con una lanza. Cogieron un bebe y lo estamparon contra un árbol. Los cromañones intentaban hacerles frente gritando y moviendo los brazos.

Abrió los ojos. Ascendía. Dejaba atrás la superficie del planeta. Miró abajo. Un enorme círculo rojo había destruido la masa continental. Se sintió bien y no sabía por qué. De pronto pensó. ¿Qué pasaba? ¿Qué era aquello? ¿Había muerto? ¿Esto era la muerte? Joder. Mierda. Quiso tocarse pero no tenía manos, ni brazos, ni miembro alguno; su cuerpo era un haz de luz, una especie de campo electromagnético y luminoso. ¿A dónde iba? Al infierno, seguro, al puto infierno. El planeta se hacía cada vez más pequeño. Era hora de mirar hacia otro lado. Delante iban otras luces, miles de luces en la misma dirección. Le llevaban ventaja, pero se mantenían a una distancia constante.

Entonces sintió que todo daba vueltas, pero no era todo, era sólo él y las luces que le acompañaban. Hombres y árboles parecían girar y girar confundiéndose. De pronto bajó a gran velocidad y se metió en el cuerpo de un cromañón. Recibió un golpe en la espalda tan fuerte que lo derribó. Caído, sorprendido, en aquel montón de carne, huesos y pelos volvió la cabeza y vio a un neandertal. Era pequeño, apenas sobrepasada el metro y medio. Miraba con cara de odio y enseña los dientes. Pegó un respingo y se incorporó. Ahora era un

Un puntito blanco apareció a lo lejos. Luego se hizo más grande. Era un planeta azul, con una capa blanquecina, como nubes. Las luces atravesaron la atmósfera del planeta sin fricción ni alteración alguna. Las siguió; bueno, en realidad era una corriente que les llevaba a todos. Sintió miedo por la incertidumbre. ¿Esto era estar muerto?, se dijo una y otra vez. Quiso llorar. No volvería a abrazar a su mujer. Joder. Mierda.

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cromañón, un asqueroso cromañón, medio herido, en mitad de una batalla. El neandertal le propinó otro golpe, esta vez en la cabeza. Hincó las rodillas. ¿Otro final? ¿Un nuevo viaje por las estrellas, sin cuerpo, a otro planeta de locos? Tomó impulso con las piernas y cabeceó a su enemigo en la boca del estómago. Le arrebató la lanza para atravesarle el cuerpo. Y gritó, gritó otra vez como si estuviera en la arena del planeta de los mutantes de mierda. Los neandertal se quedaron paralizados.

Jorge Vilches. (Madrid, 1967). Se dedica a escribir otras cosas, pero a veces le da por los relatos de ciencia ficción y terror. Mantiene el blog de libros de ciencia ficción IMPERIO FUTURA http://imperiofutura.blogspot.com Pasó por la Red de Ciencia Ficción, y fue el director de la sección de comentarios de libros hasta que abandonó dicha red. Ha colaborado con varios artículos y reseñas en la página El Sitio de Ciencia Ficción. Tras una larga maduración, creó junto a Lino, Guillermo y Marta el blog colectivo titulado PLANETAS PROHIBIDOS.

Anabel Zaragozí. Valencia (España) 1972: Ilustradora, escritora y lectora voraz. Ha publicado el relato "Estrella Matutina" en el nº 1 de la revista Historias Asombrosas, ilustró la novela "Después del Orgasmo" de José Miguel Vilar Bou y la contraportada de la revista digital miNatura (nº Universo P.K. Dick). Actualmente amplía sus conocimientos de manipulación fotográfica, además de cursar un ciclo superior de Diseño y Producción Editorial.

Miró alrededor. Otras luces habían tomado posesión de sus nuevos cuerpos de cromañón y luchaban denodadamente por sobrevivir. El resulto no dejó lugar a dudas. Ellos eran Guardias de Asalto del IF; atesoraban treinta y cuatro siglos de experiencia bélica. No habría cuartel, serían los cromañones o los neandertales, sin piedad, sin remordimientos, los aniquilarían, dominarían el mundo, la existencia, la evolución. La raza humana no sería ahora nada más que una. Respiró hondo por aquella nariz ancha. El corazón le reventaba. La sangre se agolpaba en sus manos y en la cabeza. Alrededor voces, cuerpos, colores, aire. Cerró los ojos y gritó. Los otros machos le respondieron al tiempo que levantaban sus brazos al sol. Las hembras volvieron. Los muertos yacían en posturas ridículas por todo el campamento. Tenía hambre, un hambre descomunal. Una mujer se acercó a él, le tocó la cara sonriendo y dijo algo incomprensible. Tomó un recipiente con agua y la vertió por su cara. Aquello no había terminado. Antes de que los neandertales volvieran era preciso organizar una batida, un ataque en toda regla. Matar para sobrevivir. Cogió una manzana y arrancó la mitad de un bocado. La mañana era tibia. El sol descansaba en el centro del cielo, alterado por unas pocas nubes. Si se prestaba atención se oían los pájaros y el río. En la pradera pacían los mamuts. El viento arrancaba silbidos de los árboles. La montaña vigilaba el campamento, rutilante, hermosa, impenetrable, ancestral.

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EL MEJOR PROGRAMADOR

débiles de carácter y fáciles de manipular ante su gran ambición— entonces se tomó la decisión de poner manos a la obra.

Texto: Martín Fragoso

Los días se volvieron semanas y las semanas meses; el Consejo del Juicio Final esperaba ansioso ver el desenlace a tanto misterio, Marvin había trabajado en solitario y no comunicaba sus avances, su contacto con el mundo durante todo ese tiempo fue mínimo, lo estrictamente necesario. Las descalificaciones no se hicieron esperar, la voz de los detractores era cada vez más violenta: “Es una estafa, una pérdida de tiempo y de recursos, tenemos que buscar otra solución” “Debemos poner fin a esto, debemos suspender el proyecto, dejar de brindarle apoyo y presupuesto.” La presión se estaba haciendo insoportable para quienes habían votado a favor del proyecto de Minsky.

