No concebimos las festividades decembrinas sin las esferas navideñas. Puede que estén en los arbolitos o que formen parte de la decoración en mesas, puertas o incluso colgando del techo, pero, ¿cómo y dónde se originó esta tradición?
Aunque en la actualidad encontramos esferas de todas las formas, tamaños, colores y materiales posibles, en un inicio éstas eran frutos, los cuales poco a poco (y por practicidad) fueron reemplazados por bolas de vidrio y, posteriormente de plástico, gracias a su facilidad para producirlas.
No hay arbolito sin esferas
Si bien es cierto que las esferas navideñas se pueden colocar en distintos espacios para decorar, su origen viene del árbol navideño. Esta tradición se le atribuye a San Bonifacio de Maguncia, el llamado “apóstol de los germanos”, quien alrededor del siglo VII cortó un roble y lo decoró en honor a Thor, el dios del trueno en la mitología nórdica, y éste se transformó con los años, en el tradicional pino navideño.
En un inicio, San Bonifacio decoró este árbol con manzanas, las cuales representaban las tentaciones. Sin embargo, hoy en día las esferas hacen alusión a los dones que Dios dio a la humanidad, según la fe cristiana; por ejemplo, la sabiduría, el entendimiento, la piedad y la fortaleza, entre otros.
Tiempos modernos
La tradición de las esferas navideñas se retomó años después en Francia, en un pueblito llamado Goetzenbruck, durante el siglo XX. Se dice que fue ahí donde se elaboraron por primera vez las bolas que adornan los árboles de Navidad. Esto tras sufrir una terrible sequía en donde no había fruta para decorar los árboles.
Por ello, un soplador de vidrio de aquel pueblo tuvo la idea de hacer bolas para decorar los árboles de Navidad, tratando de imitar la forma de la fruta más común: la manzana. No se imaginaba que estas se convertirían en un símbolo de las fiestas decembrinas. Lamentablemente, las esferas de vidrio fueron reemplazadas por las que estaban hechas de plástico, alrededor de 1960, debido al auge del consumismo masivo, ya que eran mucho más baratas de producir.
¿De qué están hechas las esferas navideñas?
Volviendo al inicio, los árboles navideños eran decorados con manzanas rojas, las cuales representaban las tentaciones de Adán y Eva, además de velas que simbolizaban la luz de Cristo. Sin embargo, ambos elementos dejaron de ser viables, ya que las frutas se echaban a perder con facilidad generando mal olor, y las velas encendidas representaban un riesgo de incendio.
Por ello, estos elementos fueron reemplazados por esferas hechas de vidrio y pintadas a mano y, posteriormente, de plástico con pintura, listones y brillos. Las velas, por otro lado, fueron sustituidas por luces artificiales, de ahí el origen de las series navideñas que conocemos hoy.
¿En dónde se fabrican las esferas navideñas?
Aunque la tradición de las esferas navideñas se originó en Europa, existen tres pueblos mágicos en México en donde se producen gran cantidad de éstas: Chignahuapan y Atlixco, en Puebla, y Tlalpujahua, en Michoacán, ya que con la llegada de los españoles se introdujo la tradición del árbol navideño en nuestro país.
Aquí, los artesanos locales elaboran durante todo el año este elemento decorativo e, incluso, realizan la Feria de la Esfera en noviembre para que las personas puedan anticipar sus compras navideñas y decorar sus arbolitos previamente.
¿Cuál es el significado de las esferas navideñas?
En la actualidad, las esferas navideñas no solo son rojas como las manzanas, sino que se fabrican en distintos colores y materiales para decorar el arbolito, cada uno un significado distinto:
- Rojas: representan el pecado original, el amor y la generosidad.
- Verdes: representan la esperanza, la naturaleza y la vida.
- Blancas: representan la pureza, la alegría y la fe.
- Doradas: representan la prosperidad, la riqueza y la alabanza.
- Plateadas: representan la gratitud y la humildad.
- Azules: representan el arrepentimiento y la reconciliación.
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