Viajamos a Oriente Medio y descubrimos el pan árabe o pan de pita, un tipo de pan plano (parecido a un panqueque inflado) y delgado elaborado con harina de trigo, sal, agua y levadura. Un alimento sencillo, que puedes elaborar de forma fácil y rápida, con el que preparemos deliciosas recetas que compartiremos a lo largo de este artículo.
En esta ocasión y a diferencia de otras recetas de pan, apenas vas a tener que amasar los ingredientes que emplearemos en su elaboración. Además, si queréis conseguir un pan que se conserve mejor y durante más tiempo, además de tener un sabor y aroma insuperable, te recomendamos que emplees masa madre para prepararlo, aunque siempre puedes optar por la levadura de panadería. La receta es facilísima, solamente tienes que preparar la masa con los ingredientes necesarios, amasarlos para darles la forma deseada y hornearlos o freírlos directamente en una sartén. Y en pocos minutos los tendrías listos.
Como bien hemos comentado, a la hora de prepararlo, tienes la opción de utilizar el horno o no, lo dejamos a tu elección y asegurándote que de todas las maneras obtendrás un resultado espectacular. Si empleas el horno, lo tendrás horneado en poco más de 5 minutos y además, es un tipo de pan que se puede conservar perfectamente para comer en otra ocasión. Recuerda, en algunos casos, evitamos el paso de hornearlo y lo freímos directamente en la sartén.
Un pan blando, sin miga (hueco) y ligero, que puedes degustar como desayuno junto a mantequilla o mermelada y acompañar platos típicos de la cocina árabe como falafel o kebab. Es también empleado para untar con baba ganoush, hummus o cualquier clase de dip y se puede rellenar con tus ingredientes favoritos como lechuga, ternera, pollo o cualquier salsa. Y dada su versatilidad, te animamos a preparar tacos, wraps o sándwiches con este pan árabe o pan de pita.
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Historia del pan árabe
Para conocer la historia del pan árabe o pan de pita tenemos que remontarnos 3.000 años, y más concretamente al Antiguo Egipto, una civilización especialista en preparar panes planos cocinados en hornos de barro.
Dado su tremendo éxito, este tipo de pan sin miga se expandió por Oriente Medio y el Mediterráneo, y más concretamente en Grecia, donde era un alimento que se consumía a diario.
De la mano del Imperio Romano, que se encontraba en su máximo auge, el pan de pita o árabe conquistó los demás países del Mediterráneo: Francia, Italia y España. Un pan, por cierto, que se convirtió en un imprescindible para los peregrinos que realizaban el viaje a la Tierra Santa.
Estamos, por tanto, ante un pan que ha evolucionado a lo largo de los siglos, producto de los intercambios culturales que ha experimentado. En función del país donde se elabore, Siria, Turquía, Líbano o Armenia, la forma del pan y el paso a paso de la receta variará.
Y en cuanto a la etimología, en la cultura árabe este tipo de pan plano se conoce como jhubz (pan común), cocinado en un tandoor (horno de barro vertical) según el libro de cocina Kitab al-Tabikh del autor Muhammad bin Hasan al-Baghdadi, en el que recoge 6 recetas que se pueden preparar con este alimento. ¿Y porqué también se le llama también pan de pita? Se cree que la palabra pita se deriva del término griego pektos (coagulado o sólido), de ahí su origen.
¿De qué está hecho el pan árabe?
El pan árabe se elabora con harina de trigo de fuerza, levadura fresca o levadura seca de panadería, agua, sal, aceite de oliva y azúcar.
Como puedes comprobar, ingredientes fáciles de encontrar y sencillos, con lo que no tienes excusa para preparar esta exótica receta.
También puedes emplear otros ingredientes como por ejemplo harina integral o de centeno y aromatizarlo con diferentes especias como curry, pimentón o comino, dándole un toque de sabor diferente.
Beneficios del pan árabe
Y no nos podemos olvidar de los múltiples beneficios nutricionales que nos aporta el pan árabe o pan de pita. Nos encontramos ante un alimento que nos aporta proteínas, carbohidratos, vitaminas, minerales y fibra.
Gracias a sus hidratos de carbono, nuestro cuerpo tendrá más energía para afrontar las tareas del día a día.
Las proteínas vegetales con las que cuenta nos ayudarán a reparar nuestros tejidos y son ideales si estás siguiendo una dieta vegetariana o vegana.
Por su parte, la fibra mejorará nuestra salud digestiva, regulando el tránsito intestinal y previniendo el estreñimiento.
Y con el fin de disfrutar de una buena salud, el aporte de vitaminas y minerales como el magnesio, zinc o hierro será bienvenido.