Ilustración: Juan Raffo “¡En aquel día habrá gran llanto en Yerushalaim como el llanto de Adadremon en el valle de Har-Magedon...” Zacarías 12:11 Y los reunió en el lugar que en hebreo se llama Armagedón. El séptimo ángel derramó su copa por el aire; y salió una gran voz del templo del Cielo, del trono, diciendo: Hecho está. Apocalipsis 16:16-17 Los primeros ángeles mecánicos llegaron un lunes por la mañana al patio de las instalaciones del Campo Militar, su hermosa estructura metálica nos dejó a todos boquiabiertos.

Pero a pesar de las críticas, el proyecto siguió adelante. Resultado: 300 individuos que serían puestos a prueba durante un año antes de fabricar la siguiente generación, que si todo salía conforme a lo planeado, sería no de 300 sino de 600 ángeles.

Aquellos ángeles artificiales venían a sustituir a los antiguos, todo porque muchos habían desertado y se habían aliado a las fuerzas del mal. El número no dejaba de bajar y fue entonces cuando se volvió preocupante.

*** La hermosura de los ángeles artificiales fue motivo de envidia de los mismísimos ángeles naturales, quienes no recibieron bien a bien la noticia.

“No podemos permitir que nuestros mejores soldados y estrategas nos abandonen... Si deseamos obtener la victoria, si queremos que el triunfo sea nuestro, no podemos quedarnos con los brazos cruzados — sentenció El Jefe—, es necesario tener un igual o mayor número de soldados que El Maligno para cuando llegue la batalla final”

Como primera medida se pusieron en huelga, dejarían de pelear contra los ángeles caídos y demonios, y si en un plazo de 30 días no eran fundidos todos aquellos ángeles de metal, se unirían al Maligno.

La idea de fabricar ángeles fue criticada y calificada de ridícula en principio, pero cuando el señor Marvin Minsky, quien en vida había sido un experto en inteligencia artificial, explicó ante el Consejo del Juicio Final que se podían programar para mantenerlos fieles a la causa —a diferencia de los ángeles biológicos que las últimas generaciones habían resultado ser muy

Tal cosa fue tomada con preocupación no sólo por los del Consejo sino también por el mismo Dios; pero cuando los robots alados demostraron en batalla todo su poderío, la huelga no importó más. En realidad, la superioridad de los ángeles mecánicos hacía innecesaria la presencia de cualquier otro tipo de ángeles; Minsky

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después programó arcángeles cuya tarea consistía en planear todos los movimientos de la guerra y los originales fueron también sustituidos, pues las máquinas resultaban ser cien veces más eficientes.

del bien, pero gracias a los excelentes programas de Minsky, la pelea fue ganada. Para desgracia de los seres humanos que habían superado airosos el juicio final y que esperaban vivir felices en la Tierra, el Altísimo —como de costumbre— había cambiado de planes...

Así, pues, los arcángeles también se unieron al Maligno.

Después de varias semanas de celebración celestial, Minsky fue llamado por el mismísimo Jefe, lo cual fue motivo de sorpresa para todos los querubines, serafines y demás seres celestiales que continuaban al pie del cañón. — Minsky —le dijo después de felicitarlo por su trabajo—, no te llamé únicamente para darte las gracias sino para encomendarte algo de gran trascendencia... Después de varios segundos de silencio y bajando la vista por un instante preguntó: — ¿Crees que las máquinas podrían rendirme culto tal y como lo hizo la humanidad? — ..Las máquinas pueden hacer todo lo que hacen los humanos, porque los humanos son sólo máquinas, Señor. —Contestó de inmediato Minsky. — Entonces... ¿Podrías... eh... programar hombres artificiales para obedecerme por siempre?... Me explico, conoces la historia de tu especie, ordené claramente que no comieran el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, y ya ves... después me arrepentí de haberlos creado y mandé el Diluvio Universal, claro que por mi buen corazón les di una segunda oportunidad, habrás escuchado de Noé, ¿verdad?... pero estoy seguro de que el caos volverá tarde o temprano... cierto es que Lucifer y sus ángeles de la oscuridad han sido destruidos para siempre y que la nueva Eva no podrá ser tentada por serpiente alguna, pero... los hombres seguirán siendo hombres.

La última batalla, como se le llamaba oficialmente, fue difícil... Las fuerzas del mal estaban encantadas con todos los ángeles y arcángeles frustrados que día a día abandonaban al Todopoderoso y se les unían. “Nosotros sí los apreciamos y reconocemos su trabajo, ninguna estúpida máquina podría sustituirlos, no sufran humillaciones, no se dejen maltratar, súmense a nosotros, súmense a los que han de triunfar, a los que obtendrán el éxito”, gritaban sin cansarse. Hubo momentos de gran tensión, instantes en que las fuerzas del mal parecían estar a punto de obtener la victoria, el triunfo parecía no estar destinado para las fuerzas

Minsky dudó contestar, ¿estaba Dios admitiendo ser un mediocre programador?, ¡¿acaso el Altísimo, la Divina Majestad, el Ser Supremo, el Todopoderoso no era capaz

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Nota: Marvin Minsky es un matemático y experto en inteligencia artificial. Es cofundador del Laboratorio de Inteligencia Artificial del MIT (Massachusetts Institute of Technology).

de programar al hombre o a cualquier criatura racional como Él quería?! “¿Yo, el pequeño y humilde Minsky, tengo más experiencia y conocimiento en programar inteligencia que El Jefe?...” — ¡¡¡¡Ya sé que estás pensando Minsky!!!! — gritó encolerizado— Pero admito que no sé que es lo que hago mal... ¿podrías hacer lo que te pido?...

