Afganistán: comenzó el conteo de votos de las parlamentarias tras el día de prórroga

Tras unas elecciones parlamentarias marcadas por irregularidades, amenazas de fraude y atentados que dejaron decenas de muertos y cientos de heridos, el 21 de octubre se llevó a cabo la jornada de prórroga que permitió que miles de ciudadanos afganos pudieran salir a votar en centros electorales que no pudieron abrirse el día anterior a causa de problemas logísticos o de seguridad.

Abdul Badi Sayad, presidente de la Comisión Electoral Independiente, informó tras el cierre de las urnas que alrededor de 4 millones de personas depositaron sus votos en 4.576 centros de votación.

Para la prórroga se desplegaron 500 funcionarios adicionales, pero solo se abrieron 76 de los 401 centros electorales que no habían abierto sus puertas el sábado. El resto quedó cerrado por razones de seguridad, según señaló Sayad.

El recuento de votos ya comenzó en algunos de los colegios electorales de Kabul, la capital de Afganistán. "Ayer, el proceso de votación finalizó a las 6 de la tarde pero no pudimos contar los votos y hoy hemos empezado oficialmente el conteo de papeletas", señaló Sayed Jamil, jefe de un puesto de votación en la capital afgana.

El plazo máximo para entregar los resultados es el 20 de diciembre. Estos incluirán los de Kandahar, provincia que celebrará los comicios hasta el 27 de octubre, pues allí fue asesinado Abdul Razeq, uno de los jefes de seguridad más importantes del sur del país, lo que ocasionó el aplazamiento.

Unas elecciones marcadas por la violencia y las irregularidades

El sábado se reportaron más de 120 incidentes relacionados con granadas de mano o artefactos explosivos improvisados ​​y decenas de personas murieron o resultaron heridas en todo el país.

En un incidente, 15 personas fueron asesinadas por un terrorista suicida que intentó ingresar a un centro de votación en Kabul.

Según cifras de las Naciones Unidas, 36 personas murieron y unas 130 resultaron heridas en todo el país el sábado. Mientras tanto, otros actos de violencia subrayaron los peligros en todo Afganistán.

Once personas, entre ellas seis niños, murieron el domingo en la madrugada, cuando su automóvil golpeó una bomba en la carretera en la provincia oriental de Nangarhar. No estaba claro si la bomba estaba relacionada con las elecciones.

Muchos observadores electorales independientes, vistos como garantes de control que podrían evitar el fraute electoral, se mostraron reacios a trabajar por temor a ser atacados por los talibanes, que amenazaron con obstaculizar los comicios.

El domingo, los cadáveres de cuatro observadores fueron encontrados en la provincia norteña de Balkh, después de haber sido secuestrados un día antes y fusilados.

Además, en algunas provincias, hombres armados leales a los agentes de poder locales ingresaron a los centros de votación por la fuerza y ​​rompieron los materiales electorales, según dijo Sayad.

Estas elecciones parlamentarias, que tuvieron un retraso de más de 3 años, eran vistas como una prueba de fuego antes de las presidenciales previstas para abril de 2019. Sin embargo, el caos y la violencia han vuelto a azotar a la golpeada democracia de Afganistán.

Con Reuters y EFE