El ferro (hierro) es, como su propio nombre indica, una pieza de hierro que se coloca en la proa de las góndolas. Es un elemento fascinante. Me hipnotiza su forma perfectamente silueteada balanceándose al vaivén del agua de los canales venecianos pero, también, su simbología tan estudiada y casi mística.

El ferro se sitúa, como os digo, en la proa de la góndola y, además de ser un adorno preparado para embellecerlas más aún, es un elemento muy práctico. Por un lado, sirve de protección tanto a los ocupantes como a la propia embarcación en caso de accidente o choque frontal. Por otro lado, sirve de contrapeso ya que el gondolero rema de pie en la popa de la embarcación y se hace necesario equilibrar el peso de ambas extremos.

En la foto, podéis observar su belleza y su perfección. Y, además, es una preciosa y perfecta alegoría de la ciudad de Venecia: nada es casual en su diseño, el mismo para todas las góndolas.

Fijaros en su trazado curvo y serpenteante. ¿A qué os recuerda? Seguro que habéis adivinado que representa al Gran Canal, el eje acuático de la ciudad que la parte en dos y la que es, en mi opinión, la calle más bella del mundo. 

Los seis “dientes” dispuestos en línea, hacen referencia a los 6 sestieri (barrios) de la ciudad: San Marco, Castello, Cannaregio, Santa Croce, San Polo y Dorsoduro y esas pequeñas filigranas entre los dientes, corresponden a las 3 islas principales de la Laguna: Murano, Burano y Torcello.

Si os fijáis bien, en el otro lado del ferro hay un solo diente. Este diente representa a la isla de la Giudecca, la lengua de tierra que se encuentra frente a las Zattere.

En la parte superior, un pequeño arco de media luna, nos transporta hasta el Puente de Rialto, el primero que se construyó en la ciudad, en la zona donde se efectuaron los primeros asentamientos de la población. Y sobre este arco, protegiéndolo, el símbolo del poder de la Serenissima: il corno ducale, el sombrero del Dux, máximo representante de la República Veneciana. 

¿Conocíais los secretos de este elemento de las góndolas? Qué sugerentes son estas embarcaciones… La próxima vez que visitéis la ciudad, fijaros atentamente, seguro que os hipnotizan tanto como a mí. De hecho, si alguna vez me decidiese a hacerme un tatuaje, sin duda éste sería el diseño que elegiría. ¿Qué tal un paseo en góndola ahora que sabéis interpretar su ferro? Podéis reservarlo aquí. Y si queréis saber más sobre las góndolas, podéis leer esta entrada, en la que os cuento porqué son de color negro o cuáles son sus medidas y, también, esta otra en la que os hablé de las «sirenas».