Martín Fragoso: Hola, ¿qué puedo decir de mí? Pues entre otras cosas que nunca he viajado a otro sistema solar, tampoco me han contactado seres extraterrestres, jamás he combatido contra algún robot y -triste realidad-tampoco tengo superpoderes... En cambio estudio filosofía en la UAM Iztapalapa y creo que la ciencia ficción es la neta del planeta. He publicado algunos cuentos en fanzines y revistas, hace algún tiempo gané un concurso de ciencia ficción organizado por la UNAM, y años después otro cuento que escribí alcanzó una mención honorífica en el mismo concurso cuando un chavo tuvo la "brillante" idea de plagiarlo. En fin, los dioses harán justicia. Saludos.Martín.

*** Sin ninguna compasión, mandó Dios a la Tierra el segundo diluvio, pero en esta ocasión ningún hombre sobrevivió... La Tierra fue poblada nuevamente por toda clase de criaturas, pero ninguna racional, por lo menos no hasta que Marvin terminó su nueva tarea...

Juan Raffo: Natural de Maracay (actualmente radicado en Caracas), Venezuela, surgió del extraño encuentro de un peruano de origen italiano y una emigrante lituana en ese país que alguna vez fue una tierra de esperanzas. Fan de la ciencia ficción desde su tierna infancia (Star Wars fue toda una epifanía) y luego de la fantasía en sus variadas interpretaciones (la lectura del Señor de los Anillos a los 15 años fue la segunda revelación) su pésima redacción y terrible ortografía sumado a unos padres con habilidades para el dibujo hacen que se dedique desde joven a manifestar sus inquietudes fantásticas con rayas en el papel. Ingeniero de telecomunicaciones de profesión, nunca ha estudiado formalmente arte (excepto por un breve taller de dibujo de la figura humana y muchos tutoriales de internet) a pesar de eso (y sin saber exactamente el porqué) ha colaborado con diversos e-zines y publicaciones en la red como ilustrador de sus cuentos (Necronomicón, Ubikverso, NGC3660, Forjadores, Alfa Eridani, Sedice y Rescepto) y sorpresivamente ganó el Primer Premio de Editoriales Electrónicas en la categoría de ilustración. Vive agradeciendo la oportunidad que le prestan esos editores de que sus dibujos lleguen a alguien. Parte de sus trabajos pueden ser vistos en www.flickr.com/photos/jraffo_dibujos.

Agradecido, Dios lo sentó a su diestra, desplazando al mismo Jesús, claro que antes le indicó: — Minsky, deseo aclarar que en realidad fui yo quien programó a la nueva humanidad, ya que yo te creé a ti junto con todas tus capacidades y talentos premeditadamente... todo lo tenía perfectamente bien planeado... —Trató de ser convincente sin lograrlo y después de sonrojarse no tocó nuevamente el tema. *** Parecía que todo el mal había pasado a la historia. Ninguna nube presagiaba la tormenta que estaba a punto de iniciarse. Los problemas se desataron cuando uno de los robots gritó a sus congéneres: — ...No hay más Dios que Marvin Minsky, Él nos creó y programó, es al único al que debemos pleitesía... No hay más Dios que Marvin Minsky... Una nueva horizonte.

batalla

se

percibía

en

el

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mal, y se pudrían. Necesitaba ese hechizo para conservarlos.

EL CASTIGO

—¡¿No crees que es suficiente?! Texto: Eduardo Andrés Lagos Ilustración: Komixmaster (Rodolfo Valenzuela)

Se sobresaltó. Primero miró al receptáculo, se serenó algo y dio por concluida su labor.

Pran senk epin nan pwason an nan lè, de glann krotal ak zoranj swe krapo (1)

—¿Quién eres? —¡¿Acaso no las oyes gritar, tú que eres poderoso?! -la voz venía de todos lados.

Faust estaba satisfecho, las indicaciones del libro eran claras y las había seguido con mucho cuidado. Pasar sus dedos por las páginas de seda era una sensación maravillosa; su contenido bien valía el pacto realizado.

—¿Quién eres? —repitió en un tono de voz más elevado. —¡Piensa!... ¿A quién le has robado tu colección de almas?

Masere ansanm vinèg nan tout kou nan yon Lalin plen ... Cerró el libro, sintiendo una poderosa descarga de placer.

Se apagaron unas velas. Apareció una sombra más alta que el hombre más alto, envuelta en más sombras y estas a su vez en niebla. Y una gigantesca guadaña.

Ak apre twa nwit nan vant la sou latè a, louvwi bato a epi rele nanm ou...

Faust retrocedió unos pasos, hizo unos ademanes...

Él, Faust Leauvaziére tenía el dominio de la frontera de la muerte.

-Mwen rele zanj nan fènwa. Mwen mande ke ou pwoteje sa a, sèvitè fidèl. Satan, vini isit la!

Sentía la necesidad de desahogar una pulsión. Tomó un pequeño frasco donde una luz rosada se estremecía. “Ven ahora mismo” ordenó. Y su receptáculo vacío llegó con pasos pesados. Había sido una bella adolescente de bonitos ojos cuando la calidez habitaba su cuerpo. Le ordenó arrodillarse frente a él, y comenzar a satisfacerlo. Cerró los ojos y le puso imaginación al trabajo del receptáculo de adolescente. No le importó que estuviera fría.

—¡Llámalo, aunque no evitarás nada de lo que ocurra! Retrocedió todavía más, y al pasar cerca, tomó su más preciada posición. —¡Te gustará, es otro tipo de placer. Verás el dominio de tu amo, vivo! Mientras Faust descubría el miedo, La llama de una vela se agitó y creció hasta llegar casi al techo. Y a través de ella llegó su amo.

