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MOQUILLO Y PARVOVIRUS. VIEJOS CONOCIDOS, PERO NO POR ELLO MENOS PELIGROSOS.

El moquillo canino es una enfermedad infectocontagiosa

El moquillo canino es una enfermedad infectocontagiosa de origen viral, que afecta a los perros y a otras especies de animales como los hurones y los visones. También afecta a la mofeta, el mapache, las hienas, el panda rojo, entre otros. Es un virus de la familia paramyxovirus que es muy común en muchas regiones del mundo. Es decir, hay varias cepas semejantes, pero no iguales.

Ahora que todos hemos aprendido de virus, variantes y sus mutaciones entenderemos mejor qué pasa con estas enfermedades. Por qué se producen nuevas ondas epidémicas de algunas enfermedades, como el moquillo, sobre animales que están vacunados previamente. La causa es la misma que para otros virus, que se benefician de la globalización y de los medios de transporte, para diseminarse por el mundo. Casi siempre ayudados por las personas. Como fue el caso de la cepa Asia – 1 cuando llegó (deberíamos decir, fue llevada por una protectora de animales) a los Estados Unidos de Norteamérica en el 2019. Esta cepa muy frecuente en Asia, no existía en Canadá ni en Estados Unidos de Norteamérica.

El animal fue rescatado por una protectora de animales en un mercado de carne coreano. Las personas que los rescataron, a pesar de sus buenas intenciones, crearon un grave problema de sanidad animal en el país de destino al introducir una cepa de un virus mortal para los cánidos.

CÓMO SE PRODUCE.

La parvovirosis canina está causada por el parvovirus canino tipo 2 (CPV-2). Al principio, este virus afectó a una gran cantidad de perros, cachorros principalmente, con una elevada mortalidad. Afortunadamente la vacunación preventiva sistemática a todos los cachorros permitió disminuir la presencia de la enfermedad. Se consiguió una elevada inmunidad de la población canina. Posteriormente aparecieron nuevos subtipos del virus, el CPV-2a, posteriormente el CPV-2b y en los últimos años el CPV-2c, altamente virulento y con elevada mortalidad.

La enfermedad se adquiere principalmente por contacto con las heces de un animal infectado. La cepa infectante, edad del animal, respuesta inmune, raza y ruta de exposición pueden influir en la gravedad del cuadro clínico. El parvovirus canino afecta principalmente cachorros entre 4-12 semanas de edad, aunque es frecuente ver casos en animales de hasta 6 meses de edad.

CÓMO DETECTAR EL PARVOVIRUS.

Los síntomas más frecuentes son vómitos y diarrea, que puede ir de mucosa a hemorrágica, como consecuencia de lo cual se produce deshidratación e infecciones secundarias. En animales muy jóvenes pueden cursar de manera muy rápida provocando la muerte en las primeras 24 horas.

Esta evolución de los diferentes virus que afectan a los animales y a las personas no dejan de ser mecanismos de defensa de los mismos virus para adaptarse a nuevos hospedadores, de tal manera que les permita seguir replicándose y viviendo en nuevos individuos.

Entender esto es muy importante para evitar introducir nuevos virus allí donde no los hay. Siempre hay que consultar a las autoridades sanitarias veterinarias antes de traer animales de cualquier país”.

ALERTA CONSTANTE.

También es necesario mantener un sistema de vigilancia permanente, para detectar nuevas enfermedades o variantes de las que ya existían, en los animales. Es lo que hacemos, entre otras cosas en los centros de protección animal oficiales y en particular en la red de centros vigilancia de enfermedades animales y zoonosis, vinculada a nuestra asociación de veterinarios municipales.

Nuestra preocupación por estas enfermedades es alta por su gran capacidad de difusión y por su alta morbilidad, especialmente entre cachorros. Por ese motivo, realizamos muestreos periódicos de sangre de los perros que llegan a los centros para detectar con rapidez cualquier cambio o nuevo virus que pueda afectar a los animales que se cuidan en los centros.

Como ya hemos indicado, el moquillo canino y la parvovirosis canina son dos enfermedades víricas, altamente contagiosas, que suponen un grave peligro para las poblaciones de cachorros que se encuentran en agrupaciones animales, bien sea un criadero, un centro de protección animal, una perrera deportiva, etc. Es por tanto un motivo de preocupación especial para este tipo de establecimientos y que requiere adoptar unos planes profilácticos de vacunaciones de los animales jóvenes, de limpieza y desinfección de las instalaciones y de medidas de bioseguridad rigurosas en cuanto a las visitas de personas extrañas a la actividad ( repartidores, comerciales, servicios de paquetería, carteros, o cualquier persona que habitualmente pasa por muchos sitios debido a su actividad laboral) y a la entrada de animales del exterior ( aunque vengan con todas las garantías sanitarias y su documentación en regla, deben pasar por cuarentena al entrar en unas nuevas instalaciones donde haya otros perros especialmente cachorros.

