Raleigh.- Mujeres sobre techos, cortando pasto, haciendo plomería, electricidad, carpintería, pintura, cemento o excavaciones es lo que hoy en día se ve en la industria de la construcción. Ellas se destacan en trabajos considerados solo para hombres.

De acuerdo a mujeres entrevistadas, en la última década cada vez más féminas trabajan en la industria de la construcción por su talento, capacidad, destreza, fuerza y valor. “Porque somos humanos, y tenemos la misma inteligencia para hacerlo”.

Miriam Banegas, Carmen Rodríguez  y Rosita Banegas tienen algo en común: son mamás, esposas y trabajadoras en la industria de la construcción.
 

Miriam: de la limpieza de casas al concreto

Con dos años y medio en la empresa donde labora haciendo concreto, Miriam dice que es un trabajo que cualquier persona puede desempeñar.  “Lo mismo un hombre sube una cubeta de 50 libras igual una mujer”.

De origen hondureño, asegura que las mujeres pueden ser madres, esposas y trabajadoras de construcción sin tener que descuidar ninguna de las tres facetas.

Comenta que la compañía las apoya, son bien vistas y tratadas con respeto. “No vemos que hay discriminación. Valoran nuestro trabajo, somos bien aceptadas, nos involucran en todas las actividades y nos enseñan.

Considero que es muy buen ejemplo de la compañía; nos motivan”.

Con 23 años de vivir en este país, Miriam tenía una compañía de limpieza donde trabajaba mucho tiempo, tenía estrés, y aunque era su propia jefa si no llegaban sus trabajadoras ella tenía que terminar de limpiar aun fueran las 11 de la noche.

Entonces decidió experimentar en la construcción y le gustó. “Me da gusto saber que habemos mujeres con mucho potencial, tenemos la misma capacidad que un hombre, hay cosas que no podemos cargar por el peso pero nos ayudan; somos parte fundamental”.

Explica que no sólo hace concreto, sino diferentes actividades. Prepara los pisos, riega graba, hace excavaciones. “Tomamos la medida de la elevación de la excavación y el ancho porque cada construcción es diferente.

Y cosas bien sencillas como llevar la medida usando un metro, usar una pala, ayudar a pasar hierro o llevar madera”. Ella ha tenido la oportunidad de aprender a usar las máquinas.
 

Carmen: reina del acabado de paredes

“Aprendí el oficio por necesidad en el 2007, hago el acabado de paredes, cubrir las tablas roca”.

Procedente de México hace 17 años, Carmen recuerda que fue un poco complicado aprender porque cuando comenzó casi no había mujeres, y los hombres trabajaban a otro ritmo para enseñar.

“Es un trabajo que se tiene que hacer bien porque de eso depende que la pintura quede bien, por ejemplo cuando se hacen las esquinas, que no queden marcas”.

Asegura que aprendió viendo a los demás compañeros, y tras la práctica ahora es fácil, aunque dice que todo tipo de trabajo tiene sus trucos y siempre hay cosas nuevas que aprender.

Comenta que le dio temor llegar a un trabajo donde había 200 o 300 hombres trabajando, quienes volteaban a mirarla para ver si podía subirse a los zancos, o andamios.

Y considera que siempre se pensará que las mujeres pueden menos, a pesar de que en el tiempo se han acostumbrado a verlas.

“Incluso la paga, en la mayoría de casos cuando uno es mujer lo primero que te dicen es tengo que ver cómo trabajas aunque tengas años de experiencia. Tienen que verte trabajar, y te pagarán menos bajo la escusa de que vas a rendir menos que un hombre, y siempre está eso de que aquí serás trabajadora y aquí nada de que los hijos van al doctor, o con los hijos a la escuela”.

Carmen explica que cada mañana tiene que partir la mezcla, se vacía en una cubeta, se bate con un taladro para que sea más suave y manejable. Cuando se tiene la masa se tienen listas las navajas y el tape para pegar la masa en la tabla roca, al final se lija.
 

Rosita: un as en construcción

Trabajar en la construcción ha hecho que Rosita se sienta “muy bien porque no dependo de otra persona, como mi esposo por ejemplo, porque tengo un salario similar al de él, he aprendido muchas cosas, ahora me siento más independiente y segura de mí misma”.

Con 24 años de vivir en Estados Unidos, llegó de Honduras y antes de trabajar en construcción limpiaba casas.

Hace cinco años comenzó sin saber por dónde. “Me ignoraban, y me ponían a hacer cualquier cosa; ahora soy la encargada de entre 6 a 10 hombres”.

Dice que no creían que sería capaz de hacer lo que hace ahora. “La otra vez le enseñé a un muchacho que llegó nuevo y él se sentía raro”.