Sintió pena, los cuerpos cuya alma era arrancada perdían rápidamente la belleza. Las chicas lindas le duraban menos de una semana. Tenía que hacer un buen hechizo de conservación.

—Todavía me sirve, no quiero que lo dañes… mucho. Es maligno y me gusta. Faust vio a la guadaña abatirse sobre él y alzó sus manos para protegerse. —

Esos receptáculos vacíos eran útiles. Siempre serviles, podía usarlos para hacer lo que quisiera, no tenía que alimentarlos, no se quejaban. El único defecto era que olían

¡Oh, no! Siempre tan aferrados a esa ilusión… —se desilusionó Satán.

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(1) El idioma es créole haitiano, es un guiño al origen del mito de los zombies. Pran senk epin nan pwason an nan lè, de glann krotal ak zoranj swe krapo (Tómense cinco espinas del pez de aire, dos glándulas de serpiente cascabelera y sudor de sapo naranja...) Masere ansanm vinèg nan tout kou nan yon Lalin plen ... (Macérense juntos en vinagre por todo el transcurso de una luna llena...) Ak apre twa nwit nan vant la sou latè a, louvwi bato a epi rele nanm ou. (Y tras tres noches en el vientre de la tierra, abrirás la barca y llamarás a su alma.) Mwen rele zanj nan fènwa. Mwen mande ke ou pwoteje sa a, sèvitè fidèl. Satan, vini isit la! (Te invoco ángel de las tinieblas. Pido que protejas a este sirviente fiel. ¡Satan, ven aquí!) Ou p ap gen yon lòt liv. Ou te irèspèktueu aplan la. (No tendrás otro libro, Fuiste irrespetuoso al invocarme) Eduardo Lagos. (Nacido en Argentina en 1975). Escritor y guionista de comics de medio tiempo, ha participado en el fanzine español "Reverso" y algunas antologías locales en Argentina. Participó en el taller local "La Frase" y se lo puede encontrar en foro "El Multiverso" donde participa de sus concursos. La mayor parte de su producción es inédita, incluyendo un par de novelas; tiene muchas ideas y poco tiempo para hacerlas. Todavía no tiene blog.

Rodolfo Valenzuela, ―Komixmaster—. Pintor, ilustrador y dibujante de comics de Colombia. Durante varios años publicó en diarios y revistas de su país caricaturas políticas, humorísticas y diversas series de historietas durante varios. Con la aparición del arte digital se dedicó a la investigación de nuevas técnicas de ilustración. Actualmente colabora con algunas tiras en ALFAERIDIANI con guiones de diversos autores y MUNDO ROBOT con la autoría de David Braña.

El libro, su precioso libro, con tantos secretos de no-vida y no-muerte, había sido atravesado y se comenzaba a quemar. Un sentimiento de impotencia, de dolor, amargura... que fue rematado por las palabras de su amo —Ou p ap gen yon lòt liv. Ou te irèspèktueu aplan la.

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POESÍA 81/ ELLA, Carlos Arnau y J. Javier Arnau. Ilustrado por Laila P. Ávila. 82/ MUERTE DE UN ESPEJO, J. Javier Arnau. Ilustrado por Verónica Leonetti.


ELLA Texto: Carlos Arnau / J. Javier Arnau Ilustración: Laila P. Ávila

Ella sigue caminando, sin apreciar al sol Que se mete en la cama a descansar, Como cada noche Para dejar salir a su amante, a su luna; Mira cómo se despereza, mírala bien

Ella está tan sola, En una galaxia infinita, Que nunca aprendió a vivir.

Búscame, entre los infinitos mundos Mírame, entre los billones de almas Descúbreme.

Siempre que se suceden Los cambios de luz De su esfera celeste, Pasea por la orilla de su mundo, Perdida entre la tierra Y las estrellas perdidas Que son sus ojos. Su pelo, moreno y largo Bucea en las profundas mareas Del viento estelar Camina descalza por un sendero De cometas listos para iluminarla

Me mira, Me ve, Me descubre; Se sorprende, Se ríe, Me río La miro. Comprende

Se cree fea, y es hermosa Se cree malvada, Y es injusta consigo misma Está perdida, Entre los mundos posibles Y no lo sabe. Yo quiero encontrarla La miro con cariño La busco con ternura La quiero con pasión. Su historia de amor ha llegado A través de una Escalera de Estrellas De un Arco Iris Infinito, Que une las diferentes realidades, Infinitos mundos: Historias de amor A lomos de fenómenos celestiales.

Cualquier día podré estar junto a ella Haciéndola sonreír Convertiré su vida oscura y triste, De una galaxia fría y oscura, En un Arco Iris Infinito Que una nuestros Universos En uno solo, Donde los cometas Nos sirvan de escaleras, Las estrellas iluminen nuestro camino Los átomos canten nuestro amor.

Nos abrazamos Como dos viejos amantes, Como dos viejos amigos Almas gemelas a través del tiempo De los mundos De las realidades

Tendrá su historia de amor, Será la mejor Entre todos los mundos De nuestra constelación.

La Luna Todas las lunas

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Con su luz, Su hermosa luz Se une a nuestro abrazo A través del millón de soles.

