La erupción del volcán Holuhraun en 2014
LOS VOLCANES: UN HECHO EN LA VIDA DE ISLANDIA
La actividad volcánica es un hecho en la vida de Islandia. La gente ha aprendido a vivir con sus inconvenientes y sus considerables ventajas, como la energía geotérmica y un entorno natural impresionante, e incluso el entretenimiento.
FISURA OCEÁNICA Y PUNTO DE INTERÉS
Islandia se encuentra en la parte superior de la dorsal mediooceánica, una fisura de 40.000 km de largo en el suelo del océano provocada por la separación de las placas tectónicas de Norteamérica y Eurasia. Todavía hoy, el país crece unos 2 cm al año, ya que se divide más en los puntos en los que las dos placas tectónicas coinciden, y el nuevo magma rellena los huecos. De esta forma, la parte occidental de Islandia se encuentra en la placa norteamericana y, la parte orienta, en la eurasiática, lo que significa que Islandia está dividida en dos continentes.
Otro factor clave del volcanismo de Islandia es una potente columna de magma que crea una corriente ascendente de calor y magma en el manto que se encuentra bajo la isla y eleva la corteza de Islandia por encima del nivel del mar.
Eyjafjallajökull, que entró en erupción en 2010, es uno de los 32 sistemas volcánicos activos de Islandia
UNA ERUPCIÓN VOLCÁNICA CADA CUATRO AÑOS
Al encontrarse en un emplazamiento único en el que una fisura continental y una columna de magma unen sus fuerzas, Islandia es una de las zonas con mayor actividad volcánica de la Tierra. De media, en Islandia tiene lugar un suceso volcánico cada cuatro años. Desde el final de la última Edad del Hielo, hace unos 10.000 años, un tercio de toda la lava que han generado los volcanes en la superficie de la Tierra ha erupcionado en Islandia. El torrente de lava de una sola erupción más importante del planeta durante el Holoceno es la gran lava del Þjórsá, que erupcionó hace unos 8600 años y se calcula que tuvo 26 km3.
Esta misma actividad geológica también es responsable de algunas de características más espectaculares de la naturaleza de Islandia. Los paisajes montañosos, los campos negros de lava, las playas de arena negra, las piscinas y los géiseres geotérmicos e incluso los glaciares son el resultado de una interacción constante entre la actividad volcánica y los elementos naturales.
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LOS VOLCANES FORMAN GLACIARES, JOKULHLAUPS Y PLANICIES SANDUR
Puede parecer una contradicción, pero es un hecho que los volcanes forman glaciares. Esto se debe a que el volcanismo crea montañas que alcanzan niveles más fríos en la atmósfera que absorben la humedad del aire, lo que favorece a los glaciares de la parte superior.
El calor que se irradia del interior de los volcanes derrite el hielo de abajo y, cuando se ha reunido suficiente agua en las depresiones bajo el hielo para levantar la capa de hielo superior, estalla desde debajo del glaciar y produce un desbordamiento o “jökulhlaup” en la planicie sandur de delante. Este proceso es tan propio de Islandia que las palabras islandesas para designar el fenómeno están reconocidas como términos internacionales.
La erupción del volcán Fagradalsfjall en 2021
LAS VENTAJAS DE LOS VOLCANES
Los islandeses también han aprovechado las ventajas de sus inmensos recursos de energía geotérmica, una de las formas de producción de energía más baratas y limpias que existen. Más del 85 % de los hogares de Islandia se calientan con calor geotérmico procedente de aguas termales frecuentes en la mayoría de sitios de Islandia. Además, el agua derretida de los glaciares ofrece al país una fuente potencial de energía hidroeléctrica. Toda esta energía limpia ha hecho de Islandia uno de los países menos contaminados del mundo.
La interacción entre volcanes y glaciares tiene como resultado una enorme producción de ceniza volcánica, la cual fertiliza el suelo y forma magníficas playas de arena negra.
Aparte del valor como entretenimiento de las “erupciones para turistas” y, quizás, canciones de películas de Hollywood relacionadas con los volcanes de Islandia.
LA SEGURIDAD DE TODOS ES UNA PRIORIDAD
La seguridad en Islandia es prioritaria debido a toda esta energía acumulada debajo de la superficie terrestre. La actividad sísmica y los movimientos de la corteza se vigilan de cerca para detectar cualquier signo de agitación en alguno de los 32 sistemas volcánicos activos de Islandia. La infraestructura también está diseñada para enfrentarse a las catástrofes naturales. Como resultado de todo ello, las consecuencias graves son muy infrecuentes.