Rosita asegura que trabajar en la construcción es no depender de nadie, que puede salir adelante. “Es un trabajo que podemos hacer, tenemos la misma inteligencia, la misma mente y somos humanos. Tenemos los conocimientos, y vas agarrando práctica en todo”.

Comenta que le da orgullo ver a otras mujeres trabajando. “Digo, sí podemos”.

Ella hace paredes de retención, pisos para negocios, todo lo que es concreto y banqueta. Las paredes de retención se hacen cuando se va a emparejar el terreno, “nosotros echamos las paredes, rellenan con tierra y ya queda a nivel de la orilla de la calle”.

Dice que es pesado porque para empezar tiene que hacer una excavación con una máquina, y luego trabajan en lugares bajos donde tienen que jalar varillas de más de 50 libras en la espalda, y bajar las hojas de madera que van dentro de un hierro que tiene hoyos para asegurar lo que va ser la pared. Pero también entre todos se ayudan cuando hay que cargar pesado.

Las siguientes fotos nos las enviaron nuestras fans de Facebook después publicar este artículo.

Lo incluimos con una breve reseña porque es el ejemplo del trabajo que realizan las mujeres en rubros que antes eran considerados sólo para hombres.

Rosalina Lopez Gomez. Trabaja desde hace doce años en el concrero. "Cuando yo empecé no se miraba mujeres en la construcción pero en estos últimos dos años veo bastante", dice.

"Siento madre soltera me se me presento la oportunidad de empezar mi propio negocio de concrete. Trabajé un año bajo el work compensation de un americano. Hasta que por fin pude regristrar mi propio nombre Mix Construction concrete inc. El 30 mayo de 2001. Desde ese entonces eh podido superar muchas barreras principalmente el idioma"

López habla su lengua materna que el es mixteco, sigo aprendiendo español e inglés. Pero lo más difícil es superar es el machismo.

"Habia una compañía americana que no me quiso pagar 12 mil dólares. Incluso me amenazó con llamar ICE. Nunca tuve miedo siempre le dije que a donde quería que fuéramos a esperar a los de inmigración. Sigo en mi negocio y voy a seguir adelante con la bendición De Dios".

Nohemy Castro, de Honduras, trabaja en electricidad "todos los días me levanto a las 4 de la mañana y trabajo 12 horas diarias que no cualquier persona aguanta el cuerpo se cansa pero por amor a mis hijos, lucho todos los días".

Kristal Merejildo, de Raleigh, se dedica a colocación de pisos desde hace 10 años. Abrió su propio negocio en el 2017.

Eva Hernández.  En el 2015 comenzó a trabajar en el rubro de la pintura. Era una época en la cual, a esta originaria de Hidalgo México y radicada en Raleigh, el ingreso que percibía no era estable y por lo tanto, insuficiente para cubrir los gastos mensuales.

Cuatro años después de iniciada esa aventura, se convirtió es su propia jefa y expandió el negocio a otros servicios. Ahora ofrece: pintura exterior e interior, lavado de casas a presión, reparación de tablarroca, restauración de patios de madera, y más.

Esta madre de cutaro niños, dice estar "muy agradecida con Dios y con sus clientes por confiarle a brindar servicios de alta calidad en sus propiedades de vivienda".

Tavo Flores. Tavo Flores decidió que iba a mostrarle a sus dos hijas el valor del trabajo y la tarea que ella realiza. Por eso cada fin de semana y durante época de vacaciones, las lleva a conozcan todo lo que se realiza en el rubro de la educación.

A su hija de 16 años comenzó a enseñarle como se opera una máquina excavadora. Pero también, afirma esta madre que vive en Durham, ya saben lo que realiza eun ayudante de construcción.

Flores se dedica desde hace varios años a la construcción de las bases que sostendrán una casa, así como patios de piedra o ladrillos y, es una experta en el sistema de "waterproof".

Emigró a Estados Unidos hace 14 años desde su natal Michoacán en México.

"Desde entonces he trabajado en la construcción. Todo lo he aprendido aquí y mi trabajo me da para salir adelante y ayudar a mi familia en Michoacán.  Mis hijas estudian y creo es bueno enseñarles ha trabajar así como mi padre y mi madre me enseñaron", afirma. 

Meli Jackeline Mejia. Desde hace tres años, esta madre hondureña trabaja en Wilmington construyendo los soportes de metal que sostienen las viviendas y edificios. También su labor es paredes, techos y acabados de construción.

"Con el tiempo poco a poco lo fui aprendiendo y pues cada dia se aprende algo diferente", afirma Meli quien tiene 31 años.

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