Carlos Arnau Moreno. Natural de Puerto de Sagunto, Valencia. Ha sido colaborador de varios fancines y revistas de su comarca, subvencionadas algunas por el Ayuntamiento de su localidad (como por ejemplo, El Mito de la Caverna). Fue miembro del consejo de redacción del proyecto DINA, de la Generalitat Valenciana, Ayuntamiento de Sagunto y Comunidad Europea, para la dinamización cultural de la juventud. Su novela corta “Un Vampiro Moderno” fue publicada por el Ayto. de Sagunto, y por entregas en la revista EPD. Fue también coeditor del fanzine/revista ECLIPSE, y miembro fundador, así como actor y escritor, del grupo de teatro gestual LA FAROLA APEDREÁ, y actor en el programa de TV local CRÓNICAS URBANAS. También ha colaborado en La Biblioteca Fosca, con el relato “Toca Demonio”, y en el nº 1 de Planetas Prohibidos con J. Javier Arnau con el relato LA NAVE. Actualmente tiene entre manos, junto a su hermano Javier la escritura de una novela de fantasía (El Caminante), y de otra obra de teatro gestual.

MUERTE DE UN ESPEJO Texto: J. Javier Arnau Ilustración: Verónica Leonetti Murió mi espejo, y con él las leyendas, aventuras y odiseas que de pequeño me contaron. Perdí mi reflejo, como Peter Pan su sombra, y el Principito su planeta; como Sauron el Anillo Único, y Alicia al conejo Blanco.

J. Javier Arnau (Puerto de Sagunto - Valencia – España): Escritor y poeta. Editor de la revista PLANETAS PROHIBIDOS, subdirector de la revista Manifiesto Parapsipunk, codirector, coordinador y rrpp de la revista Albis Off y ex Coeditor de la Revista Red de Ciencia Ficción.

La Puerta Única se cerró y todos los lances por acaecer murieron antes de nacer.

Laila P. Ávila. http://isouru.blogspot.com/ http://isouru.deviantart.com/

Sucesos, porvenir, eventos… todos agolpados en las ventanas de la imaginación mientras Arcanos e Ignotos Dioses pujan sobre el valor en alza que es la fantasía, pequeña abertura a las glorias de antaño.

Verónica Leonetti. http://lamuertedelespejo.blogspot.com/

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CÓMICS 84/ 87/ 90/ 91/

A LA HORA DE LA CENA, Marta Martínez (guión) y David Marín (ilustración). EL TRAJE DE AIRON MAN, Rafa Alonso (guión y dibujos). MUNDO ROBOT, David Braña, Dani Egido y Enric Nolla. Biografías de los autores.








MUNDO ROBOT

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AUTORES DE A LA HORA DE LA CENA

Renna y un cómic titulado Black Clark con la desaparecida editorial zaragozana Burz Comics; gané un concurso que dio como fruto la edición de un álbum llamado La Alcorisa que se hizo Villa y me hice con el tercer premio del concurso de cómics de Cangas (durante el salón de dicha localidad en el 2008), colaboré con el fanzine Atumoe!, con la revista Sable, con la editorial FXGràfic, en sus publicaciones como Culebra Cómics, RIP Culebra y el cómic LAW&CO. Después llegaron la novela gráfica DOS. Primeros síntomas, editada por Editorial Drakul (y de la que ya se prepara la segunda entrega), varias historias cortas en la revista Eros Comix, de Dolmen Editorial, el guión del cortometraje Terapia, el primer premio de un concurso de guiones de cómics organizado por la revista Réplika, el fanzine Sinónimos de Lucro, del cual llevamos ya tres números editados, las tiras de Mundo Robot. En la actualidad estoy enfrascado en varios proyectos: Evil War, Mercury, El alma del dragón, Los mundos de Akalanna, El niño sin sonrisa, Los ocultos, Black Clark, Mil lobos, She Riff, tres cortometrajes, una historia de ci-fi y otra de terror para dos revistas y, por supuesto, la revista El Arca". www.seventeencomics.com http://mundo-robot.blogspot.com www.comicdos.com http://elarcadelashistorietas.blogspot.com

Marta M-Gyzzma. De pequeña quería ser arqueóloga... y acabó siendo comunicóloga ("Así me he quedado"). Cinéfila, heavy y friki. ¿Alguien da más? http://blogs.ekaternia.es/gyzzma/ David Marín. Es un tipo razonablemente feliz al que le caen mejor los zombis que los supervivientes. Su color favorito es el azul. http://mistergrajams.deviantart.com/ AUTOR DE EL TRAJE DE AIRON MAN Rafa Alonso (Valencia). Dibujante, ilustrador, pintamonos, garabatero y cualquier sinónimo que se le ocurra. Empezó a dibujar hace mucho, mucho tiempo, y desde que tiene uso de razón (hace 3 -4 años) ha publicado en sitios como Diario de Valencia, Scifi.es, Scifiworld o miNatura. En 2010 ganó el primer premio del concurso Comic Jove de Castellón, y actualmente ilustra el webcomic Tajundra la Moños (http://www.tajundra.com ), además de dibujar cualquier cosa que le pase por la cabeza. AUTORES DE MUNDO ROBOT David Braña Fernández. Nací en Barcelona. Por aquel entonces yo era pequeño y mi madre se empeñó en estar a mi lado en todo momento durante el parto. Al crecer me hice más grande y durante ese tiempo absorbí datos que luego utilicé para hacer chantaje (algo que nunca había reconocido). Con lo que conseguí chantajeando, me compré mi primer cómic, el resto los robé hasta que me pillaron y tuve que huir de la ciudad con mis padres. Cuantos más cómics leía más me gustaban, así que a los 15 años decidí que ya era hora de ir a la escuela y aprender a escribir, porque había tomado una firme decisión en mi vida: ¡iba a ser guionista de cómics! Desde entonces hasta ahora no he parado ni un momento (¿será por eso que estoy tan cansado?). Edité hace unos años una historia corta en el cómic

Enric Nolla. Ilustrador de cómics y diseñador gráfico residente en El Prat de Llobregat, un pueblecito de Barcelona. Empezó editando y colaborando en fanzines. Más tarde publicó algunos trabajos con la editorial FXGràfic. Ganó el concurso de ilustración La Ballena, de Parla, Madrid, que dio como origen una exposición años más tarde, de sus trabajos, en el mismo pueblo de Madrid. Hizo también otra exposición en el 2º Concurso de Humor Gráfico Deportivo de Cataluña 2008. Actualmente colabora con la editorial FXgràfic en las tiras de Maria y Manel o con el cómic WWF Luchadores Definitivos, por último comentar su primera autoedición de la novela gráfica titulada El cementerio de robots.

