El Departamento de Estado de Estados Unidos tiene previsto duplicar el número de contratistas -empleados de empresas de seguridad privada- en Irak, aumentando el número de efectivos de estas características a 7.000 para reemplazar a las tropas de combate que se han retirado del país, según informa 'The New York Times'.

Según el periódico, este personal adicional estará encargado de garantizar la protección de cinco campamentos fortificados del país.

Fuentes diplomáticas dijeron al 'Times' que los contratistas tendrán como principal función la prevención de ataques mediante el uso de radares, la detección de artefactos explosivos y la dirección de 'drones' (aviones no tripulados).

El periódico informa de que en torno a 1.200 puestos de trabajo que ocupaban anteriormente los soldados estadounidenses pasarán ahora a ser desempeñados por civiles norteamericanos e iraquíes. Otros puestos serán suprimidos.

A la vez, el Pentágono ha comprado 60 vehículos resistentes a minas, tres aviones y doce helicópteros que pondrá a la disposición de los contratistas privados.

El incremento de contratistas en el país podría ser una fuente de conflicto con el gobierno iraquí. Los líderes iraquíes ya han tenido diversos problemas con las empresas de seguridad privadas extranjeros, quienes han provocado las muertes de numerosos civiles nacionales en distintos episodios.

No obstante, los contratistas presentes en el país actualmente no gozarán de inmunidad y podrán ser procesado por las autoridades iraquíes.

Aunque salió la última brigada de combate EE.UU. el jueves, todavía quedan alrededor de 56.000 soldados estadounidenses en Irak. Esta cifra se reducirá a 50.000 después del 31 de agosto, la fecha fijada por Estados Unidos para poner fin a su misión de combate en favor de un papel 'diplomático'.

Los iraquíes, 'listos' para asumir el control

Por su parte, el portavoz del Gobierno iraquí, Ali al-Dabbagh, ha asegurado el jueves que las tropas iraquíes están preparados para asumir las tareas de seguridad de la nación, pese al hecho que el país sigue sin poder formar Gobierno formal cinco meses después de las complicadas elecciones del pasado marzo.

Aunque la retirada se produjo 12 días antes de la fecha anunciada, Dabbagh dice que "todo estuvo acordado entre el Gobierno iraquí y la Administración norteamericana". "Las fuerzas de seguridad iraquíes están lo suficientemente preparadas para plantar cara a cualquier amenaza".

"Tuvimos que tomar la decisión entre mantener una presencia militar extranjera a largo plazo en nuestro territorio, o hacer el trabajo nosotros mismos", añadió. "Hemos decidido asumir el reto con nuestras propias tropas".

La semana pasada el general Babaker Zebari, jefe del Estado Mayor iraquí, opinó que la retirada americana era "prematura", afirmando que el ejército no estará preparada para asumir el cargo antes del 2020.

Las complicaciones del Gobierno

Entretanto, el presidente saliente iraquí, Yalal Talabani, instó a los distintos bloques políticos a "evitar un aumento de la tensión en el país" y empezar un "diálogo amistoso" que acelere la formación de un nuevo Gobierno.

En un comunicado emitido por su oficina, Talabani dijo que hay que mantener el diálogo para lograr la estabilidad de Irak y pidió a los políticos que asuman su responsabilidad y mantengan una competencia política legal sin tener en cuenta las diferencias de opinión.

"En la actualidad hay que evitar hacer cualquier comentario que pueda hacer fracasar el proceso político u obstaculizar las negociaciones, así como inducir a la violencia", agregó.

El presidente advirtió en la nota de los peligros de retrasar la formación de un nuevo Gabinete, que podría causar "inestabilidad, confusión y caos político".

En su opinión, alcanzar un consenso nacional es, además, "una necesidad urgente para impedir el retraso del desarrollo económico".

Mostró su preocupación por el hecho de que el diálogo entre los participantes en el proceso político pasó a ser, a su juicio, "un intercambio de ofensas y acusaciones entre hermanos y aliados".

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