Todo lo indicado en el párrafo anterior, hace unos años era muy difícil de hacerlo comprender a algunas personas, por la escasa o nula percepción del riesgo. Actualmente, está percepción ha cambiado en mucha gente como consecuencia de la pandemia que padecemos las personas por el COVID-19. Son virus distintos, afectan a especies distintas, pero tienen muchas cosas en común desde el punto de vista de la epidemiología y de sus consecuencias mortales.

PREVENCIÓN Y VACUNACIÓN.

Este tipo de virus, los del moquillo y el parvovirus canino, su prevención y control, o, dicho de otra manera, evitar que entren en un centro y mantener a la población protegida, ante una eventual entrada, son una de las principales preocupaciones para los veterinarios municipales de los centros de protección animal.

En nuestra asociación, los veterinarios municipales gestionan un buen número de centros de protección animal pertenecientes a los ayuntamientos, donde se recogen todos los animales abandonados o que vagan perdidos por la calle y los campos. Estos animales, cuando llegan a los centros son sometidos a un reconocimiento veterinario y a un control analítico para valorar su estado de salud. Fruto de esos reconocimientos clínicos y análisis obtenemos una valiosa información sobre la presencia de determinadas enfermedades en los animales.

PRESENCIA DE PARVOVIROSIS EN REFUGIOS DE MASCOTAS.

En un estudio realizado sobre estas dos enfermedades en perros de 11 centros de protección ubicados en diferentes comunidades autónomas investigamos la presencia de anticuerpos frente al virus del moquillo y al virus del parvovirus canino. La presencia de estos anticuerpos, o su ausencia, nos pueden indicar diferentes cosas. Todas ellas importantes e interesantes.

En estas dos enfermedades, la presencia de anticuerpos se debe a que hayan tenido previamente contacto con el virus. Bien por haber sido vacunados, pero también por haber padecido la enfermedad y haber sobrevivido. Afortunadamente la vacunación frente a ambos virus es habitual en España y forman parte de los programas profilácticos que establecen los veterinarios, tanto para cachorros como para animales adultos.

Con relación al moquillo, se analizaron 393 muestras de sangre de otros tantos animales. De todos ellos, 66 (17%) no presentaban ninguna inmunidad, ningún anticuerpo. Otros 197 (50%) tenían una inmunidad antigua y 130 animales (33%) presentaban una inmunidad reciente.

En el caso de la parvovirosis, se analizaron 388 muestras. De todos ellas, 52 (13%) no presentaban inmunidad, frente a 336 (87%) que presentaban diferentes niveles de presencia de anticuerpos o positivos. En el conjunto de las muestras positivas, la mayor parte 212 (63,09%) presentaban un nivel medio de positividad. No obstante, se podía apreciar que en tres centros había un porcentaje elevado de positivos altos y coincidían con aquellos que habían tenido recientes casos de parvovirus en el centro. En estos centros el porcentaje de positivos altos se situaba entre el 24% y el 47%, frente al 0 % a 4% dónde no se habían producido esos brotes.

Estos datos, ponen en evidencia la importancia de la “inmunidad de rebaño” de un colectivo de animales frente a este tipo de enfermedades. Cuanto mayor es la inmunidad de un alto porcentaje de animales, es más difícil que el virus sea de moquillo, de parvovirus canino (u otros virus como el SARS-COV-2) pueda provocar un brote que afecte a un elevado número de animales. El virus no puede avanzar, no puede multiplicarse, por lo que pierde fuerza y finalmente muere.

Siempre tenemos que recordar que bienestar y enfermedad son dos palabras opuestas. Un animal enfermo difícilmente alcanzará un adecuado nivel de bienestar. Alcanzar y mantener los mayores niveles de salud en nuestros animales de compañía es el mejor camino para garantizar su bienestar y la seguridad de toda la familia.

Afortunadamente, hoy en día, para estas enfermedades disponemos de herramientas, las vacunas, y de profesionales, los veterinarios, que serán nuestros mejores aliados.

strong>Juan Carlos Ortiz Menéndez. < Veterinario Municipal. Ayuntamiento de Madrid.

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