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RESEÑAS 93/ EL HIJO DEL HOMBRE, de Félix Ballesteros Rivas. Por J. Javier Arnau. 96/ LA EDDA FÍLMICA, O COMO RENOVAR A UN SUPERHÉROE (THOR). Por Gabriel Romero de Ávila.


EL HIJO DEL HOMBRE

impartido cursos de nuevas tecnologías en la Universidad Complutense de Madrid. Es una figura emergente y renovadora dentro de los géneros literarios de novela negra y de ciencia ficción.

de Félix Ballesteros Rivas Novela Ganadora del Premio Andrómeda 2008 (publicada en marzo 2011, volumen 19 de Libro Andrómeda)

Fecha publicación: 24-03-2011 Colección: Libro Andrómeda, núm. 19 www.libroandromeda.com” Texto: J. Javier Arnau Cuando el editor, Claudio Landete Anaya, me dijo que iba a enviarme esta novela específicamente, y me preguntó si me gustaba la cifi hard, temí por lo que pudiera recibir. Y el caso es que mi contestación fue que sí, pues realmente, me gusta. Y también la no hard. Me explico: me gusta la buena cifi (y la buena literatura en general), ya sea C (científica) o L (literaria). Pero recientemente había tenido alguna mala experiencia con la “C”, y estaba un poco temeroso de qué me podía encontrar ahora. Sin embargo, el uso de ciencia ficción dura es aquí muy moderado, limitándose a describir el funcionamiento de las naves en las que se llevará a cabo la odisea de la humanidad, y a ciertos intercambios de información en unos momentos de una investigación. Por tanto, la parte de la “C” no tiene porqué asustar a los que huyen de ese tipo de literatura, pues realmente aquí no es más que un recurso del escritor, no una sucesión de teorías científicas, como a veces –desgraciadamente– puede suceder.

Contraportada: “Podría decirse que la odisea de la especie tuvo su inicio con el robo de „Las damas en azul‟, un cuadro que, en su día, había adornado los salones del Palacio de Knossos, junto con los toros del Laberinto del Minotauro y que quedó enterrado por más de tres milenios.

La novela trata sobre una odisea de la humanidad; en 126 años, un asteroide tornará imposible la vida en todo el Sistema Solar. Por tanto, la humanidad dispone de ese tiempo para poner en marcha un plan para salir del mismo, encontrar un hábitat adecuado para la vida, y establecerse; pero el ser humano nunca ha salido a las estrellas, y no sabe lo que puede encontrarse ahí afuera, ni siquiera si encontrará algo…

Un hurto, respetuoso con este símbolo artístico de la supervivencia que ni la catástrofe del 1450 antes de Cristo pudo arrebatar a los hombres y, que hoy parte con ellos a las estrellas, por ser más valioso que cualquier capullo de hibernación. Félix Ballesteros Rivas es Ingeniero Superior de Telecomunicaciones. Ha trabajado en la empresa privada en diversos cargos de responsabilidad. También ha

Una de las cosas que me gustó es que se plantea ese escenario casi como si fuera ahora, no en un hipotético futuro; es casi

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como si nos pasara ahora, como si ahora mismo supiéramos que tenemos poco más de siglo y cuarto para encontrar una solución a la supervivencia de la humanidad fuera de nuestro propio sistema. Una ínfima parte de la humanidad, claro está, con las tecnologías que se podrían desarrollar a partir de ese momento.

enfrentamientos entre pueblos, naciones, razas, grupos religiosos, etc, hasta que finalmente, diezmados, se logra establecer un acuerdo de colaboración. Al final, establecido los que gozarán de la oportunidad, estos lo harán hibernados en flotas de naves agrupadas geopolíticamente (e incluso religiosamente) hasta que encuentren algún planeta habitable.

Cada “capítulo” comienza con citas sacadas de diferentes libros religiosos (Evangelio Armenio de la Infancia, Kata Upanishad, Biblia,… excepto uno que comienza con un extracto de Aceituneros, de Miguel Hernández). Y evidentemente, las citas son escogidas porque El Hijo del Hombre siempre se relaciona con la religión, en la que puede ser tanto el Mesías, como los santos, incluso según acepciones, el mismo hombre (como sinónimo poético del mismo). El protagonista, Doménico, navegante, de larga tradición familiar, se denomina a sí mismo como un kallikanzaros, esto es, un dios-demonio de la mitología griega; y lo que al principo parece una broma, parece que no lo es tanto durante el desarrollo de la novela, apareciendo algunos datos que lo pueden llegar a corroborar. Y eso es importante porque, curiosamente, casualmente o no, ese kallikanzaros será uno de los encargados de llevar a la humanidad en busca de un nuevo hogar; y, además, se convertirá en la consciencia del Hijo del Hombre (o, aceptando las definiciones dadas anteriormente, de los Hijos del Hombre), el mediador entre el Hombre y sus Hijos…

Sólo los navegantes, y algunos de los técnicos y políticos serán despertados regularmente. Pero el viaje dura miles de años, algo de lo que sólo pueden ser conscientes los pocos que son despertados cada cierto tiempo; de repente, algo empieza a funcionar mal, las viejas rivalidades geopolíticas y religiosas se entremezclan con temas personales, lo que conlleva a extrañas situaciones. Y Doménico, el navegante, el kallikanzaros, es el primero (el único) en darse cuenta y, con la ayuda de uno de los “políticos” de la flota, y de la mujer a la que está ligado, debe de solucionar el asunto. Una vez solucionado el problema principal, las consecuencias de lo que descubren, sin ser malas de por sí, plantean algunos problemas e interrogantes que han de solucionarse, si se quiere llevar a buen término la misión inicial… que no es ni más ni menos que la supervivencia de la humanidad… y del Hijo del Hombre. Bien, más o menos esa es la trama, muy resumida para evitar caer en spoilers. Porque el libro, siendo autoconclusivo, podría expandirse en varias tramas, bien aumentando considerablemente el número de páginas, bien dando lugar a una serie. Porque hay varias tramas de las que nos gustaría ver un futuro desarrollo, cosas que, a pesar de acabar en esta novela, dejan la posibilidad abierta para desarrollarlas en futuros libros; el tema de las naves, la colonia humana “perdida”, la inteligencia que detectan durante el viaje, el desarrollo de la humanidad en suelo ajeno, algún personaje que interviene testimonialmente, pero que por algo deben de haberlo presentado, etc. Porque reitero que la novela tiene un final que podríamos considerar cerrado pero, que a la vez,

Porque es difícil reseñar esta novela sin caer en spoilers; incluso en la sinopsis sólo se habla brevemente de la odisea de la especie. Como digo más arriba, una enorme catástrofe va a asolar el sistema solar, y la humanidad debe prepararse para su mayor aventura. Desde el principio, se sabe que sólo una ínfima porción tendrá la oportunidad de, al menos, subir en las naves que abandonarán el sistema; porque es el mayor reto al que se ha enfrentado el ser humano, y nadie puede saber qué sucederá. Inevitablemente, esto lleva a años y años de

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permite desarrollar varios temas en un futuro dentro de este mismo “universo”. En fin, una buena novela, digna ganadora del Premio Andrómeda. Pero, al igual que comenté en otro momento y lugar de un volumen anterior de Libro Andrómeda, las portadas dejan un poco que desear. En este caso, porque no le veo relación con lo que vienen en el interior. Pero bueno, supongo que los editores tendrán sus motivos, y optarán por la mejor de las opciones que barajan.

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LA EDDA FÍLMICA, O COMO RENOVAR A UN SUPERHÉROE.

América” que veremos en breve, y creo que está a la altura (aunque a veces los fans tampoco pedimos demasiado, la verdad). Eso significa que, al margen de los diálogos rimbombantes y las peleas de Asgard, veamos desfilar por la pantalla a los consabidos agentes secretos y sus tramas, que prometen desvelar en el futuro. Sabremos entonces si compensan los minutos de metraje que ocupan.

Texto: Gabriel Romero de Ávila

Porque desde luego lo mejor de “Thor” es la parte que transcurre en los variados mundos de los dioses (sobre todo Asgard, pero también Jötunheim, la patria de los Gigantes de Hielo), y mucho menos el tiempo en que Thor es exiliado en Midgard, o sea, la Tierra, que sólo sirve para explicar la consabida lección de “todo poder conlleva una gran responsabilidad”, o en este caso, la humildad que se le exige a un dios (a éstos del cómic, porque los míticos tenían bastante poca). Bueno, empecemos por el principio (que si no, desvariamos). “Thor” es una buena adaptación del personaje homónimo de Marvel Comics, y voy a intentar explicar por qué pienso eso. Adaptar al cine un cómic con cuarenta años de publicación ininterrumpida siempre es difícil, pero creo que logra salir airosa porque junta tres elementos fundamentales: la temática de “Guerra de dioses” que tanto gustaba a Jack Kirby (con esa súper–tecnología que dista mucho del clásico “poder mitológico” que podemos ver, por ejemplo, en “Furia de titanes”, y que Kirby adoraba hasta el punto de incluirlo en todas sus obras, igual en las mega–construcciones del Edificio Baxter que en las ciudades monstruosas de Apokolips, justificándolo como que, en lugar de dioses como los entendimos siempre, son “seres superiores que viven en otra dimensión”, y que sabemos hoy que en ningún caso pretendió ser ficción especulativa, sino fantasía en estado puro), con la historia de minusvalía y superación que nos contó mil veces Stan Lee y siempre le funcionó (joven tullido–cojo–ciego–cardiópata–mutante– pobre, que se enamora de su secretaria– enfermera, pero no la puede conseguir precisamente por su minusvalía, y sirve

Últimamente Marvel Estudios nos tiene acostumbrados a una serie de películas de los principales superhéroes que hacen las delicias de sus más queridos fans, y que por primera vez conforman una tupida continuidad común, o más o menos común (dudo que este Thor vaya a cruzarse alguna vez con los 4 Fantásticos de Jessica Alba, o el Spiderman de Tobey Maguire, o el nuevo que se prepara para el año que viene, pero sí que vive en el mismo universo que el Iron Man de Robert Downey Jr. y el Nick Fury de Samuel L. Jackson. Queda por saber qué papel jugará Hulk en el futuro de Marvel Estudios, y qué Hulk en concreto, porque no tienen mucho que ver los dos que ya hemos visto en el cine, pero eso es tema para otro día). El caso es que “Thor” es una pieza más del rompecabezas de los futuros Vengadores entramados por SHIELD que se prepara para el año que viene, igual que el “Capitán

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como superhéroe para compensarlo, con la lección de sacrificio que eso supone), y un aire de modernización que huele a “Ultimate” (Thor ya no vive bajo una identidad secreta que recuerda a Billy Batson transformándose en el Capitán Marvel, por lo que Jane Foster ya no tiene que ser “su” enfermera, y “se le permite” tener profesión propia, como mujer que ya no es de los sesenta; y luego toda esa parafernalia de agentes secretos, satélites caídos que resultan ser Mjolnir, pueblos de carretera y el realismo de Nuevo México, que tanto ha marcado a los comics Marvel en cuatro décadas). Aparte están los consabidos detalles para los fans (ponerle a Thor el nombre de Donald Blake como homenaje, los cameos de Stan Lee y Straczynski, el arquero Clint Barton… y luego otros debates menos claros que surgen en Internet, como si el negro gigantesco con el que lucha Thor es Luke Cage antes de convertirse en Power Man, o si aparece el Ojo de Agamotto o el de Warlock).

hecho la propia evolución su largo tiempo de vida sociedad) nos haría desear más compleja, y unos tridimensionales.

del personaje en (y de la misma una película algo personajes más

Pero aún pienso que las mayores virtudes son esas tres: la contribución de Jack Kirby, la de Stan Lee, y la modernización de todos esos conceptos geniales, en una mezcla perfectamente equilibrada.

Y al puzzle de los Vengadores cada vez le queda menos para completarse.

¿Tendrá algo que ver con la adquisición de Marvel por Disney? Pero ya digo que “Thor” es una buena adaptación, y pasa el examen con notable. Consigue transmitir esa grandiosidad de las batallas cósmicas y los dioses parricidas, del Puente del Arco Iris que conecta los Nueve Mundos y los Gigantes que desean matar a sus hermanos. ¿Sería mejorable? Desde luego, todo en esta vida lo es, pero en este caso no mucho. Si Heimdall de pronto se ha vuelto negro, o si Natalie Portman podía dar más de sí como actriz que babear todo el tiempo por el protagonista (estudia Astrofísica para esto), o si la becaria es olvidable… Bueno, se lo perdonaremos, en honor de lo impresionante que es el resto.

Gabriel Romero de Ávila. Nacido en Madrid, residente en Vigo desde 2006 (previamente en Madrid hasta mitad de 2002, Inglaterra final de 2002, Tenerife 2003, Pontevedra 2004-06, y en adelante, y espero que por mucho tiempo, en Vigo). Profesión: Médico de Familia (por ahora es lo que me da de comer). Llevo escribiendo desde: toda la vida (aunque con intención de publicar, desde 2006); desde entonces he publicado en: "La Voz de Galicia", Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, NGC 3660, Action Tales. Ganador del Premio de Relato Corto del Ayuntamiento de Nigrán. Otras aficiones: Novelas de aventuras, Comics de Alan Moore (y también muchos superhéroes), música de bastantes tipos diferentes. En la actualidad escribo un serial de ciencia-ficción en Albis Off, varias historias en Action Tales, y una novela que lleva más de un año en preparación... y lo que aún le queda.

¿Sus defectos? Todo lo contrario. En las últimas películas de Marvel (léase “Los 4 Fantásticos”, “Spiderman 3” o “Iron Man 2”) se ha visto una progresiva infantilización que sin duda busca recabar a chavales de 10 años en adelante, sabiendo que los fans ya los tiene seguros. Si DC apuesta más por los treintañeros (con “Watchmen” o los “Batman” de Nolan), Marvel busca desesperadamente a los niños, por medio de la sucesión de escenas cómicas muchas veces innecesarias, de un metraje corto y de una trama sencilla sin juegos ocultos. La identidad del villano siempre es la más obvia, la trama avanza hacia la conclusión más predecible, y siempre, siempre, hay una moraleja. Es una opción tan buena como cualquier otra, y consigue lo que pretende, pero sí es cierto que a los que ya hemos pasado los treinta nos resulta un poco extraño. Y de

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NUESTROS PORTADISTAS 99/ NÚMERO 1, Guillermo de la Peña. 100/ NÚMERO 2, Guillermo Romano.




GUILLERMO DE LA PEÑA. Cuando con apenas 4 años de edad (y con la ayuda de unos auriculares mayores que su cabeza) su tío le hacía escuchar discos de Vangelis y la adaptación musical de La Guerra de los Mundos de Jeff Wayne, y contemplaba absorto imágenes relacionadas con el espacio, su imaginación echó a volar por primera vez... y nunca volvió a tomar tierra. Todo ello, sazonado con una peculiar educación cinéfila por parte de sus padres, hizo que hoy día sea el responsable del blog de cine y literatura Peliculeros (peliculeros.wordpress.com), y que de vez en cuando dibuje y exponga algunos de sus garabatos en Ilustraciones Guillermo de la Peña www.guillermopl.com

GUILLERMO ROMANO: Ilustrador Digital Argentino de CF y Fantasía. Ilustrador argentino fan de la ciencia-ficción y el genero fantástico en todas sus manifestaciones, principalmente la historieta. Admirador desde pequeño de autores como Jack Kirby, Neals Adams, Lucho Olivera (con quien trabajó), Villagran, Oswal, Frazzetta, Frank Miller, Alcatena y Zanotto que lograron influenciarlo con sus técnicas visuales y temáticas. En 1997 se recibe de diseñador gráfico y desde entonces se desempeña como ilustrador digital y dibujante de cómics Freelance para publicaciones de Argentina, España, Italia y recientemente en Francia. Colaborador de revistas digitales como Alfa Eridiani y Axxon. Sus ilustraciones son realizadas utilizando herramientas digitales de edición de imagen en 2D y 3D. Recibió el primer accésit por la ilustración Cebos y Cazadores del III PIEE (premio internacional de las editoriales electrónicas). WEB: www.guilleromano.com.ar BLOG: http://www.guilleromanoblock.blogspot.com /

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Este número se terminó de maquetar el miércoles 25 de mayo de 2011


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